Dante "El chamaco" Aguilar
Una voz inolvidable por su elegante y magnífica dicción que no podía faltar
al mencionar a las grandes voces de la radio mexicana.
Dante Pérez Canchola nace el 5 de Febrero de l923 en Irapuato, Guanajuato, hijo de un padre
amante de la literatura que bautiza a sus hijos como Virgilio, Dante y Beatriz.
Al poco tiempo la familia se traslada a la ciudad de Querétaro donde, a la edad de seis años,
Dante es dado en adopción a don Luis Aguilar, presidente municipal de dicha población en esos años.
Don Luis era un hombre generoso que lo incorpora al seno de su familia, y de donde Dante toma
desde entonces sus apellidos: Aguilar Solis.
A los trece años de edad, sus anhelos y sus inquietudes lo llevan a la ciudad de México a vivir
con una tía, empezando su vida laboral en medio de grandes penurias económicas.
Entre otros trabajos menores, se desempeña como "gritón" de la Lotería Nacional y como
telefonista de la agencia funeraria Gayosso donde además vende café.
Sabedor de su bien timbrada voz, a los 16 años ingresa a la radio comercial en Radio Mil,
al tiempo que continúa como telefonista en Gayosso donde es descubierto por don Pedro de Lille
quien, además de bautizarlo como El Chamaco Aguilar, lo ayuda a ingresar a las filas de la afamada XEW,
Meca de los locutores, en el año 1940.
Dante Aguilar se forja así mismo, vive de su voz y de su esfuerzo permanente que apuntalara con
responsabilidad y exigencia.
En la XEW permanece por 40 años abriendo la estación diariamente a las cinco de la mañana,
ya través de ella, su voz era reconocida en todo México, Ahí participó en programas muy populares
como "Un Nuevo Día", Cartas a mis hijos del conocido hombre de letras don Ramón Osorio y Carvajal,
Nuevo amanecer, Buenos días mis amigos con Juan S. Garrido y Cuando en e! cielo todavía hay Estrellas,
entre muchos otros.
También es productor y director de programas, entre ellos La historia de los compositores,
donde difunde la obra de diversos autores nacionales.
En el área de la comunicación también participa en televisión, teatro y cine, graba dos exitosos
discos de poemas y es cronista en diversos eventos de importancia y controles remotos.
Publica durante algún tiempo la revista Telequé, primera en su género que incluye la programación
de radio y televisión, así como información general sobre la gente del mundo del espectáculo.
El Chamaco Aguilar es un hombre luchador; además de locutor, es maestro de ceremonias en varios
centros nocturnos incluyendo el Hotel Ritz.
Este declamador incursiona en el mundo empresarial poniendo tintorerías, pastelerías, vende leche
y huevos de animales que tiene en su propia casa de Cuajimalpa, y pone varios restaurantes, entre
ellos, es socio de Playa Bruja; puso Las Huilotas Fonda de los Presidentes en la ciudad de México,
y en Bonita, California, donde vive un tiempo en que debió alejarse del Distrito Federal por razones
de salud fundó un restaurante de comida mexicana. Pero al que le entregara el corazón fue a Villa Dante,
restaurante que le permite unificar su vena de empresario con su pasión por la radio, ya que en los jardines
que lo rodean coloca una avenida acotada por varios bustos de sus compañeros locutores, entre los que se cuentan
a Guillermo Núñez Keith, Luis M. Farías, Alonso Sordo Noriega, Jacobo Zabludowsky, Luis Ignacio Santibáñez, y otros,
todos presididos por el de don Emilio Azcárraga Vidaurreta. La develación de estos bustos es acompañada por sus
amigos de la XEW, por doña Amalita Gómez Zepeda, y por otros amigos y funcionarios de dicha estación.
A su paso por la vida, siembra muchos afectos que perduran y que heredara su esposa Elenita,
entre ellos, además de sus compañeros locutores, se cuentan Emilio El Indio Fernández, Antonio Aguilar,
Amparo Montes, Irma Dorantes, Beatriz Aguirre, Rosa Gloria Chagoyán, y personalidades de la política como
el Gral. Alfonso Corona del Rosal.
Sus éxitos y sus logros son muchos, como también las desilusiones y las tristezas que ensombrecen a todo
hombre sensible, y que en alguna época encontraran alivio en el alcohol. Hombre de enorme fortaleza, comparte
su vida con Elenita, talentosa cantante quien, a su fallecimiento toma las riendas de Villa Dante y continúa
con éxito ese proyecto de vida hasta el día de hoy.
Fallece prematuramente a la edad de 64 años debido a un infarto al miocardio, y en Villa Dante,
su esposa Elenita y su hija Diciembre. colocan un último busto, el del Chamaco Aguilar, como un homenaje
permanente a la vida y la obra de un mexicano excepcional.
