¡Devórame! ¡Mátame!
Sáciame con tu pasión,
Gemías anoche
Muriendo de placer
Entre mis sábanas.
Y en nuestros locos embates
De lúbrico delirio,
Inocentes como niños,
Nos sentíamos amantes.
Y yo
zambullido
Entre tus muslos finos
Y tus senos de plata,
Bebía el elixir anodino,
De ese cáliz divino
Que bendice y que mata.
Y t�
encallada
En los mares del deseo
Con las velas ajenas,
Absorta en la pasión
Bebiendo de mi amor
A manos llenas.
Mientras pensaba yo,
Abriéndome paso
Entre tu carne viva,
Penetrando sin cesar
Al centro de tu vida,
Que a cada esfuerzo vital,
Atrapado en tu amor,
Era yo quien moría.
|