Libertad y Democracia


 

                                                                                         "Sea siempre fiel a sus sueños y crea en el amor de Dios".

 

 

La patria esta en peligro y la tragedia puede evitarse

 

por PabloFelipe Pérez Goyry
Periodista Independiente Cubano
Pagina personal:
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En las últimas cinco décadas, de manera inevitable, se ha podido palpar el exacerbado espíritu nacionalista de los cubanos. Empero, para tener un acercamiento a estas manifestaciones, dentro y fuera de Cuba, es imprescindible conocer qué es nación. Desde el punto de vista etimológico, resulta del latín naceré (nacer), que desde la época medieval se designa a gentes llegadas de otros lugares en el seno de una comunidad, que bien se adecua al de los exiliados cubanos. A esto se suma el de patria, que es el lugar de procedencia de estas gentes y que en definitiva es la tierra de sus padres. Es decir, patria (de pater, padre) y país (de pagus, tierra, campo).

Sin embargo, también prefiero el concepto que da el Diccionario de la Real Academia Española. En el caso de nación (Del lat. natío, -ónis) de es el conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno y/o conjunto de personas de un mismo origen... que generalmente hablan el mismo idioma. Patria (Del lat. patría) de es la tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos. Y País (Del francés pays) de es nación, región, provincia o territorio. Con todo, no es mi intención abrumar al lector y, mucho menos yo lidiar ahora con aspectos etimológicos o conceptuales relacionados con nuestro idioma, aunque en esencia sea justificado para este escrito.

Así las cosas, podemos comprender el drama de la nación cubana, que en su pater y pagus, y en el seno de otras sociedades, trata de prevalezca su auténtica naceré. Sin embargo, esta realidad histórica-social tiene su origen, después de 1959, más evidente y específico por los eventos y particularidades económicas, ideológico-culturales y sociales. Acontecimientos, que arrastrarían a los cubanos, comandados por Fidel Castro, a un supuesto esquema institucional “republicano-socialista”, que en esencia fue y es una: democracia-fidelista dictatorial de corte stalinista. Sucesos que, de paso, fragmentaría la nación, el país.

Por cerca de medio siglo, lo que parecía un atractivo y prometedor gobierno progresista, resultó ser un sistema autoritario que ha limitado la libertad individual y colectiva, y sin el menor pudor, ha ultrajado los principios republicanos.

Es decir, desde la llegada al poder de Fidel Castro, se implanto un régimen político-económico-social que ha dado privilegios incondicionales al Estado, monopolizado por la cúpula castrista, que a destruido la economía, desunido las familias y ha desperdigado por el planeta a más de millones de cubanos.

Al presente, la dictadura a olvidado de que las raíces auténticas de la nacionalidad cubana, están abonadas por la sangre y vidas honestas de los patriotas intachables y pensadores rectos, que valerosamente salvaguardaron los ideales patrimoniales del país, y que son la razón de ser de la patria. De esta estirpe están hechos los cubanos honestos, que hoy luchan en Cuba y fuera del suelo patrio para cese el avasallamiento y vuelva la libertad.

Censurables y alarmantes, vergonzosa y anárquica, salvaje e irresponsable, son epítetos insignificantes para calificar a la cúpula castrista. Caciquismo que tiene, a los cubanos que residen en el archipiélago y especialmente a los hombres y mujeres que se oponen pacíficamente al régimen, sumergidos en: prohibiciones monstruosas, miseria galopante, persecuciones deshonestas, tribulaciones fosilizadas, asesinato de la dignidad humana, indiferencia por las penurias y sueños de los jóvenes.

Sé de son numeroso los que aún sueñan, en América Latina, con la utopía de la “Revolución Cubana”, la dictadura del proletariado, el centralismo comunista, las consignas, la igualdad de clases y las grandes vallas del culto a la personalidad. Ignoran la historia reciente de Europa del Este. También, “ingenuamente” no quieren reconocer de en Cuba fracaso el socialismo-fidelista, y que el presente del país es tremebundo. La decadencia y pudrimiento de Castro y el régimen, es una verdad a gritos, continúan estrujando el país y ofendiendo a la patria. Sólo “apasionados antiimperialista”, que son alcahuetes y cómplices de la dictadura, pretenden hacer creer de son invenciones o ilusiones visuales de sus detractores y que la culpa de todo la tiene Estados Unidos de América y el ”embargo económico”.

A más de un año de las complicaciones de salud, y más allá de las profecías de algunos analistas, Fidel Castro se “recupera”. Y desde su obligado recogimiento, a salido a la palestra, ahora como editorialista del periódico Granma, apéndice ideológico del Partido Comunista de Cuba. Esta “novedad”, deja a las claras de que Castro continúa dirigiendo el país y con ello trata de evitar, a como de lugar, cualquier asomo de transformaciones en el archipiélago.

Coincido con el consagrado adalid liberal Carlos Alberto Montaner, de los cubanos que residen en Cuba, acarician la idea de cambios pero juntamente le temen. En mi opinión, para encarar una eventual transición, se debe estar conciente de es ineludible enfrentar este dilema peligroso.

Para los cubanos podamos aspirar a una libertad duradera y una república floreciente, que permita el respeto de los derechos individuales y de propiedad, los dirigentes de las colectividades disidentes en la isla, también en el exilio, tienen la responsabilidad histórica de manejar con discernimiento y creatividad los avatares futuros.

Hoy día, son muchos los nacionales que buscan en las costumbres y pasado auténtico salvaguardar su origen y regresar a su país para cobijarse en los brazos amorosos de la patria. Retorno que solo será dable si se alcanza una transición democrática que sustituya al régimen dictatorial, y se restablezca las libertades propias de un Estado de Derecho.

Inmensa es la responsabilidad y el reto ―antes, durante y después de la transición― porque el legado que dejara la dictadura será calamitoso, y se deberá rehacer la república.

La Patria está en peligro y la tragedia puede evitarse, pero... está en manos de los cubanos y demócratas decente, más allá de los intereses particulares e ideales políticos. De no hacerlo, seremos testigos del anarquismo y la desesperanza, y del cataclismo de una nación. Así que, ya es tiempo de concertar esfuerzos, con anticipación, para crear esquemas programáticos que faciliten diseñar una hoja de ruta, como itinerario para una transición. 

Tiene la palabra amiga, amigo...

    ¡Namaste!                                                                                                                    

Ciudad de la Eterna Primavera, 16 de agosto de 2007.

 

   Pablo Felipe Pérez Goyry.
   Apartado Aéreo No. 56381. Medellín. Colombia.
   Página personal: http://es.geocities.com/libertadeopinion/

 

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