Nota Importante: Si tienen alguna pena grande o sienten que la vida es injusta, tienen dos opciones: 1) volver atrás y no leer los siguientes capítulos, ó 2) seguir adelante y leer los mejores fanfics de la saga.




RANMA1/2
"Atrévete a Aceptarlo 2000"


Capítulo #10:

“November Rain"

parte 1




Original de Rumiko Takahashi.
Fanfic escrito por Felipe Torres entre noviembre del 2000 y junio del 2001,
y editado en junio del 2001.




I


	Lugar: las montañas. Fecha: 31 de octubre. Hora: 5.45 PM.
	Atardece lentamente y la suave brisa se convierte en una
ventisca fría y ruidosa, como si cantara, como si quisiera advertir
algo.
	Solamente un muchacho bajaba solo por la inclinada ladera
de las rocosas montañas, con las manos entumidas que sujetaban los
tirantes de su gran mochila, mirada fija al terreno y notoriamente
triste; sin rumbo fijo, sin saber, en realidad, en qué parte del
maldito mapa (que, para variar, había extraviado) se encontraba.
	Su delgada ropa no cubría del intenso frío a su congelado
cuerpo. Y para peor, no estaba cerca esa persona que, sin duda, lo
alentaría a seguir bajando la montaña.
	No sospechaba que estaba en medio de un futuro y arrollador
tifón. Veía inocentemente cómo la tierra formaba pequeños remolinos
y las grandes rocas eran despedazadas por el potente viento.
	Tampoco sospechaba que detrás de él, y debido al envolvente
ruido del viento, una abalancha inmensa de rocas y tierra estaba
a punto de arrollarlo.
	Pobre muchacho...

	Lugar: barrio de Nerima, Tokyo. Fecha: 31 de octubre. Hora:
5.47 PM.
	Atardece lentamente y la suave brisa se convierte en una
ventisca fría y ruidosa, como si cantara, como si dijera algo.
	Solamente un muchacho caminaba solo por las frías calles
de un pequeño barrio, con las manos entumidas en los bolsillos,
mirada fija hacia el frente y notoriamente contento, se dirigía a
su casa antes de que pesque un resfrío.
	Su túnica roja de origen chino no alcanzaba para abrigar su
ya casi congelado cuerpo. Sin embargo, una voz dulce, abrigadora, a
lo lejos lo llamaba y apura el paso.
	- ¡Ranma, aquí tengo tu abrigo!.
	- ¡Ya voy, Akane, no te muevas de ahí! - responde el chico
al instante.
	Ya no era una ventisca, sino un viento fuerte y desgarrador
que llevaba mucho polvo, molestando a la vista y haciendo difícil
el trayecto del joven.
	- Toma tu abrigo - le dice Akane cuando llega -. A ti se te
ocurre invitarme a pasear en un día así.
	- ¿Cómo iba a adivinar que empeoraría tanto? - responde
mientras miraba al cielo -. Dios, comenzaron a aparecer nubes, será
mejor apurarnos o nuestros padres se preocuparán.
	Se pone el abrigo y, protegiendo a Akane, caminan con paso
apurado con destino a casa.

	Precisamente, en la casa de la familia Tendo ya empezaron
a ponerse un poco nerviosos. Sound Tendo caminaba de un lado para
otro en el comedor; a sus espaldas, el panda bebía tranquilamente
el té sentado en la mesa.
	- Escuche como sopla el viento, Saotome. No puedo creer que
no hayan avisado en la televisión que habrá hoy un tifón. ¿No cree
que los chicos debieron haber llegado ya?.
	- “¿Me ve cara de adivino acaso?. ¡No sé dónde se metieron
esta vez!” - decía en un letrero que levanta Genma mostrándoselo a
Tendo sin siquiera voltear.
	- Ranma dijo que llevaría a la pequeña Akane al cementerio
a visitar a mamá - decía Kasumi agitada saliendo de la cocina -. Lo
bueno es que están juntos, ojalá Ranma la traiga con bien.
	- Yo no me confiaría tanto, hermana. Uno nunca sabe lo que
puede pasar- comenta Nabiki que se dirigía a las escaleras dejando
a su hermana y a su padre más nerviosos de lo que estaban.

