GRAN
CRUZ DE LA ORDEN DEL HOSPITAL DE SAN JUAN DE JERUSALÉN
José González Carballo
Historiador y Diplomado en Archivística
Plaza Axati, 12- 4ºB
41440 LORA DEL RÍO
EL
ESCUDO HERÁLDICO Y LA BANDERA DE LORA DEL RÍO
(PLIEGO
DE JUSTIFICACIÓN Y DIBUJO-PROYECTO)
Las siguientes líneas pretenden ser un pliego de justificación para la rehabilitación del escudo heráldico y la bandera municipal de Lora del Río, signos de identidad donde se condensa y atesora lo más significativo de la historia de nuestra villa, y patrimonio común que debemos salvaguardar en toda su extensión y exactitud.
En principio es necesario dejar claro que es un error atribuir a nuestro escudo el carácter de una merced regia o de un premio otorgado por alguna autoridad soberana, pues sabemos que la inmensa mayoría de los escudos municipales fueron adoptados libérrimamente por los concejos medievales con un propósito exclusivamente funcional: el de identificarse. Para ello pintaban ciertos símbolos significativos, en sustitución de rótulos, puesto que la mayoría de los vecinos no sabían leer. El resultado sería una especie de jeroglífico, fácilmente comprensible, que la ciencia heráldica se encargó de ordenar a partir del s. XV a través de una serie de leyes relativas no sólo al empleo de los símbolos y figuras del escudo, y su colocación en él, sino a las formas del propio escudo, y a los esmaltes con que éste se puede pintar, siendo éstos dos esmaltes (oro o amarillo y plata o blanco) y cuatro colores (gules o rojo, azur o azul, sinople o verde, y sable o negro).
1.
ANTECEDENTES
PRIMERO.-
Si
hemos dicho que nuestro objetivo es rehabilitar ese legado, no hará
falta decir que se han cometido verdaderos disparates a la hora de diseñar
los escudos o sellos que con el paso del tiempo sustituían a los
anteriores, razón por la que, el actual, ni respeta las leyes fundamentales
de la ciencia heráldica, ni responde a una evolución lógica
que mantuviese lo fundamental del emblema concejil medieval originario.
Nuestro reto por lo tanto comenzará por demostrar lo que decimos
a la vista de cuantas fuentes documentales, bibliográficas y materiales
hagan referencia a nuestro escudo municipal, esfuerzo que nos será
muy útil -por otra parte- para llegar a un conocimiento preciso
de la forma, campo y figuras heráldicas que ha llevado a través
del tiempo.
SIGLO
XVIII
Los
primeros documentos (Archivo Municipal de Lora del Río) que nos
hablan sobre nuestro escudo heráldico son los proyectos que se hicieron
en este siglo (1732) para levantar la portada de piedra de las actuales
Casas Capitulares o Ayuntamiento, en las que había de labrarse,
como así se hizo, el escudo de armas de la Villa (figura n.0 1).
Como vemos, lleva en su campo un laurel terrasado con una corona encima
que parece marquesal, encontrándose ésta más definida
al timbre; el fondo está limitado por una filiera, que el documento
describe como orla, dando un diseño al escudo que recuerda los modelos
del s.XVI. Exteriormente se decora con hojas de cardo.
SIGLO
XIX
En
este siglo son más numerosas las noticias sobre nuestro escudo municipal,
utilizado ahora como sello administrativo en documentos oficiales dimanados
del Ayuntamiento y de las escribanías de Lora del Río.
*
En escrituras públicas que corresponden a 1814 (Archivo de la Casa
de los Leones), hemos visto un sello interesante (figura n.0 2). Observemos
que han desaparecido las coronas, tiene forma oval y pinta sobre el campo
del escudo un laurel terrasado que casi parece un ciprés.
*
En las respuestas del Ayuntamiento de Lora del Río a un interrogatorio
presentado en 1839 por el Gobierno Político de la Provincia (Archivo
Municipal, leg. 54), se dice textualmente que “Lora tiene por armas un
laurel en campo raso, ignorándose la significación de este
jeroglífico”.
