En el casamiento de mi hijo.
Cuando Dios puso el amor sobre la tierra
Le dio el calor del sol, la luz de una centella,
La fuerza contumaz que se desborda,
que avanza, avanza, y todo lo atropella.
 
Y el tiempo, recorriendo su elemento, 
Amigo del amor, ¡fiel compañero!
Siempre juntos irradiando los destinos
De las almas que parten a su encuentro.

Soñando de ilusiones ya en el cielo, 
Cupido el rey, sus flechas apuntaba,
A sendos corazones que se amaban
Y decidieron conllevar su nido.

Hoy es el día feliz de los anillos,
Del compromiso de una vida entera,
De las risas fragantes, ¡los amigos!
Dos almas que comparten sus quimeras.

Ámense con fulgor, pasión y celo. 
Siempre el amor de Dios en su destino, 
En las pletóricas cosechas buen cariño  
Y en los días aciagos mil desvelos.

Orando en esta tarde al Dios del cielo, 
Pidámosle al creador la dicha eterna
Por la feliz ventura de los hijos.
 
Que nunca falte el amor en su despensa,
Que colme de ilusión sus primaveras
y con amor bendiga su camino.
 

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