	Las ramas de los árboles se inclinaban ante la fuerza del
viento y la soledad, sólo adornada por el cantar de las hojas y el
caminar de dos muchachos que apuran el paso.
	Él aún le ayudaba a avanzar, pero no era fácil a la vez de
protegerse de los torbellinos de arena que se levantaban con el
fuerte viento.
	Ranma estaba cansado. Había estado entrenando hasta tarde
en el dojo en estos últimos días para hacerse más fuerte cada vez
y formar un clima de espera interesante para el próximo combate con
su amigo y rival, Ryouga.
	Pero no demostraba agotamiento alguno para que Akane no se
preocupara.
	De pronto, ella se sintió un poco cansada y se detuvo. Ante
su repentino decaimiento, Ranma la cargó por el resto del camino,
sin importarle que él estuviera más cansado que ella.
	Akane se abraza fuertemente al cuerpo de su prometido y él
está dispuesto a llevarla a casa a pesar de todo.
	En eso, un árbol es arrancado de sus raíces por el viento y
cae muy cerca de ellos.
	- Esto no me está gustando, Akane. Parece que es un tifón.
Ya no tengo fuerzas para seguir cargándote. Mucho me temo que no
alcanzaremos a llegar a casa antes de que otro de esos árboles se
caiga. Lo único que falta es que se ponga a llover - dice Ranma
deteniéndose y respirando agitadamente.
	Inesperadamente, un árbol se derrumba y va a caer encima de
ellos. Como por reflejo, Ranma, sin soltar a Akane, salta evitando
el contacto del árbol, pero cae muy mal.
	Akane se suelta de él y lo ayuda a recuperarse. En eso, ven
un refugio entre escombros en donde podían esconderse por un rato
hasta que se calme un poco la situación. Allí, se acomodan como
pueden.
	En eso, comienza a llover.
	- Espero que no te moleste que esté tan cerca - dice Akane
acercándosele a propósito.
	- Ya cállate y déjame descansar... uhhh, un poco.
	Y se durmió. Akane no sabía cuánto tiempo estarían así y
decidió, al igual que él, descansar un rato en su regazo.

