Hoy vuelvo
ungido a ti
De los caros recuerdos.
De álgidos sentimientos
Que se van descuajando
Ante tu morbidez de fuego.
Entonces siento mis uñas
Clavarse entre mis palmas,
Como cuando las tuyas
Penetraban mi espalda
Cada noche de deseo.
Y volvieron conmigo
Tus aromas más íntimos.
No se ha borrado siquiera
La huella de tus besos,
Ni el tersor de tu piel,
Ni tu almizcle encantado.
Ahora estoy aquí
Listo para tus contiendas,
Dispuesto a cabalgar
En tus muslos de plata.
Como cuando te amaba
En nuestros buenos tiempos,
Con la misma avidez
Que subyuga y que mata.
Ahora estoy aquí
Amante niña mía.
Y vuelvo para siempre
A compartir tu vida,
Porque me siento nada
Sin tu carnosa herida.
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