*
Igualmente hemos investigado en los libros de actas capitulares del s.XIX
que se conservan en el Archivo Municipal, encontrándonos por primera
vez la estampación de un sello (figura n0 3) en el libro correspondiente
a 1847-49 (fol. 1, 4 de enero de 1847). Tiene forma ovalada y en su campo
figura un laurel terrasado con Corona Real moderna o cerrada encima. Según
hemos podido averiguar rastreando la serie de actas capitulares que siguieron,
este sello se usó hasta 1912 a excepción del periodo de la
I República (1873-74) en que se le hizo desaparecer la Corona Real.
Coincide en todo con los antecedentes sigiliográficos de Lora del
Río que se encuentran en el Archivo Histórico Nacional (caja
16, n0 54, informe de 5 de diciembre de 1876).
*
Otra descripción del escudo de armas de nuestra villa nos la da
el Diccionario Geográfico Estadístico Militar de España
y sus Posesiones, publicado en 1848 por Madoz (vol. 10, pág. 373).
En el artículo correspondiente a Lora del Río leemos que
nuestro escudo ostenta un laurel con una corona encima. Lo mismo puede
decirse del Diccionario de la Lengua Española, editado por Gaspar
y Roig en 1858, donde se especifica que nuestro escudo lo constituye un
laurel sobre campo de plata con una corona encima, sobrepuesto a la Cruz
de Malta. Esta cruz figuraba en el escudo de Amalfi, ciudad natal de unos
devotos y acomodados mercaderes que en el año 1048 fundaron un monasterio
en Jerusalén, Santa María de la Cruz Latina, que fue el origen
de la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén, bajo
cuyo dominio, por concesión de Fernando III el Santo, estuvo nuestra
villa desde mediados del s.XIII hasta bien entrado el XIX. Por otra parte,
en la Revista “Sevilla Mariana” de J. Alonso Morgado (1882), encontramos
una descripción más completa sobre nuestra heráldica
municipal: representada por un laurel con corona de marquesado, la Cruz
de San Juan de Malta, y el lema “Axati”. Este lema señala que Lora,
la Axati que menciona Plinio el Viejo (24-70 d. Xto) en su Historia naturalis
(lib. 3. cap. I) como ciudad romana perteneciente al Convento Jurídico
de Hispalis, fue uno de los municipios romanos o latinos que se constituyeron
gracias a la promoción jurídica de las ciudades de Hispania
concedida por el emperador flavio Vespasiano en el año 73 d. Xto,
obteniendo entonces el derecho de tener ley propia de municipalidad y mejorando,
en consecuencia, su estatuto jurídico anterior.
SIGLO
XX
Durante
el presente siglo, las fuentes que hemos consultado nos hablan de diferentes
sellos en los que observamos graves alteraciones.
*
Fernández Casanova, en los primeros años del siglo, siguiendo
a Madoz, cita el laurel coronado como armas de la Villa.
*
En (1912), según consta en los libros de actas capitulares del Archivo
Municipal, se utilizó un sello que recuerda en todo al escudo labrado
en piedra para la portada del Ayuntamiento (figura n.0 4). Como vemos,
la única variación que presenta respecto al realizado en
el s.XVIII, nos viene dada por su forma pues éste sigue el modelo
de escudo castellano utilizado desde la conquista castellana, único
formato de escudo español después de Felipe II. Aparece en
actas capitulares hasta 1923, presentando en 1915 una variante que lo representa
sostenido por una rama de laurel y otra de palma entrelazadas.
*
Idéntico también al del Ayuntamiento, pues en él se
inspiró, es el escudo realizado en cerámica vidriada (figura
n.0 5) que aparece sobre la fachada principal de la Plaza de Abastos, edificio
proyectado por Aníbal González en la tercera década
de nuestro siglo (1925). Es muy interesante esta pieza porque interpreta
esmaltes, a saber: en campo de plata un laurel terrasado en su color natural
y superado de una corona de marqués de oro algo imperfecta, apareciendo
perimetrado el fondo del escudo por una filiera de azur que a su vez se
filetea de oro.