	Unos días después, visiblemente recuperado al igual que el
tiempo, Ranma estaba sentado en una de las bancas del parque con
una sonrisa en el rostro.
	Dispuesto a dejar de lado el fracaso del paseo del otro día
con Akane por culpa del tifón, la espera en ese lugar después de
clases para ir al cementerio a visitar a la difunta señora Tendo,
mamá de Akane.
	En eso, pasa ante sus ojos la presencia de Ryouga. Traía
una cara de no estar en el lugar que él quería estar, como siempre,
pero en esta ocasión no traía su mochila de viaje.
	- Qué tal, Ryouga. Tanto tiempo sin vernos.
	- Ah, hola Ranma - mira hacia todos lados como si estuviera
extraviado -. ¿Tú sabes por qué estoy aquí?. No recuerdo muy bien
qué estaba haciendo.
	- Déjame adivinar, ¿estabas buscando a Akane... o a Pchan?.
	- No te burles, Saotome. Es en serio. Sólo sé que tenía
ganas de salir a caminar.
	- Tú nunca estás en un ligar fijo. ¿Por qué no te sientas
un poco?.
	Se sienta al lado de Ranma. Ambos quedan mirando como el
sol se va escondiendo.
	- Ranma, ¿tú sabes la fecha del día de hoy?.
	- Claro. Es el 2 de noviembre. Andas despistado hoy, ¿eh?.
	- Es que no tengo un calendario. Pero cuéntame, ¿qué haces
aquí en el parque solo?.
	- No te exaltes conmigo. Espero a Akane. La acompañaré al
cementerio a visitar a su mamá.
	Ryouga respira muy profundo. Se veía que recordaba algo
agradable.
	“Apuesto cien yens a que está pensando en Akane otra vez,
¿qué acaso nunca se rinde?... Me estoy comportando como Nabiki”,
pensaba Ranma.
	- Mamá... Hace tiempo que no la veo - decía mientras se
ponía las manos detrás de su cuello.
	“Ups, menos mal que no me gusta apostar”.
	- La extrañas, ¿verdad, Ryouga?.
	- No me había dado cuenta, pero mi viaje a durado tanto que
apenas puedo recordar su rostro. ¿Hace cuánto tiempo no ves a tu
mamá, Ranma?.
	- La verdad es que no hace mucho tiempo la ví por última
vez - responde con tristeza notoria -. Pero no puedo verla mientras
tenga la maldición de Jusenkyou. Mataría a mi padre y a mí si se
entera de eso.
	- Oh, disculpa, es que no lo sabía. ¿Quién iba a pensar que
una madre haría eso con su...?.
	- No es lo que tú piensas. Mi padre le hizo una promesa a
cambio de nuestras vidas que me convertiría en todo un hombre a los
16 años, y ya ves. Con el agua fría me convierto en mujer. Además,
ella es una persona de palabra y ya dijo que no dudaría en hacerlo.
	- Es una verdadera lástima... Es una lástima, pero ya debo
irme - Ryouga se levanta y le da una mirada corta a Ranma y se va
tranquilo. Unos metros más allá se detiene extrañamente -. No eres
el mismo de antes. El Ranma que yo conozco no le teme ni siquiera
a la muerte.
	Fue lo último que dijo antes de desaparecer de la vista de
Ranma. Un adiós suave le alcanza a decir antes que esas últimas
palabras hicieran eco en su interior, haciéndolo pensar.
	- Vaya, creí que andaba extraviado, como siempre. ¿Adónde
irá ahora?.
	Pasó un rato. Recordó cuando su madre vino a verlo a la
casa de los Tendo y Genma lo obligó a transformarse en mujer para
que no lo reconociera. Sin embargo, no se quedó de brazos cruzados
y decidió presentarse como hombre ante ella sin pensar siquiera en
ser descubierta su maldición. Si tenía que morir, lo haría, pero
tenía que hablar con su madre y abrazarla después de tantos años.
	De pronto, le vino el recuerdo de Akane a la mente. Desde
el día del paseo frustrado por el tifón andaba extraña y decaída.
Y no era por falta de sueño, como él, pues no acusó ningún problema
de mal genio o algo por el estilo, que le da cuando no duerme (o
quizás, casi siempre).
	- Todo esto es muy extraño... ¿Y por qué Ryouga me habrá
dicho eso?. Él no es una personas que hace frases filosóficas. Se
está pareciendo a Kuno, en especial en sus salidas.
	- ¿Qué pasa con Ryouga? - le preguntó Akane que llegaba. Al
parecer no lo escuchó.
	- Nada, sólo lo vi pasar por aquí. Ahora vámonos antes que
se haga tarde.
	- Tomemos el tren, llegaremos más rápido.

