"Un Hombre Nuevo"
Primero
que nada quiero que sepas que este mensaje ha sido elaborado
con toda seriedad posible!... Si no lo tomas así, por
favor no lo leas!... Pues mi búsqueda no es sencilla:
Lo que yo busco y deseo es, solamente ser un hombre nuevo! y también una razón
complementada en una compañia, una persona segura
de sí que no tema mi realización y que jamás
me considere su rival, sino que sea aliciente tenaz, mutuo báculo
en el sendero de la existencia.
Llegó
un día una muchacha embarazada. Su padre furibundo la
amenazó para que confesara el nombre del amante y finalmente,
ella para escapar del castigo paterno, le confesó sollozando
que había sido Jair.
El padre no
dijo nada más, pero al llegar el momento en que nació
la criatura, inmediatamente la llevó a Jair y la arrojó
ante él. 'Parece ser que éste es su hijo', le dijo,
y soltó una ola de insultos y maledicencias por lo sucedido.
Jair sólo dijo: 'Oh, ¿de veras?' y tomó
al bebé en sus brazos. A partir de entonces, a todas partes
que iba llevaba a la criatura envuelto en las mangas de su pullover.
En los días de lluvia y en las noches de tormenta salía
a mendigar leche para el crio en las casas vecinas. Muchos de
sus conocidos, considerándolo culpable infractor del honor
de la doncella, le dieron la espalda y lo abandonaron. Y Jair
no pronunció una sola palabra de amargura.
Entretanto
la joven madre se dio cuenta que no podía tolerar la agonía
de vivir separada de su retoño y confesó el nombre
del verdadero padre. Su padre confundido corrió ante Jair
y se postró ante él suplicándole una y
otra vez que lo perdonara por la calumnia de su desventurada
hija.
Jair solamente se atrevió a decir: 'Oh, Muchas Gracias!'
y le devolvió la criatura a la que a pesar de su extrema
pobreza se dio mañas para atender.
Esto es la aceptación. Cualquier cosa que nos traiga la
vida está bien. Cualquier tarea debe ser aceptada con
dignidad y emprendida con resolución. Acepta la vida como llega.
Aceptándola con amor desaparecen los deseos, desaparecen las tensiones,
desaparece el descontento. Aceptándola tal como viene,
uno comienza a sentir mucha energia, paz y gozo espiritual y
todo por ningún motivo en especial, solo por el compromiso
del esfuerzo aceptado.
Cuando tu corazón está lleno de gratitud, cualquier
puerta que parece cerrada puede ser abierta para una bendición
aún mayor.
Cuando la alegría
tiene un motivo, no durará mucho. Cuando la alegría
no tiene motivo alguno, durará para siempre.
Cuando Jair se encontraba enmarañado buscando el sustento
para el pequeño regalo que decian su hijo y que él
asumió como propio, llegó a un lugar, cansado, al atardecer.
Pidió posada por misericordia, pero los pobladores
conocedores de su falta le cerraron sus puertas en la cara y
lo arrojaron fuera de la localidad.
Era una noche fría de primavera y Jair se encontraba sin
alojamiento y con hambre. Tuvo que hacer de un tupido cerezo
de los campos su morada y extraer la leche de las cabras montaraces
para alimentar al neonato. abrigó con sus ropajes al chiquillo.
Hacía realmente mucho frío y mantenia al bebe abrazado
fuertemente contra su pecho para darle calor. No lograba Jair
conciliar bien el sueño pues le parecia peligroso por
causa de los animales del monte.
A medianoche
despertó aterido y vio en el cielo nocturno de primavera
los capullos totalmente abiertos del cerezo, riéndose
de la brumosa luna. Fascinado por esta belleza del paisaje nocherniego
y con el nene adormilado en sus brazos, se levantó e hizo
una reverencia en dirección al pueblo. 'Por su bondad
al no darme alojamiento, me hallo debajo de estos hermosos capullos
en esta noche clara de luna primaveral'.
Con inmensa gratitud agradeció a aquellas personas que
le negaron alojamiento. De otro modo hubiera estado durmiendo
debajo de un techo común y corriente y se hubiera perdido
esa bendición de los capullos de los cerezos en flor, los
guiños de la luna brumosa y taciturna y esa suprema irradiación
de la noche tachonada de estrellas en el absoluto silencio de
la oquedad del infinito.
No estaba enojado, lo aceptaba. No sólo lo aceptaba, sino
que le daba la bienvenida. Se sentía agradecido.
La vida es
un don divino, y en cada momento aparece con mil y un milagros
para ti. Pero te hallas tan comprometido, preocupado, con tu
mente anhelante, tan lleno de pensamientos inútiles, que rechazas
todos los presentes que nos regala cada dia la naturaleza. Dios
llega silenciosamente pródigo a tu vera y tú continuas ciego rechazándolo.
Un ser se convierte en hombre nuevo en el momento en que acepta
todo lo que le trae la vida con gratitud.