*
Otro nuevo diseño de sello lo tenemos en actas capitulares que corresponden
a 1922. Ahora parece que existe un intento por fijar definitivamente nuestro
emblema heráldico municipal (figura n.0 6). Por primera vez vemos
el escudo propiamente dicho sobrepuesto a una Cruz de Malta y colocado
sobre una especie de manto o pergamino, a la par que queda perfectamente
representada la corona de marquesado (modelo italiano) que va al
timbre; por otra parte, el laurel del campo es más tupido y se dibuja
de manera más natural. Este sello se utilizó hasta el periodo
de la II República (1931-36), en el cual desaparece, siendo entonces
sustituido por otro que llevaba el escudo de España con corona mural.
*
Dejando a un lado los documentos, la bibliografía de la época
(Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana, Barcelona, 1930, tomo
31, pág. 190) complica la cuestión aún más
al dar para Lora del Río dos escudos diferentes: la Cruz de San
Juan, por un lado; y el ya conocido del laurel sobre campo de plata con
una corona encima, por otro.
*
Será a partir de 1945, según observamos en actas capitulares
y en documentos del Ayuntamiento, cuando el deterioro de nuestro patrimonio
heráldico alcanzó unos límites que hicieron que por
algún tiempo no se supiera verdaderamente cuáles eran las
armas de nuestra villa; así, hemos visto representado en nuestro
escudo un olivo con corona en su campo en vez del inmemorial laurel, otras
veces timbrado con una corona bastante imprecisa que parece de marqués
(modelo holandesa) o Real antigua o abierta, e incluso el olivo con una
corona mural encima. Y todo esto sin citar los esmaltes variopintos que
se le han dado y las leyes heráldicas a las que en absoluto se ajustaba.
De todo ello justificaremos el olivo, que simboliza la paz y, por su verdor
constante, el ánimo inmutable. Además, sobre fondo blanco
o plata, el olivo puede ser perfectamente incorporado en nuestro patrimonio
heráldico y tiene su significación: no sólo porque
la zona de Lora constituyó uno de los núcleos más
importantes de producción y exportación de aceite de oliva
durante la época del Imperio Romano, base económica que mantuvo
por largo tiempo, sino también porque en nuestro paisaje coinciden
los abundantes blancos de nuestras casas con los no menos frecuentes verdes
de nuestros campos, que es lo mismo que decir que un pueblo andaluz como
Lora es sobre todo BLANCO, y un olivar VERDE.
*
Finalmente, en el libro Heráldica Municipal de la Provincia de Sevilla,
de José María de Mena (Sevilla, 1982, pág. 155), nos
encontramos con nuevos elementos confusos, debido quizá al deseo
loable del académico por adaptar los errores heredados a las leyes
de la heráldica y a la propia historia de nuestro pueblo (Revista
de Feria, Lora del Río, 1982); así es como lo blasona: en
campo de azur, un árbol de plata aclarado de sinople y fileteado
de sable, superado de Corona Real antigua de oro; el todo, sobre una Cruz
de San Juan, y al timbre, la misma Corona Real del campo, también
llamada medieval.
SEGUNDO.-
No
debe acabar aquí el acopio de datos sobre nuestro patrimonio heráldico
al objeto de adoptar definitivamente nuestro escudo y bandera municipal,
e incluso una medalla de la Villa si así se desea, con el fin de
perpetuar en estos elementos los hechos más relevantes y peculiares
de su pasado histórico. Desde mediados del s. XIII hasta bien entrado
el XIX, como ya hemos dicho, Lora fue un señorío de la Orden
Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén —conocida también
con los nombres de Orden de los Caballeros de Rodas (1310) y con el más
moderno de Orden de Malta (1530)—, lo que supone más de seiscientos
años de su historia que deben quedar plasmados para siempre en sus
armas. Pues bien, como inicialmente la titularidad de la villa la ostentó
la primera autoridad del Priorato de la Orden en el reino de Castilla y
León, constituyéndose posteriormente —dentro del Priorato—
el Bailiaje de Lora (1558), bajo cuyo dominio propio permanecerá
la Villa hasta que desaparece la jurisdicción, está claro
que en nuestro propósito nos han de ser útiles necesariamente
no sólo las armas del Priorato, sino también las del
Bailiaje, olvidadas éstas incomprensiblemente en nuestro escudo
municipal.