	En 15 minutos ya estabanen el cementerio, más bien, en la
tumba de la señora Tendo.
	Akane le había traído claveles, las flores favoritas de su
madre, y mojaba la lápida con sumo cuidado.
	Ranma hacía acto de presencia. Con las manos atrás, cuerpo
recto y muy serio, veía como Akane seguía amando a su madre después
de tanto tiempo.
	Quizás era por el lugar o por el momento, pero Ranma tenía
una sensación rara, algo que le apretaba el pecho y no lo dejaba
tragar saliva. En eso recordó las palabras de Ryouga: “El Ranma que
yo conozco no le teme ni siquiera a la muerte”.
	- Esto me da mala espina - murmura Ranma confundido.
	En eso, oye toser a Akane. Sin dejar de sentir esa extraña
sensación, va a ver que le ocurre arrodillándose junto a ella.
	- Ay, qué me pasa. Cof, cof, cof...
	- Despistada... ¿Con qué te atoraste ahora?.
	- Con nada, bobo - responde entre la tos.
	- ¿Estás resfriada o algo así? - pregunta ahora más serio y
preocupado.
	- No.
	Después de esto, tosió sangre. Ranma comienza a sentir una
presión en el pecho, ahora más agobiante, punzante, profunda.
	- Pero qué... - y se queda inmóvil.
	- Quiero regresar, Ranma. No me siento bien - pero Ranma no
responde, se siente ido, aguantando una sensación desagradable -.
¡¡¡Llévame ya!!!.
	Sólo ahí Ranma reacciona. La toma en brazos y la lleva
rápidamente a la estación del tren a pesar que esa presión en su
pecho le hacía el viaje imposible.
	“¿Qué está pasando?. ¿Por qué si hace un tiempo ella estaba
bien?. ¿Por qué las palabras de Ryouga me hacen sentir así?. ¿Y por
qué este tren se demora tanto en llegar?”. Eran las interrogantes
que se hacía Ranma durante el trayecto en el tren e incluso en la
consulta del doctor Tofou.
	Después de que el doctor se llevara a Akane para hacerle
exámenes y Ranma llamara a casa para avisar lo sucedido, él se
queda en la sala de espera muy intranquilo. Se sentaba, se paraba,
daba vueltas, miraba el reloj, seguía dando vueltas, se sentaba, se
volvía a parar...
	En eso, llega toda la familia. Como siempre, Tendo llega
llorando pidiéndole explicaciones a Ranma, pero Kasumi lo salva
sentando a su padre en una silla.
	- Estoy igual que ustedes. Sólo sé que tosió un poco de
sangre y luego se sintió un poco mal - dice algo despreocupado.
	- “¡¿Te parece poco?!” - decía un letrero del panda.
	- Ojalá sea sólo eso, Ranma - musita Nabiki dejando a Ranma
tembloroso.
	- No le hagas caso. ¿Por qué no te sientas y te comes este
emparedado que preparé? - le pide amablemente Kasumi ofreciéndole
un emparedado que tenía en sus manos.
	- Eres muy amable, pero no. Sólo quiero que el doctor nos
diga luego qué es lo que tiene Akane.
	- Eso es lo que queremos todos - comenta Nabiki en el otro
lado de la sala.
	Pasaron las horas. Cuando eran ya casi las nueve, aparece
el doctor Tofou bañado de nerviosismo y notoriamente triste. Todos
callaron en ese instante. Se podían escuchar la respiración y el
latir de sus inquietos corazones.
	La mirada del doctor se cruzó con la de cada uno de los
presentes, sintiendo que era el momento de hablar.
	- ¡Doctor, dígame cómo está mi hija!.
	- Ella ahora está acostada descansando. Sin embargo, le
tomé algunos exámenes a sus pulmones para ver qué pudo haber
ocasionado esa tos con sangre. Les pido que vuelvan en dos semanas
a buscar los resultados. Durante ese tiempo, será mejor que Akane
se quede aquí.
	- Lo que usted diga, doctor. Pero adelántenos algo, no nos
deje así - suplica Tendo al igual que todos los presentes.
	- Créanme que yo también quiero saberlo, pero aún no les
puedo adelantar nada... no hasta que esté seguro.

