Mamita, mamita, tú la más bonita.
La más pura y santa, mi virgen bendita.
A cada mañana corriendo azarosa
Para que la escuela me reciba airosa.
Su sabia paciencia me exalta y conforta,
Mientras me alimenta con sus ricas tortas.
Llega del trabajo, de duras faenas,
Para hacer conmigo todas mis tareas.
Con mimos y besos juega y me entretiene,
Sin que su cansancio la aparte o la frene.
Oh madre querida, duérmete conmigo
Para soñar juntos y sentir tu abrigo.
Sabiéndome fuerte en tus brazos viejos,
Mientras me cobijas con sabios consejos.
|