Ya te perdí, Mujer!  y en el camino
Me prendaste de lámparas fragantes,
Entonces se aromaron y se hicieron divinos
Todos estos cansancios humildes y
Constantes.

No se si apenas eras una fragancia o eras
Un rio que fluia hacia todo dolor,
fuiste como un rocío para mi primavera
alambicando sueños aquí en mi corazón.

Hiciste un semillero de pasiones.
En mi torre de anhelos construí una atalaya
en que vivió ingenuamente mi tristeza.

Un vidrio apasionado, tranparente y gentil.
es inútil Mujer, que te llame mi amada
porque, en ese instante te perdí !

Latiníssima.com © New York, All Rights Reserved. 2001 Designed by: Eddie Ferreira No part of this website may be copied or reproduced without prior permission

Hosted by www.Geocities.ws

1