En una casona
del céntrico Queens
Vive un enfermito llamado Quintín.
Vino de su
patria lleno de esperanzas,
Aprendió el inglés casi a las volandas.
Nadie lo creía
¡tan inteligente!
Con solo diez años, lo quería la gente.
Servicial y
atento era mi Quintín
Hoy anda sujeto a su botiquín.
El doctor le
dice, como estás de flaco,
Mientras su perrito le lame la mano.
Casi ya ni
puede ir a la escuelita,
Su mama lo baña con agua bendita.
Era tan alegre,
un gran compañero
Y con las tareas siempre fue primero.
De la profesora
era nuestro ejemplo,
Ahora su abuelita no sale del templo.
Todo el mundo
reza por el gran Quintín
Nadie cree que pronto se acerque su fin.
Oremos juntitos
por su mejoría
Para que Diosito lo mantenga en vida.
Es la historia
triste de nuestro Quintín
Que esperamos tenga un final feliz.
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