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020808


Carpe Diem


Q.1000.00

Luis Figueroa
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Tuve, hasta que alguien me los robó, billetes de 50 millones de marcos, de 10 mil bolivianos, y de 1 millón de pengo.  Eran las reliquias diabólicas de procesos inflacionarios inimaginables.   Eran las pruebas evidentes de que cuando el Estado quiere, puede reducir el poder adquisitivo de los ahorros de las personas hasta que sean necesarios costales de billetes para comprar un periódico, o un huevo.

¿Es esto lo que está pasando con el quetzal?  Acabo de leer la carta de un lector de periódicos que comenta: A nadie escapa que en la actualidad se compra con un billete de Q100 lo que hace diez años se compraba con un billete de Q20.  Ese lector ha puesto en evidencia la razón por la cual el Banco de Guatemala necesita imprimir billetes de Q.1000.   Esto es, porque ahora se compra con Q1000, lo que antes se compraba con Q100.  Es decir, porque los billetes de a cien han perdido su poder adquisitivo y se necesitan más quetzales para comprar lo mismo.

Por esa misma razón es que los billetes de Q1 y de Q0.50 fueron sustituidos por fichas.   Aquellos billetes dejaron de tener valor y circulaban tan rápido que su vida útil en papel era insuficiente, de modo que las autoridades monetarias se vieron obligadas a hacer sencillo al quetzal.   Por eso es que hubo que hacer las fichas de a centavo de una aleación más barata.   Para que no saliera más cara la ficha que su valor monetario.

Hace años, cuando leí por primera vez que iban a haber billetes de Q1000, escribí algo para llamar la atención sobre el fenómeno inflacionario y la pérdida de poder adquisitivo del quetzal.   En aquella ocasión, alguien del banco central me mandó el mensaje de que por favor dejara de andar diciendo que los nuevos billetes causarían inflación.   Y yo le mandé a decir que leyera bien, que lo que yo decía es que los nuevos billetes eran consecuencia de la inflación, no al revés.   Cuento esto, nomás para que no me vayan a venir otra vez con aquel cuento.   Y sobre todo, para que a usted, lector, no le hagan perder la perspectiva.

Ahora las autoridades monetarias andan presumiendo de que los nuevos billetes serán diseñados por concurso; y de que en él participarán el ingenio y la creatividad artística de los chapines.   Lamentablemente, la aparición de los nuevos billetes no anuncia más que la triste realidad de que los quetzales siguen deteriorándose hasta el grado de que ya es necesario imprimirlos de altas denominaciones.  ¿Cuánto tiempo pasará para que se impriman los billetes de Q5000, o los de Q50000000?  ¿Quién será el talentoso artista que los diseñe, para alegría de los chapines?

Los guatemaltecos no estamos forzados a contratar en quetzales y la depreciación de aquel signo monetario no es un callejón sin salida.   Sin embargo, Es un hecho que nos estamos empobreciendo por la vía de la pérdida de valor adquisitivo del quetzal  y que las autoridades monetarias se han visto obligadas a reconocerlo.


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