LA PRODUCCIÓN DE FOIE-GRAS: UN ALIMENTO DE EXTREMA CRUELDAD
LA ALIMENTACIÓN FORZADA
Jonathan Pierce y Carol Mckenna informan sobre los
hechos que se esconden detrás de la producción de foie gras.
El foie gras, el hígado graso que desarrollan patos y gansos
mediante alimentación forzada, es una de las comidas más caras
del mundo. Pero también una de las más crueles. Para conseguir
el gusto y textura deseados, alimentan a estos animales a la
fuerza con más de medio kilo de grano y grasa, dos o tres veces
al día. Después de dos o tres semanas, cuando las aves estén
listas para ser sacrificadas, se les habrá hinchado el hígado
entre seis y diez veces su tamaño natural. Un reciente informe
de científicos de la Unión Europea, llegaba a la conclusión de
que estas aves se morirían si siguieran alimentándolas de esta
manera por más tiempo.
Este régimen alimenticio, provoca unos efectos devastadores en el bienestar de estos animales. Hoy en día más del 90 por ciento de las aves dedicadas a la producción de foie gras son patos, ya que son más fáciles de mantener y alimentar. Con el fin de suministrarles la cantidad suficiente de comida rápida y eficientemente, la mayor parte de los patos están encerrados en jaulas individuales, tan pequeñas que no pueden ponerse de pie o extender sus alas adecuadamente. Sólo sobresale el cuello a través de la jaula, para que la persona que les da de comer pueda agarrarles la cabeza y forzarles a abrir el pico. En la mayoría de las granjas, usan una bomba neumática para meterles en la boca la enorme cantidad de comida necesaria para hacer que el hígado se hinche exageradamente. Introducen la bomba en la garganta de las aves e inyectan la comida en dos o tres segundos. De esta manera, un solo operario puede alimentar a la fuerza a más de mil aves en menos de una hora. Diversos estudios han puesto de manifiesto que este trato, puede causarles heridas de forma inmediata, al igual que contusiones y desgarros en el cuello. También, pueden morir de asfixia cuando el operario les introduce, accidentalmente, comida en la traquea.
El confinamiento, impide a estas aves llevar a cabo las pautas de conducta que adoptarían normalmente. En su estado natural, forman grupos sociales y pasan largo tiempo en el agua. Dedican la mayor parte del día buscando comida y cuidando de su plumaje bañándose y acicalándose. A medida que se les continúa alimentando a la fuerza, el trauma que se causa a estas aves, se hace más y más severo. Después de una semana, muchas desarrollan enteritis aguda y diarrea. Las plumas del cuello, se vuelven pegajosas y se les ensortijan. El hígado va aumentando de tamaño gradualmente, lo que les va dificultando el movimiento e incluso respirar adecuadamente. Los observadores que han visitado estas granjas, han señalado que los patos jadean todo el tiempo durante las últimas etapas del ciclo de alimentación forzada. Por otra parte, el aumento de peso les causa heridas por el rozamiento de la zona pectoral, con el suelo de la jaula.
Aparte de alimentarles mucho más
de lo que estas aves comerían naturalmente, la dieta que les
dan, es deliberadamente deficiente en nutrientes que necesitan,
lo que asegura que el hígado acumule tanta grasa como para dejar
de funcionar con normalidad. Una ingesta reducida de calcio,
contribuye igualmente al hecho de que entre el 30 y el 70 por
cien de las aves examinadas en los mataderos, sufran de
múltiples fracturas de huesos.
Una persona que investigó este negocio, llegó a la conclusión
de que "el truco de esta clase de alimentación está en
saber cuál es el mejor momento para parar antes de que el ave
muera por enfermedad." Las autopsias, han encontrado aves
con insuficiencias cardiacas y renales así como con hemorragias
hepáticas. En poco tiempo, estas aves padecen avanzados estados
de enfermedad.
Algunas de las críticas más irrecusables a la industria del
foie gras, proceden de veterinarios que han examinado informes de
autopsia de aves criadas para este fin. El Dr Mark Lerman, un
veterinario estadounidense, comentaba lo siguiente: "El
esófago está tan densificado, hinchado e infectado a causa de
la alimentación forzada, que el ave nunca podría volver a comer
por sí misma. Las lesiones que he visto en este pato y otros
como él son inigualables. Estas lesiones son el resultado de un
esfuerzo continuo, perverso y coordinado de forzar físicamente a
éstas pobres criaturas a hacer algo para lo que no están
diseñadas."
CRÍA INTENSIVA
El desarrollo de granjas intensivas de foie gras, ha
traído consigo que más aves que nunca estén sufriendo los
dolorosos efectos de la alimentación forzada. En 1998, esta
industria crió 25 millones de patos y gansos. Aunque en Francia
promocionan a algunos productores tradicionales como atracción
turística, al 80 por ciento de los patos se les mantiene en
diminutas jaulas de tipo industrial, ubicadas en edificios
terminantemente prohibidos a los visitantes. Este cambio, ha
permitido una reducción de gastos y un incremento de los niveles
de producción en más del 100 por cien en los últimos diez
años.
Hoy en día el foie gras se vende en su estado natural o como paté y puede venderse incluso a 180 libras, (280 dólares) el kilo. Un tarro pequeño del mejor paté de foie gras para cuatro personas puede costar 43 libras (50 dólares). Francia es con mucho el país productor y exportador más importante y es así mismo el mayor importador del producto. Por lo tanto no es sorprendente que el 90 por cien de todo el foie gras, se consuma en Francia. Un reciente informe de la asociación francesa de foie gras, reveló que el 40 por ciento de la población consume el producto allí cada año y que el francés medio lo consume diez veces al año. Se suele comprar como "capricho" de la estación en Navidad y Año Nuevo, época en que se consumen cerca de dos tercios del foie gras. Sin embargo, recientes iniciativas de marketing han aumentado las ventas durante el periodo de semana santa en un 5 por ciento.
LOS VETERINARIOS DE LA
UNION EUROPEA CONDENAN EL FOIE GRAS
Un reciente estudio de la industria del foie gras sobre
bienestar animal, llevado a cabo por el comité científico de la
unión Europea, condenó la producción de este producto por ser
perjudicial para el bienestar animal. Descubrieron que la tasa de
mortalidad en algunas granjas durante el período de
alimentación forzada, ascendía al cuatro por ciento. ( 20 veces
el nivel que sería previsible en patos de granjas
convencionales). El comité recomendó que debería encontrarse
una alternativa a la alimentación forzada de patos y gansos. Un
miembro del comité llegó a la conclusión de que la única
recomendación que podía hacer era que "la alimentación
forzada de patos y gansos debe finalizar y la mejor manera de
conseguirlo es prohibiendo la producción, importación,
distribución y venta de foie gras."
A pesar del punto de vista de este experto comité, la Unión
Europea no ha preparado hasta ahora legislación alguna para
evitar o restringir esta práctica. En 1999, el Consejo de
Europa, que tiene un grado de participación más amplio que la
unión europea, pero no poderes legales de carácter vinculante,
recomendó que el confinamiento en jaulas individuales debería
haberse eliminado para el 2010. Debido a las presiones por parte
de intereses creados, no se hizo ninguna recomendación sobre el
proceso de alimentación forzada.
DEMASIADO PARA DIGERIRLO
En muchos países, la preocupación por la crueldad que
conlleva la producción de foie gras, ha llevado a prohibir los
métodos empleados. Las leyes de protección animal de Dinamarca,
Alemania, Noruega, Polonia y Austria, prohiben específicamente
la alimentación forzada. En Suiza, interpretan la ley contra la
crueldad en animales como impedimento para la producción de foie
gras y sucesivos ministros en gran Bretaña han afirmado que esta
práctica no se permitiría. A pesar de estas leyes, muchos de
estos países siguen importando grandes cantidades de foie gras
de Francia.
PARA MÍ NO, GRACIAS
No puede haber ningún otro sistema de cría de animales
que como éste, les deforme y enferme a propósito. El
confinamiento en jaulas, los métodos usados para forzar a que
les lleguen enormes cantidades de comida al estómago y el
consecuente deterioro de su salud y bienestar, representan la
forma más extrema de explotación animal. Y lo que es más, es
imposible que se pudiera introducir algún sistema de regulación
que permitiera la producción de foie gras de manera humana.
Seguramente, muchos chefs y restaurantes de elite que consideran
que el foie gras tiene un único y exquisito sabor, prefieran no
saber cómo se hace el producto. Pero cualquiera que se tome el
tiempo de averiguar cómo tratan a los animales en el proceso de
la alimentación forzada, lo tendría difícil a la hora de
justificar semejante sufrimiento.
CÓMO PUEDES AYUDAR
Pídenos (a la WSPA)
copias de los folletos sobre foie gras y repártelo en
restaurantes y en tiendas que vendan foie gras. Si ves reseñas
de restaurantes o cocineros famosos que estén promoviendo el
foie gras, puedes enviar un folleto a la publicación o al
productor.
Los lectores de países miembros de la Unión Europea, pueden
escribir al miembro de su país en el Parlamento Europeo
apremiándoles a apoyar la prohibición de la alimentación
forzada.
Texto de ALA (Alternativa para la Liberación Animal).
LiberAcción