LAS
ARMAS DEL PRIORATO CASTELLANO-LEONÉS DE LA ORDEN
Afortunadamente
incorporadas a nuestra heráldica (figura n.0 7), coinciden en lo
fundamental con nuestra bandera municipal (Archivo Municipal de Lora del
Río. Act. Cap. 1564-1571 <sin fol.>, cabildo 19 sept. 1569, legajo
1; y Act. Cap. 1578-1581 <fol. 139 vº>, cabildo 3 agosto 1580,
legajo 2). Trae en campo de gules una Cruz de Malta de plata, estando el
fondo del escudo limitado por una filiera de plata que le da forma siguiendo
diseños del s.XVI (modelo francés); el todo se sitúa
sobre un manto, y al timbre, Corona Real moderna o cerrada.
LOS
SELLOS DEL BAILIAJE DE LORA
Son
los escudos de armas que utilizaron como propios los Bailíos, señores
titulares de nuestra villa desde mediados del s.XVI a quienes correspondía
el gobierno de la misma, y segunda dignidad de la Orden en el Priorato
castellano-leonés. Hace algunos años tuvimos la suerte de
recuperar para nuestro Archivo Municipal una colección de estos
sellos, que concretamente abarcaba desde 1583 a 1704. Al desaparecer definitivamente
la jurisdicción de la Orden sobre Lora en el s.XIX, por desgracia
no se tuvieron en cuenta a la hora de incorporar algún detalle de
ellos en nuestro patrimonio heráldico que recordara para siempre
el hecho institucional del Bailiaje. Para conseguirlo, pues imposible sería
fijar en él todas las armas de los Bailíos que Lora tuvo,
nos hemos fijado en uno de estos sellos (figura n.0 8): el que corresponde
al bailiaje de frey don Alonso Pérez de Guzmán (1686-1 708).
Como vemos, se trata de un escudo castellano que porta en su campo dos
calderas puestas en palo (marca del ricohombre de España), lleva
igualmente una bordura componada de siete castillos y siete leones pequeños
perfectamente fileteada y va sobrepuesto a una Cruz de Malta y timbrado
de corona que parece de caballero; el todo queda circundado por una especie
de collarino, propio de las Órdenes, que da al sello una forma ovalada,
la misma que vemos en todos los emblemas de los Bailíos de Lora
y propia de los escudos eclesiásticos.
La
forma ovalada debe de estar presente de alguna manera en nuestro patrimonio
heráldico, más aún cuando hemos visto algunos de nuestros
sellos municipales del s.XIX con esa particularidad (figuras 2 y 3 ). Recordemos
que Lora, bajo el señorío de Priores primero y después
de Bailíos, fue prelatura o diócesis vere nullíus,
es decir, un enclave eclesiástico de la Orden de San Juan en el
que Priores y Bailíos fueron señores no sólo en lo
temporal, sino también en lo espiritual. Al respecto, puede valer
para nuestro empeño, la combinación de formas que presenta
la figura n0 9 (medalla de la Villa), pudiendo incorporarse dicha forma
ovalada en la proyectada nueva medalla, que sería con ello muy parecida
a la anterior.
TERCERO.-
Llegado
a este estado de la cuestión queda preguntarse si hay algo verdaderamente
importante en la historia de nuestra villa que haya escapado a su heráldica.
Puestos como estamos a enriquecerla, sería éste el momento
más adecuado, teniendo en cuenta también que se pretende
adoptar una nueva medalla de la Villa, proyecto que facilita esta tarea.
