"Desnudos a la Espera"

La mente puede aceptar límites, la mayor de las veces sin saber se los impone. Pero la realidad es que, por su naturaleza misma, la existencia no puede tener límites, porque ¿ Qué existirá más allá de los límites de la existencia?. Nuevamente otro cielo.

Es por esto que te digo con certeza que hay miles cielos mas allá sobre otros cielos disponibles y abiertos para tu vuelo.

No te conformes fácilmente. Aquellos que se conforman permanecen pequeños; pequeños en sus objetivos, pequeños en sus goces, pequeños en sus éxtasis, pequeños en sus silencios, pequeños en todo su ser.
Y no hay porque permanecer pequeños! La pequeñez es la propia imposición sobre los valores de tu libertad, sobre tus posibilidades ilimitadas, sobre tu potencial.
El águila tiene una perspectiva de todas las posibilidades contenidas en el paisaje que se extiende abajo majestuoso. Al volar libre, natural, con seguridad y sin esfuerzo por los cielo, está estableciendo su dominio, grandioso y auto-contenido.

Cuando comienzas a volar estás en el punto en que un mundo de posibilidades se despliega para ti. Porque te habrás vuelto más seguro de ti mismo, más auto-contenido, más amoroso de lo que ves en todo su esplendor y puedes sencillo y jubiloso trabajar con la sociedad para un desarrollo mutuo y creciente.
Estando más relajado y a gusto, puedes reconocer las posibilidades cuando se te presentan, a veces aún antes que los otros las puedan ver, porque estás en sintonía con tu propia naturaleza, y sabes comprender exactamente que la existencia te está proveyendo con prodigalidad todo lo que necesitas sin andar buscándolo afanosamente.

¡Goza el vuelo! Y celebra el abanico multicolor de maravillas de los paisajes que se abren a tus pies.

Aprende a escuchar tu corazón, muévete de acuerdo con él, sea lo que sea que esté en juego. Una condición de simplicidad absoluta que cuesta nada menos que "todo"... Ser sencillo es arduo, porque ser sencillo cuesta todo lo que tienes. Debes desprenderte de todo para ser sencillo. Por eso la gente ha elegido ser compleja y ha olvidado cómo ser sencilla. Un corazón Humilde y limpio vibra en armonía con el universo mano a mano. Sólo un corazón sencillo canta con Dios en profunda armonía. Para llegar a este punto tendrás que escudriñar en tu corazón tu propia vibración, tu propio latido, entonces nacerá el verdadero amor.

La experiencia de reposar en el corazón mientras meditas, no es algo que se pueda buscar o forzar, viene con naturalidad. A medida que vamos creciendo, nos despojamos de las ataduras y nos dirigimos directamente a la sencillez cada vez más y más en armonía con el ritmo plácido de nuestros propios silencios interiores. Entonces se refleja en nosotros la dulzura y delicadeza de la experiencia. como delfines que surgen del ancho mar de nuestro corazón, que dibujan arcos concéntricos hacia el tercer ojo, reflejando el juego de la inteligencia que brota cuando aprendemos a ser capaces de conectar con el corazón y penetrar el mundo desde allí.
Permítete ser más suave y receptivo siempre, porque un gozo inexpresable te está esperando precisamente a la vuelta de cada esquina. Nadie más que tú puede descubrirlo y cuando lo encuentres no serás capaz de hallar las palabras para expresarlo a los demás, pero está ahí, en lo profundo de tu corazón, ahora estarás maduro y listo para ser feliz.

La vida es una continuidad simple y eterna, un derrotero donde no hay un destino final. Simplemente es un "ir hacia". un peregrinaje, la jornada cotidiana en sí misma es la vida, sin ansias desfaoradas por llegar a un cierto punto, sin ninguna meta específica; sólo danzando y compartiendo. La vida plena es mantenerse en el peregrinaje moviéndose alegremente, sin preocuparse por el destino final.
La pequeña figura que se ve a lo lejos moverse en el camino, a lo largo de cualquier hermoso paisaje, nunca está preocupada por la meta. Movimiento y cambio. Puede que sea un movimiento físico, de un lugar a otro, o un movimiento interior de una forma de ser a otra.
El o ella saben que la jornada es el horizonte, trasegar es el destino, el peregrinaje en sí mismo es el lugar sagrado. Cada paso que se da en el camino es lo importante. El movimiento será fácil y traerá a la vida un sentido de aventura y crecimiento; no hace falta luchar ni planear demasiado sólo recorre tus caminos con aceptación y alegría.

