COLOMBIA: ¿LA GUERRA INTERNA, LA EXCUSA DE ESTADOS UNIDOS PARA UNA INTERVENCIÓN MILITAR?


por: Pablo Felipe Pérez Goyry


Se aplazaron los diálogos de paz, acordados para dar inicio el pasado 7 de
julio; entre las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC-EP) y el
Gobierno colombiano, estas han quedado pospuestas para el próximo 20 de julio.

Información ofrecida, a los medios de comunicación, por los voceros de las
Farc-ep, Raúl Reyes, Joaquín Gómez y Fabián Ramírez; y por el Alto Comisionado
para la Paz, Víctor G. Ricardo. Pensamos es uno de los tantos inconvenientes que
deberá enfrentar este proceso de Paz en Colombia.

La argumentación para tomar esta decisión, es la dificultad, de algunos
integrantes del llamado Comité Temático - designados por las Farc-ep y el
Gobierno – que no pudieron llegar a la zona donde se instalarían las
negociaciones. Por este motivo acuerdan las partes trasladar para el día 20 de
julio el inicio de los trabajos, que pudieran llevar a la firma, en el futuro,
de un compromiso de paz entre las Farc-ep y el Gobierno.

Para algunos analistas, es un paso nada positivo en el camino a la Paz, para
otros una estrategia de las Farc-ep, con el objetivo de ganar tiempo y organizar
sus exigencias al Gobierno; entre las que se encuentra la polémica participación
o no, en las negociaciones de paz, del señor Álvaro Leyva; quien se encuentra
procesado y con orden de captura, por orden de la Fiscalía General, además, de
estar actualmente con asilo político en Costa Rica.

Las Farc-ep han confirmado que la no presencia de Álvaro Leyva, en las
negociaciones, nunca será un obstáculo para iniciar las labores de la Comisión
Temática. Solo queda esperar y no debemos desconcertarnos ante nuevas embrollos.

Por otro lado los gremios no participaran en la Comisión Temática - con un
represéntate - por considerar un desenfreno, del gobierno de Andrés Pastrana, la
aplicación de las políticas laborales actuales e ignorarlos para discutir las
condiciones de estas. Cuestión nada favorable para la armonía social y política
del país, y mucho menos para las negociaciones de paz.

Las circunstancias, a todas luces, son confusas y se demuestra una vez más los
escollos que rodean las expectativas de firmar la paz en Colombia; al menos en
el mediano plazo.

El Alto Comisionado para la Paz, también ha señalado la imposibilidad de iniciar
las mesas de trabajo encargadas de negociar una agenda común entre el Gobierno y
las Farc-ep. Esto permitiría la firma, en el futuro, de un acuerdo de paz
estable. Esta reunión se debía realizar en el municipio de la Uribe, en el
Departamento del Meta; lugar situado adentro de la llamada Zona de Despeje –
tiene de extensión unos 42 mil kilómetros cuadrados -. Esta zona está bajo
estricto control de las Farc-ep, según un acuerdo entre la guerrilla y el
gobierno.

Definitivamente no se han instalado las mesas de trabajo y esto solo se
realizará de manera formal el día 20 de julio.

Interrogantes son muchas. La verdad la saben los protagonistas de estas
conversaciones. No hay otra opción que concederles un voto sincero de confianza,
semejante al que le ha otorgado el pueblo colombiano.

No dejare de perseverar y alertar de los peligros que corre Colombia, en el
futuro cercano; de no lograrse en corto plazo un acuerdo de cese al fuego, entre
las Farc-ep y el gobierno nacional. De igual manera, sería muy útil interrumpir
los secuestros extorsivos como medio de financiamiento de la insurgencia, método
utilizado por la guerrilla de manera sistemática. Practicas violan los Derechos
Humanos de los colombianos.

Circulan rumores de una posible intervención, de EE.UU., en Colombia, si no se
llega a un acuerdo de paz. Los argumentos se sustentan en la incursión de los
guerrilleros y paramilitares en territorio panameño; actividad que ponen en
peligro la estabilidad de ese país y la seguridad del canal.

