Tus manos... eternamente añoradas por las mías 
juegan con los carbunclos dorados de tu pelo, 
mientras mis pensamientos pretenden
mutilar la sombra y la distancia 
en estas cálidas noches de mi agosto 
y un hado fugaz que aún no comprendo.

Tus ojos... plenos de oquedad refulgente, 
estrellas que titilan amor bajo los párpados, 
lluvia de estalactitas esotéricas,
tenue sabor de lágrima escindida,
verdad indefectible de todas mis proezas.
Son tus ojos la miel ¡Como no amarlos! 
enigma constante de lo eterno.
Son eclipse visual, aunque aun no me besas, 
hermosos desde ayer, mi contubernio, 
salutación de amor al contemplarlos...

Tus labios... saciedad inagotable en mis desiertos, 
cascadas de pasión en la alborada 
y en la noche más clara el alimento
que enorgullece a mi simiente ajada. 
cavernosas delicias interiores
son tus labios de amor 
conjugación de mi placer y mi tormento...

Tus senos... son panales de miel inmarchitables, 
constelación de dos, turgentes lunas 
nimbadas de palomas escondidas; 
cuando mis labios impacientes rozan 
usurpando las fronteras prohibidas, 
sutil manjar que a mi pasión provoca
sensaciones nunca antes concebidas...

Tu espalda... remanso eterno, 
planicie que prolonga hasta la playa 
con un estrecho de cintura breve 
donde mis sueños erectos, 
en los crepúsculos en que se encorva 
la noche sobre tu carne inocente 
a mis manos de caricias todas plenas.
Es tu Torso territorio recorrido 
por mis besos y mis labios 
patrimonio invaluable en mis faenas.

Tus muslos... son de amor, nácar de seda,
firmes columnas griegas en mi nido,
arrecifes amados donde mis ansias luchan, 
edulcorante insinuación no descubierta, 
corolario perpetuo de mi hastío.

Tu sexo... es el santuario de mis rezos 
Oh mi monte de Venus ! gruta sagrada !
Tus labios... medicina predilecta, 
selva voraz de lúbricos lamidos,
triángulo de pasión, ruta perfecta, 
océano inmortal de líquidos manjares. 
Tu sexo es simplemente: el sexo mío

Tu nombre... símbolo polifónico 
de música tan célebre... 
ni la lluvia, ni el viento 
ni tormentas de arena,
acallan su exquisita melodía 
arpegio señorial, 
que en armonías recrea 
tango de rancia estirpe:
Morena Mia !

Latiníssima.com © New York, All Rights Reserved. 2001 Designed by: Eddie Ferreira No part of this website may be copied or reproduced without prior permission

Hosted by www.Geocities.ws

1