Aceptemos y abracemos lo nuevo de la misma forma que lo hacemos al viajar a otro lugar, a otro país con una cultura diferente, a un ambiente diferente al que estamos acostumbrados. Esta actitud de apertura y aceptación atrae nuevos amigos, compañeros de viaje y experiencias a nuestras vidas.

Cuando encuentras en tu mente y en tu corazón lo fundamental, inmediatamente se derrama como un torrente de luz en tu interior. y ya no eres mas un ser humano corriente - habrás trascendido. Tu vislumbre habrá llegado a ser el de toda la existencia. Ahora tú ya no estarás más separado y confundido a la deriva - porque habrás encontrado tus raíces.
Cuando se abre tu ser interior, primero experimentas dos direcciones: lo alto y lo profundo. Y entonces suavemente, con tranquilidad y sencillo placer, como si fuese una situación por siempre establecida, comienzas a mirar a tu alrededor, espaciándote en todas direcciones. Y una vez que hayas alcanzado el verdadero punto donde lo alto y lo profundo se encuentran, entonces podrás mirar alrededor en la circunferencia del universo y tu conciencia comenzará a desenvolverse en el infinito, pero no olvides que el camino es solo uno dentro de ti.

Entonces está naciendo tu nuevo ser emergiendo desde sus raíces y estableciendo alas para volar sin límites. Las sombras alrededor de la existencia se desvanecen y comienzas a apreciar las muchas dimensiones que la vida tiene disponibles para ti: lo físico, lo manifiesto, lo conocido, lo in manifiesto, el espíritu, el espacio puro; es la naturaleza triple del universo: manifiesto, in manifiesto, y el ser humano que contiene ambos.

Ahora se te ha presentado la oportunidad de ver la vida en todas sus dimensiones, desde lo alto a lo profundo con el poder invisible que se haya latente dentro de cada uno de nosotros.

Pero hay algo de suma importancia en este juego de descubrimientos y conquistas interiores. Hemos olvidado saber esperar, es casi un asunto inútil relegado al fondo del cofre de los valores humanos. Y justamente el tesoro más grande de tu renacimiento consiste en ser capaces de esperar los momentos apropiados. Toda la existencia esta a la espera del momento apropiado. Hasta los árboles en su sabia naturaleza lo saben: cuándo ha llegado el momento de florecer y cuándo ha llegado la época del otoño y dejar caer todas las hojas para permanecer desnudos frente al firmamento. Ellos todavía son hermosos en esta desnudez, esperan el nuevo follaje con una gran confianza en que lo viejo se ha ido y lo nuevo vendrá pronto y las nuevas hojas empezarán a crecer. No hemos aprendido a esperar;
Hay épocas en las que lo único que se puede hacer es esperar. Se ha plantado la semilla, el bebé está creciendo en el vientre, la ostra cubre el grano de arena y lo va transformando en una perla. Son tiempos para mantenerse pasivo, espectante y dejar que la naturaleza siga su curso. Sin embargo, no se debe permaneces adormecido ni indiferente; el hombre sabio sabe que es el momento de estar preparado para algo trascendente. Son lapsos plenos de misterio, como las horas antes del amanecer. Es una época en la que lo único que se puede hacer es esperar con paciencia decidida.

Anhelamos todo deprisa, la celeridad de la nueva civilización ha impuesto nuevos valores que van en detrimento del hombre verdadero. Esto ha sido una gran pérdida para la humanidad... En el silencio, el estudio, la meditación y la espera, algo dentro de ti se mantiene creciendo cada día: tu ser auténtico. Un día esto explotará convirtiéndose en una llama inapagable y toda tu personalidad volará en mil pedazos: serás un hombre nuevo. Y este sabio hombre nuevo comprenderá lo que es la savia eterna de la vida.

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