Sin embargo, declaraciones del Gobierno de EE.UU., y reportadas por la agencia
de prensa Reuters, niegan de manera categórica planes de intervención militar en
Colombia. Estas aclaraciones se producen en respuesta a declaraciones, del jefe
militar de las Farc-ep, Jorge Briceño, más conocido como Mono Jojoy, a esa
agencia.

Washington declara su total apoyo a las negociaciones que las Farc-ep y el
presidente Andrés Pastrana adelantan. El portavoz del Departamento de Estado,
James Foley, a señalado: "Es falso y absurdo. Es una desinformación. No tenemos
ninguna intención de hacer algo así". "Nosotros apoyamos totalmente estas
negociaciones y esperamos sean victoriosas".

Para este humilde y sincero comentador; tendría que ver para creer en el futuro
la franqueza de estas declaraciones.

Por su parte, Jorge Briceño alerto a los Estados Unidos al señalar: "Colombia no
es Yugoslavia, para que vengan a hacer su ley. Aquí en las incomodidades, en la
inclemencia de estos climas tropicales, ese tipo de tropas no dura...", más
adelante expresa: "Les va a ir muy mal y el sentimiento del pueblo
norteamericano se va ha levantar contra ellos", preciso el jefe guerrillero.

Los aires de una posible intervención militar tienen como germen las
declaraciones del Jefe de las tropas norteamericanas, del Comando Sur, -
asentadas en el canal de Panamá -, General Wilhen. Las afirmaciones del oficial
fueron planteadas en una audiencia del Congreso estadounidense hace unos días;
donde explicó la existencia de un plan de intervención, en Panamá, de existir el
peligro de inseguridad y funcionamiento del Canal, originado por la guerra
interna en Colombia.

Por lo antes señalado, surgen varias interrogantes: ¿Existe peligro de una
intervención militar, de Estados Unidos de América, en el área? ¿Corren peligro
de ser violadas las soberanías de Panamá o de Colombia? ¿Se trata de una excusa
para falsear los evidentes propósitos de no entregar el Canal al pueblo panameño
el próximo 31 de diciembre de 1999, según lo estipulan los acuerdos
Torrijos-Carter?

Es incuestionable que tanto Panamá como Colombia, en estos momentos, están bajo
la estricta atención y control, por el gobierno de EE.UU. Las autoridades y
fuerzas políticas de Panamá ya han expresado su total disconformidad con las
afirmaciones del general. También en Colombia. Aunque no podemos dejar de lado
las expectativas que existen alrededor del actual gobierno, de Hugo Chávez, en
Venezuela; catalogado por la oposición como extremista y dictador en potencia;
por otros de izquierdista, por su amistad con el presidente Fidel Castro; y los
más reacios a su gobierno lo consideran populista; estas dos últimas aseveración
preocupa los vecinos del norte, es decir, a los Estados Unidos de Norteamérica.

De todas maneras, probabilidades de una posible intervención están a la vista;
sea con uno u otro razonamiento de las autoridades estadounidense. Eso sí, lo
que no debe aceptar se violen, una vez más, los intereses soberanos de los
países Latinoamericanos, por el "bienhechor de la estabilidad democrática, en el
hemisferio".

Una vez más están es peligro y no-mal infundados, de una intervención, en los
asuntos internos de Panamá y Colombia; sin abandonar los acontecimientos
actuales y futuros de Venezuela que no podemos descuidar, que es una
preocupación adicional, en estos momentos, para el Departamento de Estado, del
gobierno de EE.UU.

Es tarea de los hombres de bien, velar por el respeto a la autodeterminación, de
las naciones; y por su derecho a trazar dignamente sus propios destinos.

No podemos olvidar las palabras de Cristo: "No hay mayor amor de aquel que da la
vida por un hermano". Con esta premisa debemos ser solidarios de estas naciones
hermanas; y no dejar de recordar, al gobierno de los Estados Unidos, los sabios
consejos de Marco Tulio Cicerón: " De hombres es equivocarse; de locos persistir
en el mismo error". (Este documento puede ser reeditado - total o parcial -
citando Autor y Fuente).

Medellín, 08 de julio de 1999.

Pablo Felipe Pérez G.
Apartado Aéreo No. 56381, Medellín, Colombia.

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