Con la voluntad del Dios creador y la ayuda desinteresada y alentadora de todo el genero humano, un gran cambio se aproximará en nuestro planeta Tierra, en un futuro no muy lejano, yo opino, serán unos 40 o 50 años, si el hombre decide no acabarlo antes.

El nuevo mundo que se avecina será una gran federación de estados, todo el orbe una nación; sin límites ni fronteras, las armas para matar serán inútiles y superfluas, el hombre alcanzará un alto nivel de cultura, las cosas y las ideas de ahora serán retrógradas para esta nueva sociedad. Los ejércitos, las religiones, las clases sociales, etc., habrán muerto en la historia recién pasada, considerando estos fútiles recuerdos como propios de gente inculta y atrasada.

El hombre trabajará en todas las esferas del saber con la ayuda indefectible de las computadoras y las máquinas herramientas; el científico, el médico, el químico, etc., serán como un obrero más, como cualquier ayudante o peón de brega de ahora, y todos juntos, animosos colaboradores del progreso humano.

El capitalismo ya no existirá. El hombre se avergonzará en el mundo del futuro si no es útil para los demás, el dinero irá perdiendo su importancia poco a poco hasta desaparecer. Espíritus muy avanzados poblarán nuestra Tierra, y por consecuencia nacerán seres humanos cada vez más avanzados; la educación se impartirá prácticamente desde la cuna hasta la tumba y todos los hombres en cualquier etapa de su existencia tendrán un lugar predominante en el desarrollo del progreso y el equilibrio de la sociedad.

Los vicios, el robo, el crimen, el abuso sexual, psicológico o material, etc., ya no serán "pecado" como ahora, ni tendrán como castigo la reclusión, porque las cárceles serán eliminadas por inoperantes y baladíes, pues, todos estos desequilibrios de la personalidad serán considerados como enfermedades mentales, como de hecho lo son, pero que los hombres de ahora lo ignoran; y serán aisladas definitivamente de la mente.

El socialismo y el comunismo actuales, no son nada comparado con el comunismo absoluto de la cultura que se avecina; los títulos de nobleza, los tratamientos de clase como doctor, licenciado, alteza, majestad, santidad, etc., ya no procederán y serán motivo de risa al recordar tiempos pasados. La expectativa de vida será mucho más alta, se vivirá más años, las enfermedades casi por completo serán dominadas por el hombre y casi desaparecerán.

Al progresar mentalmente, el odio, el egoísmo, la venganza, la ira y la prepotencia, etc., por lógica también desaparecerán, y por consecuencia nuestro mundo se irá convirtiendo en un paraíso cada vez más espiritual, o sea, que se llegará al reino del espíritu, tan predicado y esperado por todas las religiones. Dejará la humanidad de esperar a los Mesías, tan desconocidos, tan adorados y tan mal interpretados por el hombre, ya que la única manera en que se ha de servir y adorar a Dios, es en la rectitud de las conciencias, que ahora tratan de distinguir las iglesias y la gran mayoría de los seres humanos como síntesis ineluctable para progreso espiritual de la raza humana. Por ésto las grandes catedrales y los símbolos de tantas todas las religiones de los antepasados, salvo algunas excepciones serán conservados como monumentos históricos.

En este cercano futuro iremos progresando con celeridad hasta alcanzar el grado de espíritus avanzados, evolucionados y no tendremos la necesidad de más catedrales que el infinito universo, ni más religiones que la verdad, con todos sus atributos de paz, justicia, amor, comprensión, etc., en una palabra, cada ser humano será su propio Mesías, omnisciente director espiritual y artífice responsable de toda su descendencia, porque esta es la ley universal y sagrada del único Dios creador de todas las cosas.