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011022

Carpe Diem

¡Estamos perdidos!
Luis Figueroa
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Cuando Pirro, rey de Epiro, perdió 4,000 de sus hombres y entre ellos a algunos de sus mejores oficiales, en una batalla que le ganó al cónsul romano Valerio Lenino (quien había sufrido 7,000 bajas), exclamó: “Estoy perdido si consigo otra victoria como esta”.
Desde aquel episodio, una victoria pírrica es aquella cuyo costo es tan alto, que no compensa el triunfo alcanzado.

A manera de ejercicio, supongamos que es cierto que en dos años la administración de Alfonso Portillo ha disminuido en 25 por ciento la pobreza en Guatemala, tal y como lo aseguran él y sus cómplices. Perdón, tal y como lo aseguran él y sus funcionarios.
¿De dónde saldría semejante percepción?

La verdad y la realidad son otras.  A un amigo, que tiene su propia empresa de servicios, se le casó su secretaria y ahora anda en busca de una.  A su oficina han acudido muchas patojas y señoras que en promedio tienen entre 4 y 6 meses de estar sin empleo, y que, aunque antes ganaban entre Q 3,000 y Q 4,000, ahora están dispuestas a ganar sólo Q 2,000,  que es lo que puede pagar mi cuate.
Por cierto que él cuenta que sus ventas, comparadas con el año pasado, han disminuido en un tercio, y casi trabaja el doble de tiempo al día para conseguir clientes.
Abre uno este diario y lee que “sólo la industria del café podría reportar más de 300 mil plazas vacantes”.  Amigos, parientes y lectores, involucrados en las áreas de turismo, publicidad, comercio, industria, agricultura, servicios profesionales y otros, están despidiendo gente, o no están llenando plazas vacantes.

¡Estamos perdidos!, como Pirro; porque si fuera cierto que gracias al régimen de Portillo hay un 25 por ciento de pobres menos, eso debe ser a costa de toda aquella gente que ya no tiene empleo, o que está subsistiendo con menos ingresos que los que tenía hace un año, o dos.
Así que uno se pregunta: ¿Dónde podría estar ese asombroso porcentaje de rescatados de la miseria?

Buscando, buscando, se les empieza a encontrar.  El mismo presidente, por ejemplo, debe estar dentro de aquel fabuloso 25 por ciento.  Del Tamarindal, Portillo pasó a vivir en la zona 14. 
Los amigos y parientes del Presidente, del Vicepresidente, y del Presidente del Congreso, que conforman la nueva nomenklatura, sin duda se cuentan en el citado porcentaje; porque vaya si no han aumentado los sueldos y canonjías de los altos funcionarios del régimen.
Los buscadores de rentas que han prosperado a la sombra de los Acuerdos de Paz y de las Organizaciones No Gubernamentales, o del Presupuesto del Estado, seguramente están incluidos en aquella estimación.

Será por eso que, como lo mencionó Jorge Jacobs la semana pasada y lo confirma la publicidad de la SAT, la Superintendencia de Administración Tributaria compra la resma de papel a Q83.50 cuando en el mercado cuesta no mas de Q48 la de mejor calidad.
Esa debe ser la estrategia de lucha contra la pobreza.  Eso, o el aumento de 10 a 20 por ciento en la consabida “comisión” de compras en el gobierno.
Así, como para que no estén saliendo de pobres.

El problema es que la de esta administración, es una victoria pírrica; y que el costo de sacar de la pobreza a los parientes, amigos y colaboradores de la cúpula política, así como a los buscadores de rentas, no compensa la miseria en la que están los miles y miles que no consiguen empleo.
En buen chapín, estámos perdidos, porque
nos está saliendo más caro el caldo que la gallina. Y  a usted, ¿no le indigna esto?


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