Aquí
en este punto quisiera decir algo, lo cual he mantenido secreto
para mi toda la vida. siempre he luchado por ser un hombre nuevo,
no una personalidad o un gran maestro que todo el mundo reconozca...
Ser un personaje es un azar que depende de muchas causas indiferentes
las más de las veces al ser mismo. Ser Maestro es un trabajo
dispendioso y mal agradecido. El maestro debe convencer a la gente
de lo que lleva en su corazon, por medio de miles de argumentos
en un ambiente razonable, a través de la sensatez y
de la filosofía; tiene que usar la capacidad de la mente
como un sirviente del corazón. El trabajo
del maestro se enfoca para que toda la energía se mueva
hacia el conocimiento. ¿Entiendes el sentido? La palabra
"Maestro" crea la idea de un discípulo, de un
seguidor. ¿Cómo puede haber un maestro sin un discípulo,
sin un seguidor? Pero en el sentido espiritual "Maestro"
significa supremo conocimento de uno mismo. No tiene relación
con seguidores; no depende de la multitud. Un maestro puede estar
sencillamente solo. El hombre nuevo del cual he estado hablando
será maestro de sí mismo.
El Hombre nuevo
debe ser humilde y estudioso de si mismo, no será un ser
superior. Ni siquiera hace falta plantearse quién es o
superior a quien. Aunque todas las personas son diferentes, todos
somos iguales. Cada ser humano es único, incomparable.
Tú eres tú y yo soy yo. Yo tengo que aportar mi
potencial a la vida, tú tienes que aportar el tuyo. Yo
tengo que descubrir mi propio ser y tú tienes que descubrir
el tuyo. Cuando nace el sentimiento de igualdad entonces desaparece
la inferioridad, todo sentimiento de superioridad también
desaparece. Siempre viven juntos y no se les puede separar.
El hombre que se siente superior que otros sigue sintiéndose
inferior en algo. El hombre que se siente inferior a otros quiere
sentirse superior en algo. En un dualismo indivisible que no
se puede disyuntar.
Ocurrió
que un hombre muy orgulloso, un politico prominente, vino a mí
cierto dia. El hombre era famoso, bien conocido en todo el país.
Pero mirando mi indiferencia ante su poder, de repente se sintió
inferior. Quizá había venido por algo que le hacia
falta, siempre con el deseo inconsciente de probar su superioridad
que se hace inherente en este tipo de personas. Me dijo abiertamente
imbuido de su poder: - ¿Por qué me siento inferior?
Hace un momento todo estaba bien. Al entrar en tu patio, de repente
me he sentido inferior. Nunca me había sentido así.
Soy una personalidad y usted un hombre común y corriente,
me he enfrentado a la multitud muchas veces y nunca he tenido
miedo, ¿por qué siento esta forma de temor?
-Espere -Indiqué-.
Cuando todos se hayan ido, le responderé. Los amigos seguían
platicando conmigo y el hombre se sentía cada vez más
abrumado. Al caer la tarde la habitación se fue vaciando
y cuando ya no quedaba nadie, el politico entre malhumorado y
vacilante me dijo: - ¿Puedes responderme ahora? -Vamos
afuera -le invité.
Era una noche
de luna plena, estaba saliendo coqueta y hermosa por el horizonte...
Mira estos dos árboles, - Le dije. - Ésta ceiba
enorme que se eleva hacia el cielo como mirando a Dios y este
otro pequeño de feijoa que parece besar la tierra. Ambos
han estado uno al lado del otro en el patio detrás de
mi ventana durante muchos años y nunca ha habido ningún
problema. El árbusto pequeño nunca se ha sentido
inferior al árbol grande. ¿Cómo puede ser?
-Eso esta claro! replicó el politico.- Un árbol
es pequeño y nos da fruto y el otro grande nos da sombra,
¿Que tiene de raro? No pueden nunca compararse. Entonces
no hace falta preguntarme nada, -le dije- ya conoce la respuesta.
Las comparaciones
son las que crean los sentimientos de inferioridad o de superioridad.
Cuando no entras en vanas comparaciones, toda superioridad e
inferioridad desaparecen. Entonces eres simplemente, estás
allí para cumplir con tu destino. No importa si eres maleza
o un frondoso árbol, solo eres quien eres, un ser necesario
para la naturaleza. Una hoja de hierba es tan necesaria como
la mayor de las estrellas. Sin esa hoja minúscula el todo
sería un poco menos de lo que es. El chillido de una chicharra
es tan necesario como el dulce trino de cualquier gorrión,
el mundo será menos rico si la chicharra desaparece.
Mira a tu alrededor.
Todo es necesario y todo encaja entre sí. Todo es una
unidad orgánica homogénea, nadie es superior ni
inferior, nadie está más alto o más bajo.
Cada ser es único, necesario e incomparable.
No tengas miedo
de vivir, de amar intensamente. Entiende que la existencia no
es fácil, que ser un hombre nuevo se construye poco a
poco, pero que tomados de la mano del amor la vida es mucho más
llevadera. Goza cada minuto de tu destino como si fuera el último,
lucha cada instante por ser un hombre nuevo.
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