El primer gran logro fue grabar su primer disco a los 14 años, nada menos que con la RCA Victor, donde quedaron plasmados los temas: "La morena tumba hombres", "Una guajira", "Hagan ruedas", "Pegadita de los hombres" y otros, los cuales llegaron a hasta Sudamérica, convirtiéndose en las canciones más solicitadas en las emisoras tropicales de la época. Posteriormente grabó para otras casas disqueras como Ansonia, Venevox y Montilla. Su bella voz la llevó a participar en programas radiales, mostrando un interés cada vez mayor en la tamborera. Fue un compositor panameño quien trajo el ritmo de Cuba, empero lo adaptó haciendo los arreglos pertinentes para acoplarlo a la música típica de Panamá. Es así como se inicia, sin más, la tamborera en el istmo, considerada por muchos la versión panameña del Son Cubano. Sylvia logró el sueño de toda mujer, pues se convirtió en madre de dos bellas hijas: Clarissa y Gigi, a quien compartimos por más de cinco años con su esposo, "Chengue" Valdés, ya desaparecido, cuando dirigía el "Show de la UNA". Sin lugar a dudas, fue una cantante muy popular desde inicios de la década del cuarenta, presentándose en lugares de fama y categoría internacional. En 1940 llegó a Panamá el famoso dúo Chapusseaux y Damirón, quienes venían de recorrer diversos países. Sylvia conoció a Ernesto "El Negrito" Chapusseaux y ambos quedaron flechados. La boda fue realizada en 1942 y naturalmente Francisco Simó Damirón fue el padrino. En 1945 decide formar un trío artístico con su esposo y Damirón, nacen así "Los Alegres Tres". Viajan a Santo Domingo y se radican allí por dos años, lo cual le permitió incursionar en las tablas, llegando a convertirse en la primera actriz del teatro dominicano. Posteriormente viajan a New York, lugar donde establecen su centro de operaciones para manejar presentaciones en ciudades como: Las Vegas, Miami, New Jersey y otras más de E.U.A., Latinoamérica y Europa. Durante su estancia en Puerto Rico descubrió a jóvenes talentos y les dio la fuerza moral necesaria para continuar en sus carreras. En la "isla del encanto" era muy querida y respetada. Con Chapusseaux y Damirón grabó "Papelito blanco", al escucharla muchos solían compararla con la gran cantante peruana Ima Sumac. Por esa época también grabó "Mambo Indio", el cual fue escrito por Damirón para que Sylvia iniciara su voz. El presidente de la República de Panamá, Marco Aurelio Robles, condecoró personalmente a De Grasse con la Orden Vasco Núñez de Balboa, el acto se llevó a cabo en el Salón Amarillo de la Presidencia.
Ciertamente fue la primera cantante panameña que dio a conocer
nuestro folclore, léase tamborera y tamborito, más
allá de nuestros linderos patrios, con canciones que nos llenan
de orgullo: "Cadena Chata", "El Cangrejal",
"Sombrero Jipi-Japa", "Quiero Amanecer"
y muchas otras. Esta música folclórica, al igual que la
de otros países, tuvo su origen en el campo, en las montañas,
entre los campesinos que durante las fiestas bailaban hasta el alba, alumbrados
por velas o lámparas de kerosene, al compás de una orquesta
típica, compuesta por una flauta, acordeón, guitarras, violín
y tambores típicos, que acompañaban a una cantadora, mientras
los demás, rodeando a los bailarines palmoteaban al compás
de la música. |