"GIORGIE GIRL"


Todos sabemos que la vida es un regalo de Dios, nada de lo que se nos ha dado ha sido solicitado ni esperado, todo es un azar, nuestros padres, hermanos, hijos, la familia y hasta nuestra condición humana son producto del prodigio de la casualidad.

Sin embargo también sabemos que hay leyes divinas que son francamente incontrastables, el dualismo es la ley primaria que gobierna el universo y no puede ser quebrantada por ninguna razón o circunstancia para que no se rompa el arcano y frágil equilibrio que rige la existencia.

Sin embargo, vemos a diario que por alguna condición desconocida, algunas veces se desdice la paridad creando terceras variaciones armónicas que contribuyen al enriquecimiento o envilecimiento de la naturaleza misma.

Las más de las veces, y por anacrónicas leyes fratricidas que las civilizaciones y religiones nos han venido inculcando profundamente en la conciencia, las rechazamos de plano sin detenernos a pensar los efectos personales y sociales de quienes sufren dichas variaciones en carne propia.
Es quizás por las razones antes citadas que la sociedad no ha podido reconocer a los homosexuales un estatus digno que les permita vivir sin estigmas plenamente en sociedad y sin ninguna discriminación.

Nos contaba un educador el caso de un alumno de 12 años, que habiendo sido advertido por no traer un trabajo a realizar en su casa, le protestó airadamente diciendo: "¡Esto es una injusticia! ¡Ud discrimina!" El maestro le preguntó: "¿Por qué dices eso?". Rápidamente el jovencito contestó: "Ayer otro alumno tampoco trajo el deber y Ud. no lo amonestó". El maestro le explicó el motivo de esa actitud aparentemente injusta: "El alumno a quien tú te refieres siempre ha cumplido con sus deberes. Tú, en cambio, reiteradamente no has traído las tareas solicitadas; injusto hubiera sido no hacer distinciones, es decir, no discriminar".

La capacidad de elección es producto de la libertad. De por sí, no es algo bueno o malo, justo o injusto. Depende de las intenciones y razones por las que se discrimina. En el caso citado al comienzo de este artículo, lo injusto hubiera sido no hacer distinciones.

Ninguna persona puede ser considerada inferior, ya que todos los hombres son esencialmente iguales. Vale decir que esta condición es aceptable solamente para esas terceras variaciones que hablabamos anteriormente y que son producto de la naturaleza genéticamente hablando, y no incluye de ninguna manera al sadomasoquismo, la pederastia, la pedofilia, la necrofilia, la zoofilia y la gerontofilia: todas estas "orientaciones sexuales" claramente degenerativas de la sociedad y producto exclusivamente de la mente humana.

Pero la sociedad no ha sabido evaluar y muchísimo menos aceptar la condición homosexual que a los ojos de la iglesia y de otros estamentos regidores y del pueblo mismo se mira como una práctica aberrante y degenerada propia de personas envilecidas.

Y no es necesario ser homosexual para comprender que son un prójimo, producto del mismo azar que procedemos todos, a quienes debemos respetar con todo lo que esta palabra significa: aceptar, comprender, compartir, proporcionarle las mismas oportunidades y porque no proporcionarle una buena dosis de esperanza.

¿Pero cual es esa buena dosis la esperanza se preguntarán ustedes?

Es de todos conocida la historia de la bella maorí, Georgina Beyer, duramente discriminada en su infancia, travestido y prostituta en su juventud, cantante y actriz, transexual en su madurez que con arduo tesón y sin igual esfuerzo e inteligencia logró un escaño en el cabildo en su natal Nueva Zelanda para servir como alcaldesa y senadora con la mayoría de todos los ciudadanos que se olvidaron de su pasada condición para valorar la personalidad y disposición de servicio.

Mitos acerca de la homosexualidad en la historia del mundo

1. Mito: La homosexualidad siempre ha sido parte aceptada de la historia del mundo.
La práctica de la homosexualidad ha ocurrido en varias épocas de la historia del mundo y ha sido condenada como un tabú social y moral en todos los casos, excepto en unos pocos. Los antropólogos declaran que solamente durante un período del Japón antiguo y en unos pocos casos de grupos especiales de tribus primitivas, es que la práctica de la homosexualidad ha sido aprobada. Se supone, El 2% de los individuos de una sociedad que practican la homosexualidad observan una conducta pervertida que -- hasta últimamente -- raras veces ha sido permitida, y mucho menos promovida como un estilo de vida deseable.