La respuesta está en un nombre trascendental para los vecinos de
Lora: Setefilla. En efecto, no sólo nosotros los loreños,
sino también muchos andaluces, y españoles de otras comunidades
autónomas, sabemos de la importancia que tiene para Lora del Río
la devoción a su Virgen Patrona, en la Baja Edad Media titular de
la iglesia prioral de Nuestra Señora Santa María del antiguo
poblado de Setefilla, cuyo patronato ostentó siempre el concejo
de Lora. Por si fuera poco existe una amplia bibliografía sobre
el tema, y en 1987 tuvieron lugar acontecimientos (Patronato Litúrgico
y Coronación Canónica) que justifican plenamente que reivindiquemos
para nuestra nueva medalla de la Villa la insignia mariana por excelencia,
una María, que podría ir colgada del collar o collarino antes
mencionado (figura nº 10). Quedaría así representado
ese impulso ancestral que en la religiosidad de Lora tiene el culto a la
Virgen, y asimismo que la Villa fue territorio separado en lo eclesiástico,
sin sujeción a los obispos sino al Papa y a los tribunales de la
Religión de San Juan, y por ello exento de jurisdicción de
la mitra de Sevilla hasta que desaparecieron las jurisdicciones eclesiásticas
de las Órdenes Militares.
2.
PROPUESTA DE ESCUDO HERÁLDICO
Por
todo lo anterior, a la vista de lo subrayado, ya podemos decir que el escudo
que queremos para Lora de Río, una vez oído el dictamen de
la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles
Artes, puede ser muy hermoso desde el punto de vista heráldico,
porque reúne una serie de elementos de gran simbolismo, y de rara
elegancia, pocas veces conseguida en escudos municipales.
1.
Interiormente nuestro escudo se carga y adorna con un laurel coronado.
El laurel, figura sacada de la propia Naturaleza, se representa heráldicamente
como un arbusto plantado sobre un montículo (terrasado) y pintado
al natural, fileteado de sable y fustado de sinople por lo que toca a las
hojas y de forma que entre sus ramas se vea el campo del escudo (deshojado).
Se trata de un árbol del género Laurus L., de la familia
de las lauráceas, concretamente el laurel común o Laurus
nobilis de la flora mediterránea que, desde el punto de vista emblemático,
hace alusión directa a Lora no sólo por la similitud de ambas
palabras, que tienen la misma raíz latina (Lauro de la época
visigoda, Al-Lawra árabe), sino también por que el laurel
es una planta espontánea que, propagado su cultivo por la Península
Ibérica en tiempos de la dominación romana, tuvo un óptimo
desarrollo en zonas como la nuestra, es decir, en climas meridionales y
en tierras fértiles algo húmedas; y si bien actualmente no
es muy abundante el laurel común en nuestro término, no podemos
decir lo mismo del laurel rosa o adelfa tan característico en nuestra
vegetación. Nuestro escudo, al traer en su campo un laurel, sigue
la característica general de los primeros escudos medievales que
llevaban sobre todo “armas parlantes”, o sea, que el dibujo por sí
mismo recordaba el nombre. Por otra parte, pasando al contenido trascendental,
es el laurel uno de los árboles privilegiados por sus numerosos
atributos. Símbolo de la buena fama, bien pudo ser la figura heráldica
que representara a nuestra villa a partir de su etapa medieval cristiana,
como correspondía a un núcleo de población de primer
orden, desde luego convertida en la villa más importante de la comarca
al gozar de una extraordinaria situación estratégica y de
una próspera agricultura y ganadería. La corona, fileteada
de sable, es marquesal, círculo de oro con piedras preciosas y perlas,
y con cuatro florones en forma de hoja y cuatro ramos en forma de pirámide
de tres perlas, de modo que haya un ramo de tres perlas entre cada dos
florones, siendo visibles uno y dos medios florones de hoja y dos ramos
de perlas. Dicha corona, de clara alusión señorial, indica
que nuestra Villa, tras la conquista cristiana, llevada a cabo en 1247,
quedó fuera del sistema de justicia y administración real,
