El Instituto Quintanarroense de la Cultura, a través de la
Casa de la Cultura de Cancún, dentro del espacio “Libros y más Libros”, con
gran entusiasmo hoy comenta el libro “Leer es un
Camino” escrito por Juan Domingo Argüelles y publicado por Croma Piados (México) en el año de 2004.
Al publicarse el libro “Leer es un
Camino” su editor asentó que “Ya en ¿qué leen
los que no leen?, Juan Domingo Argüelles señalaba con preocupación algunos
efectos nocivos y contraproducentes del discurso dominante sobre la lectura, el
cual, aun sin proponérselo, termina asociando los libros con el deber
(disociados, en consecuencia, del placer) y volviendo infranqueable la
distancia entre lectores y no lectores. Ahora este nuevo volumen (su complemento
y continuación natural) profundiza en aquellas críticas, planea nuevas
preguntas para la reflexión y refresca las necesarias discusiones en torno al
libro, la lectura, los que leen y los que no leen proponen que los libros dejen
de considerarse objetos de culto y llama a sacarlos de sus nichos sagrados”.
“Sobre todo, nos recuerda que en materia de lectura importa mas el qué
y él para qué que el cuanto. Este autor, un apasionado defensor de la libertad
de leer y al mismo tiempo de la libertad de no leer, sabe bien que no se incita
a la lectura ni se propician encuentros con los libros a través de sermones
dogmáticos y desdeñosos, sino mediante amistosas persuasiones, tal como se
contagian un gusto, una pasión”.
“Y subraya que la lectura no es un fin: es tan sólo un camino, uno entre tantos. Como múltiples distintos posibles, tantos como lectores hay, concluye.
Juan Domingo
Argüelles nació en Chetumal, Quintana Roo en 1958. Es Reconocido poeta,
ensayista y crítico literario. Ha trabajado como columnista de los diarios El
Financiero y El Universal. Ha publicado los siguientes libros de poesía: “Yo no
creo en la muerte” (Patricia de vuelo, 1982); “Poemas de Invierno” (UNAM,
1983); “Merecimiento de Alba” (Gobierno de Campeche, 1987); “Canciones de la
luz y la tiniebla” (UNAM 1991), “Cruz y ficciones” (La tinta de alcatraz,
1992); “Agua bajo los puentes” (CNCA, 1993); “A la salud de los enfermos”
(Joaquín Mortriz); “Animales sin fábula” (Universidad Autónoma Metropolitana,
1996) y Piedra maestra (Ediciones Arlequín, 1996).
Entre otros
reconocimientos ha recibido: “El Premio Nacional de Poesía Efraín Huerta”
(1987); EL “Premio de Ensayo Ramón López Velarde” (1988); el “Premio Nacional
de Literatura Gilberto Owen” (1992) y el “Premio Nacional de Poesía
Aguascalientes” (1995).