M u s i g r a f í a s

Arturo "Chico" O´Farrill
El corazón de una leyenda
Un nativo de La Habana, nacido de madre cubana con ascendencia alemana, en octubre 21, 1921.  Como no estaba interesado en terminar la carrera de abogacía, su padre, un irlandés, lo envía a un colegio militar en Georgia (E.U.A.) con la esperanza que siga sus pasos como abogado. Se enamora del jazz mientras estudiaba, vuelve "infectado" y no puede curarse: lo suyo es la música. Estaba determinado a regresar a los E.U.A. y convertirse en un músico de jazz.
Un artista universal
Mientras se aleja de la jurisprudencia más se acerca al instrumento, toca la trompeta en orquestas de baile, al estudio de la teoría de la música popular cubana en la Universidad de La Habana, pegando el oído al jazz que llegaba y ése es ni más ni menos que el be-bop. Su gran amigo, Manuel Savedra, viajó a New York en 1945 y trajo consigo los primeros discos de be-bop que se escucharon en Cuba. Esta fue la motivación final la cual hizo que Arturo viajara a la ciudad de New York para realizar sus ambiciones de convertirse en jazzista. Recordemos: son los cuarenta en el mundo están, entre otros, Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Habrá de casar en Cuba bebop con cubanía como en Nueva York habrán de hacerlo Machito, Chano Pozo y Mario Bauzá, como en México lo hará y lo hace todavía esperando reconocimiento aquí un quinto cubano: el Gran Fellove.
Es lógico que O´Farrill encamine su andar a Nueva York, pero antes hay un primer interludio mexicano para tocar a mediados de los 40 con la orquesta de Luis Arcaraz. Formó parte de varias orquestas entre 1940 y 1948, año en que finalmente llegó a la capital del jazz mundial: Nueva York, siendo arreglista de la banda de Benny Goodman, quien lo apoda Chico. Se queda allí arreglando y grabando con los hacedores del be-bop: nace y le da acta de bautismo O´Farrill, el "cubop". En los años 50 grabará con Gillespie, Machito, así como con el saxofonista Parker, con quien grabara uno de los discos más importantes de su carrera: Afro-Cuban Jazz Suite. Más tarde trabajó con Art Farmer (grabando el legendario The Aztec Suite) y dirigiendo su propia orquesta. Compondría para Stan Kenton y tantos otros reconocidos.
Luego vendrían los enojos por derechos de autor nunca respetados, y otros.
En 1955 volvió a Cuba, de donde emigró a México, en 1957, tras una breve temporada habanera. Aquí toma contacto -según se podrá leer en otro libro por aparecer en el Fondo- en el Jazz Bar de Chilo Morán en la avenida Alvaro Obregón con este trompetista, con Mario Contreras trompetista también, con Tino su hermano baterista, con el contrabajista Leo Carrillo y todos los demás que querían que el jazz en los cincuenta mexicanos fuera un hecho constante. Al mismo tiempo Chico escucha a los músicos "tropicales". Una noche al sax Tomás Rodríguez desde el jazz, otra noche Lobo y Melón bebopeando Amalia Batista. Por más o menos un lustro O´Farrill hace arreglos, graba, compone, incursiona en el cine y sigue estudiando para aprovechar su tiempo mexicano.
Volverá a EE.UU. tras tocar en Bellas Artes, grabar con cantantes de moda (rocanroleros fresa incluidos) y proponer opciones a jazzistas mexicanos que quieran aprovecharlas. ¿Qué significó la presencia de Chico para el jazz mexicano? Tan injusto e ilógico es el desdeñar a O´Farrill en su período mexicano por parte de algunos jazzistas nacionales como injusto, ilógico e ingrato es que Chico haya, en un arrebato declaratorio, considerado sus años allí como una temporada en el desierto.
De regreso a Nueva York (1965) compuso para Count Basie, música para una docena de grabaciones. Otros proyectos incluyeron composiciones para el trompetista Clark Terry "Three Afro-Cuban Jazz Moods" (1970), el saxofonista Gato Barbieri "Latin America Chapter 3: Viva Emiliano Zapata" (1974), "Oro, Incienso y Mirra" (1975) de Gillespie. Además escribe la banda sonora de la película "Guaguasi" (1979) de Jorge Ulla, un director cubano exiliado quien le sugirió que grabara nuevamente y "Black Tie, White Noise" (1993) de David Bowie.
Su orquesta integró el grupo de músicos que dan vida al documental Calle 54, dirigido por Fernando Trueba.