	Las dos semanas fueron interminables para todos. En clases,
Nabiki y Ranma no podían poner atención en las mismas; en la casa,
un inquieto Sound, un aburrido panda y una torpe Kasumi. Happousai,
apenas se enteró, no salió más a robar prendas íntimas.
	Iban a visitarla todos los días al consultorio, ocultando
la preocupación que sentían haciendo creer a Akane que estaba allí
sólo para que descansara mejor.
	Después que pasaron los quince días, fueron a ver al doctor
Tofou para saber los resultados de los exámenes.
	- ¡¿Qué cosa?! - exclama Tendo desesperado mientras todos
los demás ni pestañeaban. Ranma siente esa presión invadiendo su
pecho nuevamente, agobiante, incontrolable, deprimente, agotadora.
	Tofou trataba de explicarse con lágrimas en los ojos, su
voz quebradiza apenas podía salir de su garganta.
	- Un tumor maligno le he localizado en su pulmón izquierdo
y... tomando en cuenta el resultado de la biopsia... ha estado ahí
por mucho, mucho tiempo - hace una pausa para suspirar -... ya no
hay nada más qué hacer.
	La noticia cayó como un edificio encima de todos. Ranma ya
no podía mantenerse firme, le faltaba aire y titubeó un poco
afirmándose en la pared..
	- ¿Qué significa eso? - pregunta Nabiki temiendo lo peor.
	- Un mes... Me temo que eso es lo que le queda.
	No pudo seguir, los lentes se le empañaron y bajó la cabeza
desconsolado.
	- ¿Es una broma, no?... Dígame que no es cierto... mi hija
está bien - sollozaba Tendo sujeto al doctor, pero éste sólo deja
caer lágrimas ante la mirada desesperada de Sound.
	Kasumi queda paralizada, Nabiki se arrodilla no pudiendo
creer lo que sus oídos acaban de escuchar, y el panda y Happousai
se sientan con unos inmensos ojos que delataban toda su impresión
e impotencia.
	Ranma, en un momento de total descontrol, sale corriendo
del consultorio, lejos del dolor, dolor que lo perseguía, que iba
a donde él iba, presionando su pecho y destrozando su corazón.
	Corría sin rumbo fijo, tratando de encontrar a alguien con
quien consolarse: Ryouga, Ukyou, Shampoo, Hiroshi o Daisuke; pero
no podía, su mente lo engañaba, su corazón lo detenía. Agotado, cae
llorando y rendido al pavimento, maldiciendo este día, principio de
su desgracia.
	Después de un radiante relámpago y un trueno ensordecedor,
empieza a llover. Yace en el piso dejándose mojar, no importándole
convertirse en chica en la mitad de la calle.
	Mientras tanto, no muy lejos de allí, se podía escuchar que
en una fuente de soda se tocaba una canción, “November Rain”, tema
cuya letra describía perfectamente la situación de Ranma.
NOVEMBER RAIN (Lluvia infernal) intérprete: Megumi Hayashibara letra en español: Felipe Torres Bajo la lluvia, lejos de ti, podré saber lo que tú sientes, saber algo de mí. Mantengo viva una ilusión, esa que me deja vivir y de estar sin ti. No sé si no pensé en dañarte, pero el tiempo pasa y no sé qué hacer aquí bajo esta lluvia infernal... Quiero estar contigo más cerca y más tiempo, ya no sé que hacer sin sufrir ya más. Lluvia infernal... Lo siento, no puedo estar en pie, la lluvia sigue... sin ti.
Así, la lluvia infernal de noviembre cae sobre Ranchan, pero sin duda que por dentro sufría como todo un hombre, sufría por su amada Akane, presa de un destino que nada se le comparaba, ni siquiera su estúpida maldición de Jusenkyou.

II



	Akane dormía plácidamente por primera vez en mucho tiempo.
Se veía que sonreía, quizás soñaba con Ranma y con un lugar en
donde sólo ellos podían estar y ser felices: quizás en una pradera
disfrutando de un día de campo, quizás en la playa corriendo en la
orilla del mar con él, quizás en un corredor de la casa mirando la
lluvia abrazados, siempre mirándolo.
	Pero una voz familiar entra en sus sueños confundiéndola,
despertándola, diciendo su nombre. Él estaba sentado en su cama
rozándole una mano.
	- Akane... Akane, ¿estás despierta?.
	Al abrir los ojos, encuentra al protagonista de sus sueños,
era Ranma quien la llamaba, pero había vuelto a la realidad, una
realidad cruel e injusta, llena de dolor y falsedad. Su sonrisa se
borra al instante y corre su mano.
	- Sí... eso creo - responde.
	- Kasumi dijo que ya tiene listo el desayuno.
	- Ya voy... Sólo deja que me vista.
	Ranma le sonríe, pero al voltear la borra tristemente. Al
llegar a la puerta de la habitación, le da un último vistazo antes
de salir. Suspira profundo y sale.
	Akane se demoró como media hora en bajar. En el comedor,
nadie había tocado su desayuno. Al verla, todos le sonrieron pero
ella no sonrió y se sentó al lado de Ranma, distante, indiferente.