2. Mito: Los antiguos griegos practicaban la homosexualidad libremente, al igual que sus grandes filósofos.
Durante la Edad de Oro de Atenas, la práctica de la homosexualidad fue declarada contra la ley y se la castigaba severamente. A pesar de lo que eruditos con prejuicios políticos puedan decir, los escritos de Sócrates y Platón demuestran claramente que no sólo no eran homosexuales, ¡sino que se oponían vehementemente a la conducta homosexual! Platón mismo fue víctima de sodomía por parte de un regente homosexual, una experiencia que él condenó como la más degradante y humillante de su vida. Más tarde escribió con respecto a la homosexualidad: "¿Quién en su sano juicio podría promulgar una ley que protegiera tal conducta?" ¡Ese era Platón!

3. Mito: La oposición al homosexualismo es una idea nueva inventada por los derechistas religiosos.
La oposición a la homosexualidad y su desaprobación no es nada nuevo. En realidad, precisamente lo contrario es cierto. Esa ha sido la respuesta de la humanidad a través de la historia. Cuando algunos segmentos de la sociedad de la Grecia antigua comenzaron a practicarla, el gran legislador persa Hamurabi declaró con desprecio que era "una mancha de la que ningún hombre podía limpiarse."
La tradición judeo-cristiana, cuyos principios fueron la base sobre la que se fundaron los Estados Unidos, ha condenado el homosexualismo como una abominación ante Dios. Esto no quiere decir que los homosexuales deban ser maltratados o privados de sus derechos civiles (algunos de los cuales pueden ser limitados por desórdenes de conducta que dañen la integridad física o moral de otras personas, como los niños); pero significa que nuestra cultura está de acuerdo con la tradición de todas las sociedades civilizadas cuando desaprueba la conducta homosexual o se opone a ella. Lo que es realmente nuevo es el poder sin precedentes, político y cultural, del movimiento homosexual militante. Los que desaprueban el homosexualismo nunca habían sido amenazados antes con la pérdida de su libertad de palabra y creencias, simplemente por razón de sus convicciones.

Durante años se ha estimado que el 10% o más de la población es homosexual. Este porcentaje se basa en los fraudulentos "estudios" del Dr. Alfred C. Kinsey. Kinsey, que no era psiquiatra ni psicólogo ni sexólogo, sino profesor de biología y experto en la clasificación de insectos de la Universidad de Indiana y que también era homosexual, se dedicó por su propia cuenta a "investigar" la sexualidad humana llegando a fraudulentos resultados como el de la tasa del 10%. Esta tasa se ha mencionado rutinariamente en trabajos académicos, materiales sobre educación sexual, informes gubernamentales y medios noticiosos. También ha sido citada extensamente como "evidencia" de la influencia política de los homosexuales, así como por activistas que cabildean a favor de programas en pro del homosexualismo, como por ejemplo la extensión de beneficios a las familias de empleados homosexuales en las grandes corporaciones.

Pero desde hace tiempo han existido muchas evidencias de que el índice del 10% es un porcentaje demasiado alto. Las encuestas hechas con grandes cantidades de personas en EE.UU., Canadá, Gran Bretaña, Francia, Noruega, Dinamarca y otras naciones, muestran un cuadro de experiencias homosexuales de un 6% o menos, y de una incidencia exclusivamente homosexual de un 1% o menos.

El ejemplo más completo es el de una encuesta llevada a cabo por el Buró del Censo de los EE.UU. desde 1988, para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el Control de las Enfermedades. La encuesta, que interroga unos 10,000 sujetos trimestralmente, sobre "Conocimientos y Actitudes Acerca del SIDA", pregunta confidencialmente si alguna de varias de estas afirmaciones son ciertas, incluyendo esta: "Usted es un hombre que ha tenido relaciones sexuales con otro hombre al menos una vez desde 1977". No más de un 3% de los 50,000 hombres que participaron en la encuesta respondieron "sí" a por lo menos una de las afirmaciones. Puesto que algunas de las otras respuestas afirmativas correspondían a las otras cuestiones (transfusiones de sangre, uso de drogas intravenosas, etc.), los datos definitivamente sugieren que la prevalencia de un comportamiento homosexual esporádico es menos de un 3% entre los hombres.
La mayoría de los estudios reportan que las mujeres constituyen la mitad de esta prevalencia, de modo que el estimado de homosexualidad en la población femenina en general sería menor del 1.5%.