Luego de ilusionarse y desilusionarse con el mundo del jazz, debido al aumento de popularidad en el Rock N' Roll, tener un hijo excelente pianista llamado como él, arreglar lo mismo para Barbieri que para Bowie o Ringo Starr, vivir escribiendo música sinfónica, hacer anuncios comerciales, partituras para películas y grabar un esperado disco de retorno 'Heart of a Legend', Chico volvería a México para tocar en Cancún. Eso fue al final del siglo.
O'Farrill, de diminuta figura, junto con Dizzy Gillespie y Machito, son considerados los padres del jazz latino en el mundo entero y sus figuras han llegado a influenciar a una gran cantidad de músicos que eligieron este estilo por ellos.
En 1995, O'Farrill fue nominado por vez primera por la Academia Nacional de Artes y Ciencias de la Grabación (NARAS), en la categoría Mejor Album de Jazz Latino por su disco "Pure Emotion". Lamentablemente, su excelente trabajo fue ignorado.
«Chico O'Farrill es un gran artista, uno universal. Él ha creado uno de los mejores estilos de jazz latino. Hermoso, vivo y afirma que esta música nos hace sentir orgullosos. No quiero honrar a Chico 10 años más tarde o esperar a que él ya no esté a nuestro alrededor. Eso no tendría sentido. Él merece ser honrado por todos nosotros, ahora», expresó en agosto de 2000 el actor, productor y activista, Edward James Olmos.
La leyenda de O'Farrill cobró más fuerza con la nominación al primer Grammy Latino, en la categoría de Mejor Album de Jazz Latino, por su disco "Heart of a Legend". Aquejado de un pequeño resfriado, pero siempre optimista, comentó: «Estoy muy contento y agradecido por esta nominación. Sobre todo porque en esta categoría hay magníficos músicos como Lalo Schiffrin, a quien admiro mucho».
Compitió en el mismo renglón con otro grande, el músico y pianista argentino Schifrin. Ambos, maestro y alumno, participaron en el Festival de Jazz Latino Con Ritmo y Sabor celebrado en septiembre 2, 2000 en el Teatro Griego. Evento en el cual O'Farrill recibió un reconocimiento por sus más de seis décadas de trayectoria musical.
Ese mismo año, Chico fue seleccionado para que formara parte del Salón de la Fama del Jazz Latino. Ahora su nombre está junto al de grandes figuras del género, como Tito Puente "El Rey de los Timbales", Israel López "Cachao", Mongo Santamaría, Schifrin, Eddie Palmeri y Chucho Valdés.
Ese disco lo hizo revivir tanto en el plano profesional, como en lo personal. Y así lo explicó: «En cierto modo Heart of a Legend es una compilación de todos los estilos que he tenido a lo largo de mi vida. Una colección de toda la música que hecho en mi carrera. Durante la época del rock and roll tuve que hacer música para comerciales, el dinero era bueno, pero era muy aburrido. Años después, pude dedicarme al jazz y hoy con este disco y esta nominación, estoy más vivo que antes». Este disco es una autobiografía musical de O'Farrill, en la que intervinieron estrellas como el trompetista Arturo Sandoval, los saxofonistas Barbieri y D'Rivera y, el bajista "Cachao".
«El jazz latino, en cierto modo, representa en gran parte el futuro del jazz en este país, porque para mí, no sólo es una unión musical, sino también una unión humana y hay más hermandad. En los últimos años se ha esparcido más y creo que las naciones se están fijando más en el jazz. Espero vivir más de 100 años, para seguir haciendo jazz latino».
Luego de su participación en el Festival y su asistencia a la primera edición de los premios Grammy Latino, O'Farrill continuó trabajando en All the Way.

Este legendario director de orquesta, pianista, compositor y arreglista del jazz latino, falleció a los 79 años la noche del miércoles 27 de junio de 2001, de un fallo respiratorio en un hospital de New York.
Un servicio religioso que honró la memoria de O'Farrill se ofició el 6 de julio en la iglesia de St. Peter, en Manhattan (NY), y contó con la presentación de Chico O'Farrill Afro Cuban Jazz Orchestra, dirigida por su hijo Arturo O'Farrill. En la ceremonia participaron el trompetista Wynton Marsalis, Mario Rivera, el saxofonista Paquito D'Rivera y George Mraz.
A pesar de haber fallecido su orquesta sigue tocando en el club Birdland de Nueva York, bajo la dirección de su hijo.
En este nuevo milenio queda la memoria ¿falta el documento?

¡Qué en paz descanses. Siempre y aché!

REFERENCIAS: Blanca Arroyo, Arturo Gómez / WDNA-FM (Miami), Boby Sanabria.

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