CUBA: ¿LA MARCHA HACIA UNA NUEVA CUBA ES POSIBLE?


por Pablo Felipe Pérez Goyry.

EL hombre como ser "racional", desde su creación se jacta de que la vida
corpórea es eterna. También ha especulado por siglos de que es el llamado a
dominar el mundo. Tal es el caso de algunos líderes de EE.U. y de Fidel Castro.

Colosal error, porque efímeros son el imperio y el mismo individuo; ambos
desaparecen materialmente, por una u otra causa.

Después de la presentación del Proyecto Varela, a la Asamblea Nacional del Poder
Popular, en La Habana; la visita pedagógica del ex presidente Jimmy Carter a
Cuba; las declaraciones de Fidel; el discurso de Bush en Miami; y las respuestas
de Ricardo Alarcón; no han hecho despertar la conciencia de los cubanos y
traerlos a la realidad. Esa realidad que existe aquí, ahora, y que no creo
cambie con facilidad.

Los cubanos, dentro y fuera de la isla, siguen sin ilustrarse de que solo con
unidad, sabiduría, y buena voluntad universal, es posible alcanzar metas
saludables para el futuro de Cuba. No se puede olvidar que: "El estado de
sabiduría no tiene nada que ver con el gobierno de los demás; es un asunto de
ordenarse a sí mismo".

Muchos cubanos en el exilio, por múltiples motivos, son incapaces de comunicarse
con sus iguales convenientemente. Esto evidencia que por más de cuatro décadas y
aún hoy día son incapaces de relacionarse humanamente; relaciones que permitan
defender con inteligencia y amor el futuro de la patria.

Esta verdad deplorable se exacerba por, actitudes hoscas e intransigentes, de
algunos "cubanos"; que han hecho casi imposible una verdadera interrelación
entre los nacionales. Eso sí, lo que desconocen estos "individuos" que avivan la
obstinación, no solo han sufrido en carne propia sus libertinajes, sino que
también lo han tenido que soportar todos los cubanos, en mayor o menos grado."

Apruebo los cambios políticos dentro de la isla y sé es también el anhelo de
sectores moderados del exilio y dentro de Cuba. Pero la "ignorancia" de algunos
y la perversidad de otros, no les permite ver la verdad; y olvidan de que solo
serán posible las transformaciones en nuestra patria si existe unidad
equilibrada de sentido común. Solo con urbanidad y tranquilidad espiritual, será
posible lograr la meta por el camino de la noviolencia.

Es de esencial importancia, para el futuro democrático de Cuba, asumir todos el
reto; con responsabilidad y desde lo más profundo de nuestra alma. Reflexionemos
al futuro, con altruismo y tolerancia, sobre cada propuesta y su trascendencia
en el tiempo, no solo positivas, también las negativas. El Proyecto Varela es un
primer paso y una excelente opción; por qué no asumirla con amorosa valentía y
ayudar a su perfeccionamiento.

Con el decoro que me ha caracterizado siempre y la incuestionable honestidad;
invito a todos los cubanos, sin excepción, a ser consecuentes con el futuro del
país. Creo es imprescindible borrar, con humildad de nuestras vidas, la
extravagancia del utilitarismo, la individualidad, el egoísmo y los
resentimientos. Pensemos en las futuras generaciones, como una totalidad
nacionalista; como nos enseño José Martí y todos los excelsos patriotas que han
colmado nuestra historia.

Valoremos si hemos sido humildes y perseverante en nuestras vidas. Si hemos
aprendido a ser espirituales y a otear desde el alma. Si en nuestra existencia
hemos profesado con el ejemplo digno de imitar, con nuestra esperanza, fe y
creencia. Si actuamos en cada jornada con generosidad y modestia.

Hemos proclamado a los cuatro puntos cardinales la necesidad de libertad y
democracia en nuestra tierra; la pregunta obligada es: ¿Somos dueño, en verdad,
de nuestros actos en esta cruzada por cambios en Cuba? ¿Lo hemos asumido con
sincero compromiso y vehemencia, consagrando amorosamente el corazón y el alma
al bien de todos, y no para una minoría arrogante que solo busca arrastrar
multitudes a la revancha, para satisfacer sus intereses personales históricos,
actuales y futuros?

Es necesaria la renovación y el avance hacia derroteros de progreso, democracia
y libertad; sin renunciar, guste o no, a los logros positivos cubanos en la
educación y la salud, entre otros.

Hay que meditar cada propuesta y análisis político que se haga; más aún después
de los últimos acontecimientos en EE.UU. y Cuba. Hay que convencer con hechos de
paz y nobeligerancia. Debemos caminar por el sendero que conducirá a la meta
deseada por todos los cubanos, pero debemos primero mejorar como personas.

Cuando alcancemos la meta, serán muchos los retos a enfrentar, pues toca
convivir a los de adentro y los de afuera. Alguien ha pensado ¿cómo será esta
realidad futura? Estoy convencido que solo los patriotas honestos se han
preocupado en dar respuesta a esta verdad. Creo no equivocarme al asegurar que
son muchos, yo me incluyo, los que no desean regresar a la "democracia" que
existía en Cuba antes del 59 y que dio al traste con una revolución que llevo al
poder a Fidel y sus "fieles seguidores"; tampoco vivir como se vive en muchos
países latinoamericanos - un ejemplo es Colombia, con una de las democracias más
antiguas, en el continente; junto a EE.UU. -, aunque algunos "representantes"
del exilio no quieran ni mencionar estas verdades en sus interminables
peroratas. Quizá sea este el mayor escollo que hay que eliminar y que de alguna
manera impide la unidad de principios. Sería interesante conocer qué piensan
estos "voceros" de lo dicho acá.

Enhorabuena para los que piensan en el bien de todos los cubanos; pues transitan
por un maravilloso sendero de hermandad y porque aceptan la necesidad de ser
mejores los unos con los otros.

Cuba necesita cambios políticos, es verdad; pero debe ser con benevolencia.
Mirémonos en el espejo de otras naciones que han emprendido cambios traumáticos
y cuales sus consecuencias. Las transformaciones hay que hacerlas con mesura y
analizando con madurez las acciones que se realicen; las causas y sus efectos.
Por eso la necesidad de una comisión de notables; que tendría la responsabilidad
de encontrar el hilo de Ariadna, que permita enriquecer el Proyecto Varela, por
ejemplo, y dar solución al "indescifrable problema cubano".

No podemos desconocer que Cuba es: un país no autosuficiente económicamente; que
la nación cubana es parte de la Comunidad de Naciones, y célula fundamental del
organismo global llamado Humanidad. Hay que ver con intuición el mundo actual y
cómo, luego del cambio, se inserta el país - no tendría otra alternativa - en la
"globalización y el neoliberalismo" y depender de la banca internacional, como
país subdesarrollado que es. Al mismo tiempo, los cubanos debemos asumir con
seriedad el principio de que: "Todos los hombres son mis hermanos y
correligionarios; todas las naciones son mi patria; y todas las religiones mi
religión". La pregunta ha responder es: ¿La marcha hacia la Nueva Cuba es
posible? ¡Apenas comienza el viaje, y hay que tener cordura, fe, voluntad y
valor! (Este documento puede ser reeditado - total o parcial - citando Autor y
Fuente).

Medellín, 22 de mayo de 2002.


Pablo Felipe Pérez G.
Apartado Aéreo No. 56381, Medellín, Colombia.

Página Principal

Copyright © 1999 - 2004. Pablo Felipe Pérez G. Todos los derechos.

Hosted by www.Geocities.ws

1