Sede Otras columnas 020402 Carpe Diem Mala leche Luis Figueroa [email protected] A mi me gusta el mosh. Mucha gente lo detesta, y mi hermano s�lo acced�a a com�rselo si se lo colaban. A mi, en cambio, me gusta con todo; pero m�s, si uno puede desmoronarle un par de panes de manteca. Hace unas semanas cambi� la marca de leche que hab�a estado consumiendo por meses. Cuando prepar� mi avena con el nuevo producto, sent� en mi paladar el mism�simo sabor que ten�a cuando yo era peque�o. �Le ha pasado a usted algo parecido? Fue como transportarme en el tiempo y vinieron a mi memoria personas, lugares, aromas y hechos relacionados con el sabor que estaba sintiendo. Los aromas y los sabores pueden transportarme en el tiempo y el espacio. Y el mosh que estaba comiendo, con la nueva marca de leche, tuvo ese efecto. Es que la leche era muuuuy buena. Todo esto se lo cuento no porque est� melanc�lico, sino porque en medio de los esc�ndalos de corrupci�n y de los clavos que hemos estado leyendo y escuchando, ha pasado inadvertido un nuevo intento de los lecheros locales por hacernos caro, o imposible, el consumo de otros productos que no sean suyos. Vea usted: si los lecheros locales consiguieran elevarle los impuestos a los l�cteos importados, la nueva marca que compr� para mi avena se har�a m�s pesada en mi presupuesto, pues resulta que ese producto que mejor� mi mosh y que me trajo tantos recuerdos es extranjera. Igual cosa ocurrir�a si los lecheros locales lograran cuotas disminuidas para la importaci�n del producto. La imposici�n de aranceles altos y de cuotas de importaci�n bajas en beneficio de determinadas actividades econ�micas locales es una violaci�n a los derechos individuales. Constituyen un abuso porque se utilizan la majestad de la ley y la fuerza coercitiva del estado en beneficio de unos y en deliberado perjuicio de otros. Veamos por qu�. Si yo consigo que los productos que usted importa sean castigados con impuestos m�s elevados, de modo que los productos que yo fabrico sean m�s baratos que los suyos, entonces le estoy causando un da�o a usted, a las personas que trabajan con usted, y a quienes adquir�an su producto a un precio de mercado y gustaban de su calidad. Es decir que yo abuso de la ley para beneficiarme en perjuicio de otros. Yo no digo que los l�cteos chapines sean malos, pero tengo razones para no comprarlos. Por ejemplo, y esto ya lo he mencionado antes, el mejor queso crema nacional es de consistencia dura y cuando lo unto en mis champurradas estas se quiebran. Eso no sucede con el queso tico. La mejor leche nacional, mezclada con mi avena no me lleva a mi infancia, en cambio la hondure�a si. Miles y miles de consumidores tenemos las m�s variadas razones para comprar un producto, u otro; y yo digo que no es justo ni decente que los buscadores de rentas se aprovechen de la ley y de su influencia pol�tica para impedirnos elegir los productos que preferimos. Igualmente no tienen derecho a imponer sus intereses sobre los derechos de los importadores, ni sobre las familias que dependen de esa actividad. Sede |