NADIE LLEGA CON LAS MANOS VACIAS

La vida por inexplicable y adventicia que nos parezca es un regalo de Dios. Nadie pedimos venir a este mundo, es cosa del ignoto azar, pero tenemos la libertad de realizarnos a nuestro acomodo, podemos labrarnos nuestro propio destino. Unos caen al acaso en ambientes pudientes con muchas posibilidades, otros con mínimas o ningunas oportunidades. Pero solamente una cosa es cierta: "Nadie llega con las manos vacías".

Es por ello que estamos en la necesidad de ir concretando desde la más temprana edad las bases de nuestro destino, para ir apuntalando día a día la vereda que nos conduzca sin ambages por el sendero de la felicidad, que no es otro a mi modo de ver, apreciado lector, que la paz interior que ganamos cuando nos sentimos partícipes inapelables en el crecimiento ordenado y digno de la sociedad.

Estamos claros sin lugar a duda, que todas las sociedades del mundo, en todas las etapas del devenir histórico, son además de heterogéneas, caprichosas y buscan los fines personales de sus lideres del momento a base de violencia y de mentira o de la coacción obligada de los más indefensos, siempre en detrimento de la persona humana.

Pero así como venimos a este mundo con la libertad de respirar, también tenemos el derecho ineludible de alcanzar nuestra felicidad y la de nuestros hijos a cualquier precio y sin dañar a nadie.

Esto no es una revolución. Esto es una rebelión. La revolución es algo social, colectivo, la rebelión es individual. Necesitamos individuos en el mundo, moviéndose libremente, moviéndose concientemente, por supuesto. Y su responsabilidad proviene de su propia conciencia.

Ellos se comportarán, no porque estén tratando de seguir ciertos mandatos, sino porque les importa por su propio bien. La creencia es un círculo ciego, permanece siempre atrancada, saturada, se cierra en un punto.

Mientras la experiencia hace crecer, cambiar, ir moviéndose constantemente para adaptarse a los cambios descaminados de la sociedad subvertida. Debemos ir yendo continuamente de lo conocido a lo desconocido buscando soluciones mas propicias. La experiencia tiene su belleza porque está mutándose constantemente, se mantiene cambiando según el ritmo y las necesidades del ambiente y del hombre mismo. El hombre libre no arrastra creencias; de hecho, arrastra expectativas, ansias de ser, objetivos algo mas claros que le permitan desenvolverse, acomodarse y realizarse entre los demás hombres.

Este es el verdadero significado de la vida humana, lo demás es esclavitud en cualquiera de sus formas y la peor es la de las conciencias.

La incertidumbre existe para darle a la vida un sentido de dirección, una sensación de pertenencia, consolidar su propio enraizamiento, la conciencia de lo que somos y lo que podemos llegar a ser. Debemos estar abiertos siempre al estudio de las experiencias que por ende nos conducirán inexorablemente al reconocimiento.

Cuando existe un alma realizada, surge como por arte de magia la belleza, una metafisica belleza que no es de este mundo. La verdadera belleza es la que realiza el hombre cuando logra pulir el espejo de su corazón. Entonces brota como de un manatial inagotable la paz interior que nos permite ser felices, es el verdadero y único paraíso en la tierra.

Algunos se indagan: "Si tengo otra oportunidad de venir a la tierra, le pediré a Dios que, en vez de hacerme nuevamente yo, me haga como mi ídolo". (Que bien podría ser cualquiera: un artista de cine, un dictador legendario o hasta un hombre de los llamados de Dios). Esta frase es digna de los que no quieren ver.

Porque…..'¿Quién te lo está impidiendo ahora? Porqué no te mueves en la dirección que deseas? Ante todo Relájate, respira profundamente y sueña. No te preocupes, enfrenta el reto en paz, con valentía y se firme en las decisiones. Porque Tu conciencia se achica más y más cada vez cuanto más tenso te encuentres. Te cierras, y se hace entonces más difícil pensar, recordar, discernir y decidir. Son estas cargas de ansiedad innecesaria que se apoderan de tu ser.
En el momento que descansas, en el instante que te relajas, aprecias que el propósito de la existencia que echaste a rodar está en movimiento en dirección a las cimas más sublimes ¡y tú formas parte de eso! No necesitas tener ambiciones por separado. Solo un fin.

Este es el secreto de la iluminación que sucede en un estado de firme convicción, con el esfuerzo comprometido de la voluntad en medio de un profundo reposo. Es la felicidad que brota del equilibrio perfecto.

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