no sometida directamente a la autoridad del rey, sino a la del Prior de
San Juan. Asimismo, la corona viene a señalar la soberanía
de la Villa, que con la Carta-Puebla otorgada por la Orden de San Juan
en 1259 disfrutó de privilegio de villazgo y fue cabeza o capital
de un amplio término, incluyendo aldeas o lugares en él sujetos
a su jurisdicción y gobierno. Creo que esta corona es necesaria
por representar un episodio importante de la historia local. En 1988, en
uno de los intentos de la Agrupación Cultural Amigos de Lora al
objeto de rehabilitar el escudo heráldico municipal, proyecto en
el que intervino en el diseño Enrique-Emilio Gómez Liñán,
y por incumplirse la inmutable ley del blasón que prohíbe
yuxtaponer colores o metales, como la corona de oro sobre plata, si no
se indica que va fileteada como ahora hemos hecho, propuse su eliminación
sustituyéndola en su significado por inscripciones de sable en la
bordura de azur tomadas de la misma Carta-Puebla (* LORA * VILLA ET CAPVT
TOTIVS TERMINI SVI. * LORA * VILLA Y CABEZA DE TODO SU TÉRMINO),
tal y como aparece en la figura nº 11, pero esta adición es
cuestión proscrita de la ciencia heráldica al nacer ésta,
precisamente, para sustituir con piezas o figuras, en suma elementos simbólicos,
como es nuestra corona marquesal, a las palabras, de ahí que hayamos
revisado este planteamiento.
2.
El campo se pinta de plata y va bordeado con una filiera de azur que a
su vez se filetea de oro. No es casualidad, ni simple capricho estético.
La filiera, cuyo ancho corresponde a la décimo-octava parte de la
latitud del escudo, es una figura heráldica propia y pieza honorable,
aunque disminuida, concedida a quienes prestaban algún señalado
servicio. No olvidemos que la conquista e incorporación de Lora
al reino de Castilla y León poco antes de mediar el s.XIII, se llevó
a cabo sin enfrentamiento bélico, es decir, que los habitantes musulmanes
de la villa, ante la superioridad del ejército cristiano encabezado
por las tropas sanjuanistas, pactaron su rendición, sometiéndose
a la obediencia de Fernando III; y que donada Lora y otros lugares a la
Orden de San Juan en recompensa por los servicios que prestaban a la conquista
andaluza, convertida entonces nuestra Villa en un punto de la máxima
importancia táctica en el Guadalquivir, sus caballeros continuaron
desempeñando un gran papel en las operaciones militares que siguieron,
sobre todo en la toma de Sevilla. En cuanto a los esmaltes, el metal plata
del campo y el color azur de la filiera, obedecen a motivos muy fundados
e indican unas consignas políticas, religiosas, económicas
y sociales. Así, si la plata simboliza paz, fe, vigilancia, integridad
u obediencia, el azur puede representar la justicia, la hospitalidad, la
caridad e incluso la obligación de cultivar la tierra, lo que constituye
todo un programa de buen gobierno que encaja perfectamente dentro de la
historia de la Villa posterior a su conquista.
3.
El escudo propiamente dicho es de forma rectangular, redondeado por su
parte inferior, como corresponde a los antiguos escudos de guerra del reino
de Castilla, con seis dimensiones iguales de longitud o altura por cinco
de latitud o anchura y construido según preceptos de armería.
4.
En cuanto a la prenda de cabeza nuestro escudo va timbrado con Corona Real
moderna o cerrada, significando que nuestra villa dejó de ser señorío
pasando a depender de la Monarquía en la época contemporánea.
Así figura en los antecedentes sigiliográficos del s.XIX
que de Lora del Río se conservan en el Archivo Histórico
Nacional (caja 16, nº 54, informe de 5 de diciembre de 1876). Esta
corona, forrada de gules, está formada por un círculo de
oro engastado de perlas y piedras preciosas, con ocho florones de oro interpolados
de perlas, cuyas hojas se cubren de otras tantas diademas de oro superadas
por una hilera de perlas y cerrada en el centro, donde lleva una cruz de
oro sobre un globo de azur.
