Con el debido apoyo institucional, que es garantía de futuro para años venideros, echó a andar en Lora del Río en el año 2000 la Feria de Desarrollo Rural de la Vega del Guadalquivir, la Feria de Muestras Agrovega. Del 10 al 13 de febrero de dicho año, nuestro pueblo fue lugar de encuentro de la región, en una apuesta por el desarrollo y modernización del sector agrícola y la creación de industrias transformadoras en estas feraces tierras regadas por el Guadalquivir, que como se sabe es una de las zonas agrícolas más ricas y productivas del Mundo.
Con un presupuesto global de 26 millones de pesetas, la I Feria contó con ocho pabellones, entre los temáticos y los puramente empresariales, distribuidos en casi 14.000 metros cuadrados, donde unas 116.000 personas pudieron visitar 250 expositores o stands, de estructura similar a los de otras ferias, de 100 empresas expositoras. Además, unas Jornadas Técnicas, con un extenso programa de actividades, e incluso un servicio de repostería de platos típicos de la Vega del Guadalquivir, constituyeron la oferta complementaria de la Feria.
La segunda edición de la Feria de Muestras de Desarrollo Rural de la Vega de Guadalquivir, Agrovega 2001, que tuvo lugar del 1 al 4 de febrero con un presupuesto de 36 millones de pesetas, respondió también a la buena acogida del año anterior, con 20.000 metros cuadrados de exposición, 286 stands, 110 empresas y unas 140.000 visitas acumuladas.
Por una vez en mucho tiempo el evento pone a Lora del Río como anfitriona en el lugar y papel que siempre ha tenido en la comarca, el de ser caput o capital, y que es el que verdaderamente le corresponde. Por su extensión, unos 300 kilómetros cuadrados, y número de habitantes, cerca de 20.000. Por su historia, poco respetada por cierto en lo que se refiere a su patrimonio arquitectónico. Por su privilegiada situación geográfica de bisagra entre el valle y la sierra, al lado del todopoderoso Guadalquivir, a mitad de camino entre Córdoba y Sevilla, en el mismo centro de la Vega. Por la facilidad de sus comunicaciones, pues siempre ha sido lugar de paso y encrucijada de caminos. Por la riqueza de su medio natural, merecedor de una idiosincracia particularísima al participar en el Valle Bético de las fértiles tierras de la Vega y la Campiña en contraste con las de la Sierra, aunándose espacios -sierra, vega, campiña- de caraccterísticas distintas pero complementarias desde el punto de vista económico. Por su actividad preferentemente agrícola en casi 27.000 hectáreas de tierra, de las que 22.000 son de cultivo, 1.000 se dedican a prados y pastizales, y 4.000 a terrenos forestales. En fin, por su tradición mercantil, documentada desde el siglo XIII en Setefilla y hasta nuestros días en la Alameda del Río, mercado de ganado el día de San Fernando de cada año desde 1819 por merced real de Fernando VII y hoy recinto ferial, sede precisamente de Agrovega.
Pero si esto ya es importante, más es lo que puede suponer para la comarca esta Feria de Muestras de Desarrollo Rural de la Vega del Guadalquivir y las que le sucedan bienalmente, dado que colaboran y se han comprometido en ella todos los Ayuntamientos de la Vega Alta y la mayoría de los de la Vega en general, tanto de Sevilla como de Córdoba. Con la Feria, todos están convencidos, en resumidas cuentas, de un mayor poder dinamizador de su agricultura en la economía de la Vega, conforme a las excelentes posibilidades de sus fértiles términos municipales y una mayor rentabilidad de los recursos rurales disponibles.
Mi felicitación al joven equipo de Agrovega y a las instituciones que hacen posible la Feria. Que no sea ésta un espejismo y se consigan todos los objetivos marcados. Puede ser lugar de encuentro para recuperar el tiempo perdido. Nuestra rica Vega y sus pueblos lo merecen.
Hasta el 2003, la próxima cita de Agrovega en nuestra Alameda.