Una encuesta nacional mostró que 2.4% de los votantes en las elecciones presidenciales del 1992 se describieron como homosexuales.
Muchas otras encuestas revelan porcentajes similares. Los investigadores Paul y Kirk Cameron (padre e hijo) han recopilado un nuevo reporte, "The Prevalence of Homosexuality" ("La incidencia del homosexualismo"), que resume más de 30 encuestas hechas en cantidades grandes, de personas que no tenían prejuicios. He aquí algunas de ellas:
*Francia: Una encuesta del gobierno de 1991-92 de 20,055 adultos reportó que el 1.4% de los hombres y el 0.4% de las mujeres habían tenido relaciones homosexuales durante los 5 años que precedieron a este sondeo. Las proporciones de conducta exclusivamente homosexual a través de toda una vida fueron del 0.7% para los hombres y el 0.6% para las mujeres; y de experiencias homosexuales durante toda la vida fueron del 4.1% para los hombres y el 2.6% para las mujeres.
*Gran Bretaña: Una encuesta nacional de 1990-91 de 18,876 personas entre las edades de 10 a 59 años, arrojó que el 1.4% de los hombres habían tenido relaciones homosexuales durante los 5 años que precedieron a la encuesta. Solamente el 6.1% de los hombres había tenido experiencias homosexuales a través de toda su vida.
*Estados Unidos: Una encuesta nacional llevada a cabo por el National Opinion Research Center de 1,537 adultos, en la Universidad de Chicago, arrojó que de los adultos mayores de 18 años sexualmente activos, el 1.2% de los hombres y el 1.2% de las mujeres reportaron haber tenido relaciones homosexuales durante el año anterior a la encuesta; del 4.9% al 5.6% de las personas de ambos sexos reportaron que desde los 18 años habían tenido compañeros de ambos sexos, y del 0.6% al 0.7% compañeros exclusivamente homosexuales.

Otra encuesta que comprende 36,741 estudiantes de escuelas públicas desde séptimo a duodécimo grado del Minnesota Adolescent Health Survey (1986-87), mostró que un 0.6% de los varones y un 0.2% de las chicas se identificaron como "mayormente o el 100% homosexuales"; el 0.7% de los varones y el 0.8% de las chicas se identificaron como "bisexuales"; y el 10.1% de los varones y el 11.3% de las chicas "no estaban seguros".
*Canadá: En un grupo de 5,514 estudiantes universitarios de primer año menores de 25 años de edad escogidos a través de la nación se halló que el 98% era heterosexual, el 1% bisexual, y otro 1% era homosexual.
*Dinamarca: En 1989 una encuesta de 3,178 adultos de las edades de 18 a 59 años hecha al azar, arrojó relaciones homosexuales en un 2.7% de los varones. Menos de un 1% de los hombres eran exclusivamente homosexuales.
Muchos otros estudios también varían grandemente del que llevó a cabo el Kinsey, que en retrospectiva, tiene poca validez.

Problemas derivados de la no aceptación homosexual.

A luces vistas, la discriminación y rechazo homosexual a que se ven expuestos los realmente homosexuales desde su niñez los lleva a un estado de postración y frustración dentro de la sociedad. Estado que los conlleva por ser marginados primeramente por sus padres a la prostitución temprana por otros pederastas que los conducen las más de las veces a los vicios de prostitución, alcoholismo, drogadicción con las secuelas por todos conocidas para terminar expuestos ellos mismos y exponiendo a otras personas al mayor mal que actualmente asola a la humanidad: EL SIDA.

En los EE.UU. los homosexuales masculinos han constituido más de las tres cuartas partes de los casos de SIDA. El porcentaje de homosexuales contagiados de SIDA ha permanecido relativamente en constante ascenso y a muy temprana edad. En Europa, los hombres homosexuales constituyen más del 85% de todos los casos de SIDA.

Desde 1969 el movimiento de liberación homosexual ha ido creciendo con muchísima rapidez y los homosexuales se han hecho más militantes que nunca. El slogan "¡fuera del closet y a las calles!", se convirtió en el grito de batalla del movimiento.
Junto con la militancia vociferante de los homosexuales se hicieron cambios en las leyes contra la pornografía, la sodomía, y el establecimiento de lugares donde se fomenta el homosexualismo.