	Iban tarde a la escuela... ya no les importaba. Caminaban
tranquilamente por la misma ruta aburrida y monótona de todos los
días.
	Dejaron que Nabiki los dejara atrás. No se hablaban, pero
iban tomados de la mano.
	Y no sólo eso, iban al cine, siempre paseaban después de la
escuela, miraban el atardecer, y solamente no están juntos en el
baño y cuando dormían.
	Sin embargo, ya no conversaban como antes, aparte de uno
que otro diálogo monótono.
	Al llegar a la escuela, el director los dejaba entrar sin
hacer ningún escándalo y con una sonrisa saluda a Akane quien
responde fríamente.
	En la sala, todos los saludan. Ranma contesta sonriente.
Para Akane, era rutina.
	En la mitad de la clase, ya se había aburrido, para variar.
Por un momento, quiso ser una alumna deficiente, que le costara
aprender para no dejar de prestar atención a la clase.
	Pero no podía hacer nada más: si demostraba aburrimiento,
el profesor no dudaría en ofrecerle amablemente salir del salón o
cambiar a una materia más interesante para ella; si miraba a algún
lado cualquiera, la saludarían con la misma sonrisa de siempre. Lo
que sí hizo fue a suspirar un poco para que Ranma le tomara la mano
suavemente y se mantuvieran así hasta la hora del descanso.
	En esta instancia, todos van con su almuerzo al puesto de
Ranma y Akane para estar con ella.
	Ukyou, la chica de la espátula, es una de las más afectadas
con la repentina enfermedad mortal de Akane; por eso, se mantiene
cerca de ella para apoyarla en lo que fuera. Ya no le importaba si
Ranma era oficialmente el novio de Akane, sentía tanta lástima por
ella que el sólo hecho de ponerse en su lugar por un segundo le
hacía sentirse demasiado nerviosa para caminar.
	Sin embargo, Akane nunca se integraba a la conversación y
se quedaba apoyada en el hombro de Ranma toda la hora. Incluso,
cuando Tatewaki Kuno llegaba a la sala para saludarla, ella no se
molestaba en mirarlo siquiera y le responde un frío “hola”.
	Todo el día en la escuela era así.
	En la tarde, cuando estaban en la clase de historia, Ranma
pide permiso para ir al baño. Akane le dice “no tardes”. Él afirma
con la cabeza y sale del salón.
	No se demora mucho en el baño. Al salir, se ve aliviado,
respira profundo y exhala reposadamente.
	Camina lentamente de regreso al salón pero notoriamente
triste.
	De pronto, recuerda las dolorosas palabras del doctor Tofou
cuando les comunica lo que tiene Akane y el poco tiempo que le
quedaba de vida.
	- Hace un mes que estoy con el alma en un hilo. Dios mío,
¿por qué no elegiste ese destino a otra persona, acaso tiene que
ser Akane?.
	Una lágrima de impotencia cae por su mejilla, sintiéndose
inútil. Le da un golpe a la pared con el puño abierto agrietándola
levemente.
	- Qué mierda me pasa... Ya no tengo fuerzas ni para romper
una delgada pared - se lamentaba entre silenciosos sollozos.
	- Tú no eres el único - le dice una voz que provenía de un
lado del pasillo.
	- Nabiki, ¿qué haces afuera de tu clase?.
	- No aguantaba más y quise salir un rato - decía mientras
se acercaba a él -. Me siento destrozada por dentro. Aunque debo
decir que me alegra que Akane por fin haya tenido una noche tan
placentera. Papá y Kasumi dijeron que no escucharon quejidos.
	- No debiste haber venido a clases - notó como sus ojos
estaban muy irritados, como si hubiese estado llorando.
	- No puedo hacer eso y menos ahora que se acerca... Bueno,
tú sabes. Debemos estar listos para cualquier... - y se larga a
llorar desconsoladamente.
	Ranma la lleva a su regazo para que se desahogue. Ella lo
abraza fuertemente. Él le devuelve el abrazo. Permanecieron así
durante algunos minutos.
	Nabiki se calmó pronto. Se separa de él bajando la cabeza.
Se seca los ojos.
	- Lo siento, Ranma. Tuve un momento de debilidad, no se lo
digas a nadie, ