EXPERIMENTACI�N ANIMAL:
�LA CAUSA OCULTA DE LA CONTAMINACI�N MEDIOAMBIENTAL?
��ABSOLUTAMENTE!!
�Te has preguntado alguna vez por qu� el aire que respiramos, la comida que comemos, el agua que bebemos y la tierra por la caminamos est�n contaminados? La respuesta altmente sorprendente es simple: Tambi�n conocida como vivisecci�n, la experimentaci�n animal es la causa oculta de poluci�n medioambiental y problemas de salud p�blica. La experimentaci�n con animales es una metodolog�a muy poco cient�fica para asegurar qu�micos. La naturaleza no concluyente, err�nea, de la experimentaci�n animal crea una pantalla de humo -una coartada que permite la continua fabricaci�n de todo tipo de qu�micos t�xicos y peligrosos. La vivisecci�n da una falsa ilusi�n de seguridad, pero todo lo que asegura es una continuada demanda de cada "nuevo" y "no probado" veneno que acaba contaminando nuestro planeta.
�C�MO SE GENERA LA CONTAMINACI�N MEDIOAMBIENTAL?
Cada a�o, decenas de millones de variados tipo de productos qu�micos son fabricados para uso comercial, industrial, agricultural, militar, de limpieza y cuidado personal en todo el mundo. Mientras que el n�mero exacto se desconode, se estima que m�s de 70 millones de tipos diferentes de productos t�xicos y peligrosos son usados s�lo por las industrias estadounidenses cada a�o [1]. S�lo los pesticidas hacen m�s de 40.000 formulaciones diferentes [2], y las drogas prescritas [medicamentos] a�aden m�s de 205.000 tipos diferentes.
Son estos qu�micos los que contaminan nuestro aire, tierra, r�os, oc�anos y reservas de aguas subterr�neas, as� como nuestra comida y nuestros cuerpos. Lo hacen mientras son fabricados, mientras se usan, y cuando se dispone de ellos. Contaminan el aire cuando los qu�micos escapan a la atm�sfera desde las f�bricas durante el proceso de producci�n, uso y disposici�n. Contaminan los r�os cuando las industrias liberan aguas contaminadas a los canales de agua y cuando los qu�micos son intencionadamente vertidos a las alcantarillas, o son filtradas por la lluvia. Los qu�micos contaminan las aguas oce�nicas cuando los r�os desembocan en los oc�anos, y cuando los qu�micos son liberados directamente al mar por canales. Contminan las aguas superficiales y subterr�neas cuando los qu�micos son vertidos intencionadamente en la tierra, como la aplicaci�n de pesticidas en campos de cultivo, cuando salen por tuber�as rotas y tanques de almacenamiento subterr�neos, y cuando los qu�micos son tirados junto con las basuras a los vertederos.
EL ROL DE LA VIVISECCI�N
Para hacer estos venenos aceptables para el p�blico, las empresas qu�micas, farmac�uticas y petrol�feras se refugian en la vivisecci�n. Mira a tu alrededor, en tu casa y tu trabajo hay miles de productos qu�micos que se han proclamado "seguros" y/o "aceptables" para nuestro uso. �Te has preguntado alguna vez de d�nde vienen estas afirmaciones de seguridad?. Estas afirmaciones de "seguridad" han sido fabricadas en laboratorios viviseccionistas [3]. Ratas, ratones, conejillos de indias, h�msters, ardillas, gerbos, conejos, peces, sapos, reptiles, insectos, perros, gatos, monos, grandes simios, p�jaros salvajes, codornices, palomas, pavos, patos, pollos, vacas, cabras y caballos est�n entre los animales que se usan. Se llevan a cabo numerosos tipos de tests de toxicidad (DL, CL, LDLo, TDLo, TCLo, MTD, etc) bajo el pretexto de tests de toxicidad. Otras investigaciones incluyen tests de irritaci�n cut�nea y ocular (el Test Draize), carcinogenicidad (c�ncer), y estudios de mutagenicidad (mutaci�n gen�tica), estudios de teratogenicidad (defectos de nacimiento) y toxicidad reproductiva, hepatotoxicidad (da�os de h�gado) y nefrotoxicidad (da�os de ri��n), estudios de neurotoxicidad, etc.
De estos estudios, de los que salen montones de datos ambiguos, contradictorios e inv�lidos se recopilan lo que deja a los "cient�ficos" escribir sus conclusiones "cient�ficas". Por ejemplo, si quieren "probar" que un qu�mico particular no es un carcin�geno, todo lo que tienen que hacer es presentar evidencias de aquellos tests con animales que apoyen este punto de vista. Por otra parte, si quieren probar que el mismo qu�mico es carcin�geno, producen otros tests de laboratorio para mostrar que el producto es carcin�geno. Esto es lo que el Dr. Bruce Ames, Director del Instituto Nacional del Centro de Ciencias Medioambientales y de la Salud de la Universidad de California en Berkeley tiene que reportar: "De los 392 qu�micos en nuestra base de datos, probados tanto en ratas como en ratones, 226 eran carcin�genos en al menos un test, pero 96 de ellos eran positivos en ratones y negativos en ratas, y/o viceversa". El Dr. Ames contin�a: "Conversamente, los carcin�genos humanos importantes no pueden ser detectados en los tests est�ndar en roedores; esto era cierto durante mucho tiempo para el humo del tabaco y el alcohol, las dos mayores causas identificadas de muerte neopl�stica en EE.UU. [4]". Un simple an�lisis de los hallazgos del Dr. Ames prueban que, para todos los prop�sitos pr�cticos, hay una media del 50% de que un carcin�geno para los ratones sea carcin�geno tambi�n para las ratas --es como tirar una moneda al aire--. Esto significa que no hay correlaci�n entre la rata y el rat�n. Si no hay correlaci�n entre estos dos animales tan "estrechamente" emparentados, ciertamente nunca habr� correlaci�n entre la rata y el perro, o entre el perro y el gato, dejando s�lo alguna correlaci�n entre estos animales y el animal humano.
No es sorprendente que miles de "conocidos" carcin�genos animales sean usados rutinariamente y/o encontrados en nuestra agua de beber, comida, y los productos qu�micos que usamos. El cloroformo es uno de estos carcin�genos, un subproducto de la cloraci�n del agua corriente. Los pesticidas declarados carcin�genos siguiendo los tests con animales, y normalmente rociados en los cereales, son otro ejemplo [5]. Trietanolamine, un ingrediente en muchos detergentes para la ropa, y Perchloroethylene, el agente com�nmente usado para el lavado en seco, est�n entre los incontables "carcin�genos animales" que consumimos.
Una interesante distorsi�n del sistema sale a la superficie cuando, ocasionalmente, un producto carcin�geno es comercializado con una etiqueta de "advertencia". Un ejemplo de esto es el caso de un endulzante artificial muy popular, Sweet'N Low, que lleva la siguiente etiqueta: "El uso de este producto puede ser peligroso para tu salud. Este producto contiene sacarina, que ha sido determinada causante de c�ncer en animales de laboratorio". Desde luego, debe puntualizarse que la sacarina est� regulada en California como carcin�geno. La evidencia para esta regulaci�n: c�ncer en las vejigas de ratas macho como resultado de ingesti�n de sacarina a dosis equivalentes a la consumici�n humana de 800 a 1.000 tazas de sacarina cada d�a durante toda la vida [6]. Incre�blemente, muchos "proyectos de investigaci�n" similares son conducidos por todo el mundo con concentraciones de qu�micos que exceden a los que consumimos los humanos en un factor de m�s de un mill�n [7].
No s�lo las altas dosis contribuyen a que falle la vivisecci�n, tambi�n la variaci�n entre especies hace que todos los tipos de vivisecci�n sean err�neos. Desde que cada especie de animal es una entidad bioqu�mica diferente, sigue que cada especie reaccionar� de forma diferente a varias substancias, no s�lo de otras especies animales, tambi�n de animal humano. Incluso dos animales "estrechamente" emparentados como la rata y el rat�n reaccionan diferentemente uno del otro. Las variaciones en el orden de magnitud de muchos miles son el sitio com�n entre las diferentes especies [8]. El principio de la variaci�n entre especies no es una excepci�n, m�s bien es la regla. Los egipcios conocieron las variaciones entre especies hace miles de a�os. Para encontrar con qu� fue envenenada la comida  del fara�n, primero deber�an darla a comer, no a la rata pero a la cocina. De hecho, casi todos los libros de toxicolog�a, reportajes o art�culos publicados actualmente inevitablemente recogen las serias dudas de los "cient�ficos" sobre la variaci�n entre especies. Los practicantes de la ciencia "moderna" y medicina han elegido ignorar, desafiar, y/o conceder sus propias observaciones y hallazgos, as� como las leyes m�s b�sicas de la naturaleza que gobiernan las interminables diferencias bioqu�micas entre las diferentes formas de vida.
REGULACIONES MEDIOAMBIENTALES
El fraude de la experimentaci�n medioambiental se extiende por el proceso de producci�n qu�mico y comercializaci�n y se aplica al campo entero de "protecci�n medioambiental". Los estudios de aseguraci�n de riesgos, apuntados a probar o desaprobar los riesgos asociados con las emisiones t�xicas de una inceneradora al aire, descargas de aguas de desecho de una planta de tratamiento de qu�micos al oc�ano, descargas de qu�micos de una planta industrial al campo, o la aplicaci�n de pesticidas en cultivos, son ejemplo de investigaci�n medioambiental donde la vivisecci�n se usa rutinariamente par justificar las concludiones variantes y contradictorias -dependiendo de los intereses de los que pagan-. Otros casos de leyes medioambientales y pol�ticas que involucran a la vivisecci�n, son los est�ndares del gobierno para el agua de beber, l�mites seguros de calidad del aire, niveles seguros de exposici�n de los trabajadores (TLVs, PELs, TWAs, y STELs), regulaci�n de pesticidas, y los requerimientos de las Hojas de Datos de Material de Seguridad para decenas de millones de qu�micos industriales.
Desafortunadamente, lejos de salvaguardar al p�blico y al medio ambiente, estas aseguraciones de "seguridad" hacen muy seguro y legal contaminar para los contaminadores -adem�s de lo que ya contaminan ilegalmente-. La raz�n es como sigue. Para cualquier regulaci�n para proteger al p�blico y al medio ambiente, debe ser fundada en campos cient�ficos. La comunidad cient�fica dice aceptar esta premisa b�sica. De hecho, suele estar en conflicto con la comunidad regulatoria porque dice que en lugar de establecer regulaciones basadas en el conocimiento cient�fico, los reguladores lo establecen bas�ndose en consideraciones econ�micas (por ejemplo, costes a la industria para cumplir las leyes). Sin embargo, lo que la comunidad cient�fica falla en admitir es que lo que llaman "ciencia", no es nada m�s que ficci�n. Y, desde que las leyes medioambientales de hoy est�n basadas en datos no cient�ficos obtenidos de tests err�neos con animales, el tr�gico resultado es que lejos de proteger al p�blico y al medio ambiente, estas leyes y regulaciones protegen a la industria y permiten la existencia de carcin�genos, terat�genos y t�xicos en todos los tipos de nuestra comida, aire, agua, hogar y lugar de trabajo.
Claramente, las pol�ticas que realmente intenten proteger al medio ambiente y al p�blico deben estar basadas en la aut�ntica ciencia. Esto, eliminando la investigaci�n con animales y prohibiendo la producci�n de decenas de millones de venenos, mientras se controla responsablemente el uso de los absolutamente "esenciales" a los que la humanidad se ha vuelto adicta. Es emocionante c�mo esta investigaci�n y pol�ticas est�n instigadas y apoyadas por instituciones autoproclamadas "medioambientales" y "verdes" y, en general, por el "movimiento medioambiental".
EL PROBLEMA
El problema es que hay un c�rculo vicioso intencionadamente creado que apoya los intereses de muchos grupos. Estos grupos que est�n interrelacionados, consisten en lo siguiente: el imperio qu�mico, el imperio petrol�fero, el imperio farmac�utico, la industria alimentaria, la industria tabaquera, los institutos de investigaci�n, las instituciones de "salud", el ej�rcito, el gobierno e incluso el llamado movimiento medioambiental. En otras palabras, un grupo crea el problema, un grupo dice que est� estudiando el problema, y otro pretende luchar y resolver el problema.
La investigaci�n con animales se presenta al p�blico como una metodolog�a cient�fica para la aseguraci�n de qu�micos. Los fabricantes dicen que identifican los qu�micos peligrosos a trav�s de las pruebas con animales. Las agencias gubernamentales dicen que minimizan los riesgos a trav�s de aplicaciones de regulaciones (establecidas a trav�s de tests con animales). Los institutos de salud dicen que si no les damos carta blanca para realizar experimentos con animales, nosotros y nuestros hijos estamos destinados a morir miserablemente. Sostienen que la civilizaci�n y el progreso van de la mano con el crecimiento qu�mico. Sostienen que sin la experimentaci�n animal, la vida en el planeta tierra est� destinada a desaparecer. El hecho es que la investigaci�n con animales es responsable de la devastaci�n de la vida en nuestro problema, as� como del desastre causado a nuestra salud y el colapso de nuestra econom�a [9]. Desafortunadamente, mucha gente as� como la mayor�a de las organizaciones medioambientales fallan en hacer esta conexi�n vital.
No debe ser dif�cil comprender que los millones de qu�micos sint�ticos a los que somos expuestos rutinariamente, posiblemente no puedan ser da�inos para nuestro organismo. La naturaleza y extensi�n de los da�os es evidente s�lo despu�s de que los "conejillos de indias" humanos hayan sido expuestos a los t�xicos. Esto es por elhecho de que, por ejemplo, un carcin�geno animal no puede ser siempre un carcin�geno humano. Conversamente, qu�micos catalogados como seguros a trav�s de tests con animales rutinariamente da�an un incontable n�mero de seres humanos. La demostraci�n de esto es el hecho de que la Administraci�n Estadounidense de Alimentos y Drogas (FDA) retire 12.000 drogas prescritas (encontradas "seguras" bas�ndose en muchos a�os de tests con animales antes del registro de la FDA) del mercado cada a�o.
LA SOLUCI�N
La soluci�n para nuestros problemas de salud y medioambientales no requiere un retorno a la "edad oscura" como algunos puedan temer. Una vez que nos demos cuenta de que un mill�n de tests con animales son tan inservibles (y, de hecho, peligrosos) como un s�lo test animal, y una vez que aceptemos el hecho de que los animales ni pueden ni nos advertir�n, que estamos solos para protegernos, contra los peligros inherentes de los qu�micos t�xicos, poluci�n, y enfermedades, la responsabilidad de proteger la humanidad caer� sobre nosotros mismos.
En lugar de demandar m�s "investigaci�n" y "estudios" a los fabricantes de qu�micos, en lugar de presionar a nuestros gobiernos para que hagan m�s "regulaciones" y "l�mites de seguridad", y en lugar de tratar de dar la vuelta al problema, comencemos con nosotros mismos en nuestros propios hogares. Vamos a cortar con la fuente de poluci�n eliminando los venenos que usamos en nuestra vida diaria. Se dice que los hogares de hoy contienen m�s qu�micos que un laboratorio. Vamos a comenzar libr�ndonos de todos los productos t�xicos que hemos acumulado en nuestra cocina, en el botiqu�n, y en el garaje. Podemos reemplazar estos productos con soluciones simples, naturales y efectivas para nuestras necesidades personales y de limpieza del hogar (escribe a SUPRESS para pedir recetas naturales).
Vamos a comer comida sin venenos en recipientes sin venenos. Vamos a llevar ropa sin venenos. Vamos a conducir coches sin venenos. Vamos a ver programas de televisi�n que no nos bombardeen con incontables anuncios publicitarios anunciando venenos "nuevos y novedosos", d�a y noche.
Llegar� la hora en la que reciclar, vivir de forma "verde", ser vegetarianos y anti-viviseccionistas no sea un problema de elecci�n, sino de supervivencia. Llegar� la hora en la que el progreso y la modernizaci�n no sean igualados con la existencia de m�s qu�micos y drogas. No es dif�cil ver que lo que el �nico "progreso" con el uso y mal uso de qu�micos tiene que ofrecer es el progreso entre la total destrucci�n de nuestra salud, econom�a y planeta.
La vivisecci�n es la causa oculta de la poluci�n medioambiental y los problemas de salud p�blica. Vamos a destruir el mito y el ritual medieval de la vivisecci�n por el bien de la ciencia real, el verdadero progreso y civilizaci�n, y asegurar un medio ambiente seguro y libre de venenos para nosotros mismo y las generaciones venideras.
REFERENCIAS
1. OSHA staff estimates that there are between 40 and 70 million Material Safety Data Sheets (MSDS) in use nationwide.
2. Registered by the United States Environmental Protection Agency (EPA) and regulated under the Federal Insecticide, Fungicide, and Rodenticide Act (FIFRA).
3. Under the Toxic Substances Control Act; the Federal Insecticide Fungicide and Rodenticide Act; etc., the U.S. EPA is authorized to require the animal testing of "new" chemicals, old chemicals that are proposed for new uses or for which there is a suspicion of adverse health effects, and new mixtures of old or new chemicals. In other words, any and all chemicals may be tested on animals.
4. Bruce N. Ames, Renae Magaw, Lois Swirsky Gold, "Ranking Possible Carcinogenic Hazards," Science 236 (1987), p. 275.
5. "Food Use Pesticides Which Have Been Evaluated For Carcinogenicity," U.S. EPA, Office of Pesticides & Toxic Substances, Reto Engler, Ph.D., July 1992.
6. For example, see Edward J. Calabrese, "Animal extrapolation. A look inside the toxicologist's black box," Environmental Science & Technology 21, No. 7 (1987), p. 618.
7. For example, see Environmental Science & Technology, p. 618.
8. For example, see Human Health Risks From Chemical Exposure: The Great Lakes Ecosystem, R. Warren Flint and John Vena, Lewis Publications Inc., MI, 1991, p. 34, which states, "The toxic potencies of 2,3,7,8 TCDDD [Dioxin] and related compounds exhibit profound interspecies variability. For example, there is an approximately 5,000-fold difference among laboratory mammals in the acute LD50."
9. In 1994, the annual "health care" cost in the U.S. was 1.2 trillion dollars.
Este art�culo es una versi�n condensada del libreto original titulado:
Animal Experimentation:
�The Hidden Cause of Environmental Pollution?
Absolutely!
De Hoorik dacoudian, Vice Presidente de The Nature of Wellness.
Art�culo traducido de:
Animal Research
Hosted by www.Geocities.ws

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