Intúitu desde el Alma.


por Pablo Felipe Pérez Goyry

Hace algunos meses veía en la televisión un documental, donde expusieron
detalles del descubrimiento del Genoma Humano. Es decir, algo así como el
descubrimiento de la Vida o Mapa del Cuerpo Físico.

Para este modesto mortal, la mayor connotación de este hallazgo es su estrecha
relación con lo espiritual.

Todo aquello que de alguna manera no se conoce por todos, es espiritual. Al
menos en la antigüedad lo fue el rayo, que se consideraba como la ira de Dios.
Cuando se descubrió la existencia de la electricidad y sus principios; quedaba
demostrado que por tener carga negativa atraía el polo positivo de las nubes
cargadas de agua y buenas conductoras, al encontrarse provocaban un enigmático
corto circuito.

Sabemos que los genes de los padres, en toda forma de vida, genera herencias en
sus hijos; en mayor o menor grado.

Dicen ahora que una extensa cinta contiene toda la información relacionada con
la vida; de todos los seres vivos, incluyendo a los humanos. Y que las
diferencias entre estos no son significativas.

Y es aquí donde salta a la luz del conocimiento la pregunta: ¿Por qué?

No tengo la menor duda de la respuesta y pienso habrá millones de personas que
también la tengan.

Todo en el universo es un diseño divino. Al concebir el átomo, este a
evolucionado; durante millones de años. También ha pasado por todos los estados
del conocimiento: físico y espiritual. Acopiando experiencias y perfeccionando
los avances positivos y aprendiendo de las experiencias negativas. Y esto ha
permitido la diversidad de formas y conciencias en nuestro universo. Es en
definitiva lo que muchos llamamos etapas de evolución.

El núcleo de la Energía Universal, que es Dios; fue el creador de todo lo
conocido y por conocer. Es más de lo sabido hasta hoy y que de alguna manera se
considera eterno, como cada átomo que existe. Átomo que no se destruye, solo se
transforma para mejorar y perfeccionarse.

Dicen los científicos que la humanidad es similar en un 99,99 por ciento; que
solo el 1 por cien es diferente. Esa es la diferencia exterior, la que hace la
diferencia entre todo lo que existe. Lo que reafirma que nuestro origen es el
mismo, que somos semejantes, somos hermanos. En fin, todos hemos vivido en
diferentes reinos de la naturaleza, en algún momento del peregrinar evolutivo.

Todos los reinos de la naturaleza, aunque en un escalón menor o mayor de la
evolución, son iguales. La humanidad es parte de ella. Porque somos una
partícula de la totalidad, somos parte de lo que se conoce como UNO.

Para el sabio observador, puede ver esta realidad uniendo las razas, filosofías
y religiones. Podrá tener la experiencia más extraordinaria de la vida si alguna
persona logra demostrar: que lo que afecta a alguna de ellas no afecta al resto.
Negaría la Ley de Causas y Efectos, también la Analogía. Esto demuestra que
somos iguales y que la diferencia es externa.

Si estamos de acuerdo, coincidimos también en que la religión y la ciencia se
complementan, son UNA. Luego la reencarnación o resurrección es constante.
Porque lo eterno existe y todas las experiencias vividas están inscritas en el
libro de la vida.

Un nuevo velo ha sido develado con el descubrimiento del Genoma Humano. Y se ha
vuelto a demostrar lo dicho por El Cristo: Nada de lo que oculto está quedará
sin ser revelado.

Esto debe inspirarnos a respetar todas las formas de vida existentes, porque aún
faltan muchas cosas por revelarse. Al menos es un intúitu desde el alma, muy
personal, de la totalidad. (Este documento puede ser reeditado - total o
parcial - citando Autor y Fuente).

Medellín, 15 de enero de 2002.


Pablo Felipe Pérez G.
Apartado Aéreo No. 56381, Medellín, Colombia.

Página Principal

Copyright © 1999 - 2004. Pablo Felipe Pérez G. Todos los derechos.

Hosted by www.Geocities.ws

1