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Las canciones románticas, tipo bolero, de ésta dulce joven, interpretadas con una voz que irradiaba sinceridad, fueron distribuidas inicialmente en la popular Radio Mía.
Gracias a su popularidad realizaba constantes presentaciones en los principales hoteles de la metrópolis: El Panamá Hilton, El Continental (El Sótano) y en diferentes clubes nocturnos.
Luego de algunos años en la farándula su padrino, Arturo "Chino" Hassán, bautizó a esta encantadora colonense como Anayansi. Fuimos testigos del nacimiento de una nueva estrella en el firmamento artístico panameño. Quizás su escultural y fina silueta le hicieron recordar aquella india, personaje principal de la novela "El tesoro de Dabaibe" de Octavio Méndez Pereira, que casi enloqueció a Vasco Ñúnez de Balboa, el primer europeo que divisó el Mar del Sur.
Uno de los momentos más importantes de su carrera llega cuando tiene la oportunidad de representar a Panamá con la melodía "Mi religión", en el Segundo Festival de la Canción Latinoamericana en la ciudad de Nueva York, logrando el séptimo lugar; nada mal, pues había no menos de 50 participantes. Allí compitió con reconocidas figuras, tales como: Estelita Núñez, Nelson Ned, Monna Bell, su compatriota Leroy Gittens, Luisito Rey (padre de Luis Miguel), entre otros.
Diversas son las giras que la llevan a recorrer los escenarios internacionales, entre ellas la ciudad de Curacao (Antillas Holandesas) participando en el Festival Internacional de la Canción Mexicana en 1991, donde gana el premio como Mejor intérprete.
No sabemos a ciencia cierta qué fue lo que la detuvo, ya que estaba bien encaminada: había grabado varios LPs y realizaba giras por todo el mundo, esto sin dejar de hacer presentaciones en televisión y teatro. La simpática Anayansi aún es recordada con mucho cariño, aún más por los habitantes de este terruño istmeño.
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