El Duende.

 

La Casa de la Cultura de Cancún, en el espacio “Libros y más Libros”, continuando con la muy importante y prolífera obra de Juan de la Cabada, dentro del ciclo dedicado a la Colección “Cuentos y Sucedidos” de esta primera etapa de sus libros más reconocidos, difunde el texto “El Duende” escrito por el homenajeado y correspondiente a tomo 3 de dicha serie, publicada por el Fondo de Cultura Económica (México) en el año de 1981.

El Libros “El Duende” corresponde al volumen tercero de la serie de cuentos publicada en esta colección. Contiene 11 relatos cuya fuerza y delicadeza surgen de la vida hecha literatura.

Sobre este texto el editor apuntó que “En manos de Juan de la Cabada la materia narrativa es una fiesta de leguaje y de sensaciones. A su alegre maestría, a su vigor artístico, a su habilidad de cuentista le debe la literatura  mexicana moderna algunas de sus mejores paginas. Juan de la Cabada, sin embargo, no es una figura que se confine en los libros, están escritos en la vida y en ella se desenvuelven con una contagiosa energía de duende conversador, recíprocamente, sus libros están empapados de la vitalidad que anima sus palabras. Vida y literatura, experiencia y narración, pues, se confunden en la actividad creadora de Juan de la Cabada”.

“Los cuentos que han escrito son presencias de una fuerza y una delicadeza admirables, su claro talento es el corazón mismo de su personalidad generosa”.

Por su parte, Mauricio Flores de Conaculta, anotó que “La escritura depurada y elegante de Juan de la Cabada sigue vigente”.

“Escritor campechano quien construyera para sí una especie de códigos ético y estético -al grado de considerarse como un extemporráneo-, y a partir de los cuales confeccionó una obra que lo coloca entre los grandes cuentistas y cuenteros mexicanos del siglo que concluye”.

“Juan, Juanito... El de la figura vivaz y el cabello blanco. El duende risueño y socarrón”.

“El que pertenece ‘no a una sino a varias épocas pues, nació a principios del siglo XX -algunos especulan que antes-, y fue testiigo y partícipe de transformaciones importantes tanto en lo político como en lo estético’, escribe Margarita León en el ensayo ‘Juan de la Cabada. Un cuentero y un cuentista inolvidable’, incluida en el número de otoño de la Revista de Diálogo entre las Fronteras de México”.

“En el que Ermilio Abreu Gómez identificara unas manos donde ‘nace y crece una flor maravillosa. Esta flor maravillosa es la que proporciona el material suficiente para las historias que compone. Las compone con la sencilla lengua que hablan los dioses y corrigen los fantasmas”.

“Nacido en la ciudad amurallada, De la Cabada fue un niño formado en ‘la observación directa de las cosas y personas que le rodeaban, en los decires de la gente que encontró en los lugares por donde viajó permanentemente”.

Experiencias de iniciación a las que pronto incorporó un caudal de jornadas ‘ligadas a los movimientos políticos y sociales progresistas y de izquierda (Pablo Neruda, Tina Modotti y Julio Antonio Mella) que lo llevaron a participar en movimientos y organizaciones, algunas ferozmente reprimidas por el Gobierno, como lo fuera su militancia dentro del Partido Comunista (1927), hasta su muerte”.

“Con los años y conforme fue enriqueciendo su experiencia literaria, ‘el espectro de temas y recursos fue ampliándose. Es por ello que, si valoramos en su conjunto su obra, encontraremos una variedad de temas, de recursos y de perspectivas, que libran a sus cuentos de la iniciación y del encasillamiento propios de la fidelidad a una ideología y a una estética” concluye Mauricio Flores de Conaculta.

 

 

 

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