3.
PROPUESTA PARA ADOPTAR LA BANDERA MUNICIPAL
Insignia
de tela un tercio más larga que ancha, en la proporción de
11 por 18, es de tafetán carmesí como el estandarte de la
milicia jerosomilitana y lleva en el centro una cruz de tela blanca octogonal,
de ocho ángulos y ocho puntas, la Cruz de Malta, propia del hábito
de los caballeros de la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén,
bajo cuyo señorío permaneció la Villa hasta el s.
XIX. Sus ocho puntas simbolizan al mismo tiempo las ocho Bienaventuranzas
y las ocho Lenguas o naciones de la Orden Jerosomilitana: Provenza, Auvernia,
Francia, Italia, Aragón-Cataluña-Navarra, Inglaterra, Alemania
y Castilla-León-Portugal.
En
la bandera, sobrepuesto a la Cruz de Malta y centrado, irá el escudo
de armas local.
En la Villa de Lora del Río, a 2 de diciembre de 2000.
REPRESENTACIONES
DE LA HERÁLDICA DE LORA
Escudo
heráldico de Lora del Río tallado en madera. Siglo XVIII.
Tiene forma oval y porta en su campo un laurel; al timbre, parte de la
corona que llevaba como prenda de cabeza.
Figura nº 1
Figura nº 2
Figura nº 3
Figura nº 4
Figura nº 5
Figura nº 6
Figura nº 7
Figura nº 8
Figura nº 11-A
Figura nº 11-B
CÓMO CONSTRUIR UN ESCUDO
Para construir un escudo, lo primero que hay que tener en cuenta es su proporción, la cual está integrada por la longitud y la latitud. La longitud está expresada por una recta que va desde lo alto a lo bajo, dividida en seis partes o dimensiones iguales, como aparece en el dibujo, con las cifras 1, 2, 3, 4, 5 y 6. La latitud la representa una recta que va de un lado al otro, dividida en cinco partes de las seis iguales de su longitud, como se ve en el mencionado dibujo, con las cifras 1, 2, 3, 4 y 5. Esto supuesto, para formar un escudo de armas, con las debidas proporciones, se trazará por la base una línea horizontal de 5 cm. (RV); desde sus extremos se levantarán dos líneas perpendiculares (RK y VZ) de 6 cm. cada una y tirando una horizontal (KZ) que las una, se tendrá formado el paralelogramo KZVR, de 6 cm. de longitud por 5 de ancho, proporción ésta de 5 a 6 que en todo escudo ha de darse. Con un compás se medirá desde el pie de las perpendiculares R y V (lados laterales del escudo) 1 cm. y 4 mm., señalándose dicha distancia por los puntos M y P; luego en la base del escudo, se señalará con el compás y partiendo también del pie de las perpendiculares, 1´5 cm., marcando los puntos N y O, sirviendo los puntos señalados anteriormente con éstos, para trazar los dos segmentos de círculo (MN y OP), con lo cual quedará construido y dibujado el escudo según preceptos de armería. Exceptúanse de esta regla de construcción los escudos de formas irregulares, que no permiten guardar esta precisión geométrica; pero aún en los tales casos se ha de procurar, en lo posible, que tengan seis dimensiones iguales de longitud por cinco de latitud , por ser la capacidad más proporcionada para las particiones del escudo y la más cómoda para la colocación de las piezas de armería.
PROPUESTA PARA ADOPTAR LA NUEVA MEDALLA DE LA VILLA
En
la Villa de Lora del Río, a 2 de diciembre de 2000.
DESDE 1981 LA AGRUPACIÓN CULTURAL AMIGOS DE LORA VIENE REIVINDICANDO LA ADOPCIÓN OFICIAL POR EL AYUNTAMIENTO PLENO DEL ESCUDO HERÁLDICO Y LA BANDERA DE LORA DEL RÍO.