Organizaciones y grupos de estudiantes para la liberación de los homosexuales crecieron rápidamente a través de todo el país. Las universidades y las escuelas que intentaron prohibir dichos grupos fueron obligadas por los jueces a no hacerlo. Los bares, los clubes y las casas de baños especiales para homosexuales surgieron por doquier, según las prohibiciones de la sociedad contra el homosexualismo (que databan de siglos) fueron derogándose.

Desde que Descartes estableció la existencia de una distinción tajante entre la realidad material y la realidad mental concebimos al ser humano como un ser bidimensional, en el cual existen una parte física y una psicológica. De esta distinción surgieron dos mundos diferentes por comprender y modificar, dos formas distintas de concebir y tratar la enfermedad, dos tradiciones académicas desvinculadas entre sí y dos tipos excluyentes de profesional: por un lado el médico, que quiere curarlo todo controlando nuestro cuerpo con medicamentos y otros procedimientos invasivos y, por otro lado, el psicólogo, que trata de hacerlo modificando creencias, actitudes y comportamientos. Así, por ejemplo, los médicos biologistas insisten en que el homosexualismo es una "enfermedad" de origen biológico hereditario y andan por ahí buscando el "gen de la homosexualidad". En su mentalidad reduccionista, sueñan con eliminar dicho "flagelo" a través de la ingeniería genética. Mientras tanto, los psicólogos insisten en que el homosexualismo tiene su origen en la historia personal del "paciente" y se afanan en buscar Edipos no resueltos, madres dominantes y Narcisos enamorados de su propia imagen en el espejo. Mientras tanto, otra corriente considera que, existiendo una estrecha relación entre el cuerpo y la mente, ambas realidades deben ser tomadas en cuenta si se quiere resolver adecuadamente el "problema de la homosexualidad". Sea como fuere, esta tendencia denominada interaccionista también parte del supuesto cartesiano de la existencia de una diferencia fundamental entre el cuerpo y la mente como una realidad intrínseca a nuestra naturaleza.

Queda claro que la parte física viene atávicamente mezclada en los genes y que la parte psíquica es un claro desarrollo del medio y las circunstancias en que se va desenvolviendo la personalidad humana y que las dos forman un ente único que vibra recíprocamente. Así que las enfermedades somáticas pueden surgir de algún problema mental y viceversa.

Este análisis nos lleva a pensar que la marginación homosexual desde la infancia lo expone a múltiples desviaciones o postraciones psicológicas, existiendo claro inteligencias homosexuales que logran llegar al equilibrio obviamente manteniéndose de alguna manera ocultos a la gran masa, solamente dando pasos adelante en medio de grupos identificados completamente con su condición. Pero la solución está en que el homosexual se pueda desenvolver completamente en la sociedad, a decir del pueblo, no se trata que salgan del closet sino que se derribe el closet y sean aceptados sin reservas.

¿Pero como hacerlo si la comunidad heterosexual no desea mantener a sus hijos expuestos a las influencias homosexuales, que podrían derivar en la contaminación psicológica su descendencia?

Las ultimas investigaciones médicas y a decir de los mismos homosexuales que se han venido definiendo reiteradamente como "mujeres atrapadas en cuerpos de hombres" y viceversa; la única solución viable seria llegar a poder determinar su verdadera condición sexual desde la más temprana infancia, por el estudio minucioso de su código genético y como ente salvador, la medicina moderna logre ponerlos en el cuerpo adecuado para que se desarrollen completamente dentro de sus verdaderas condiciones y capacidades, sin tener que sufrir los estigmas que incansable y reiteradamente nos relatan quienes han tenido la suerte que padecer al haber tenido que nacer dentro de esa tercera variación armónica de la naturaleza.

Damos por descontado que esto disminuiría a cero los traumatismos psicológicos y les permitiría llevar una vida normal, conformando sus propias familias con descendencia a través de inseminación in Vitro, nos desharíamos de las enfermedades, el lupem, la promiscuidad y la drogadicción que ha surgido de la incapacidad, la ignorancia o la falta de importancia con que hemos venido tratando a este fenómeno natural. Lo demás es pura vagabundería.

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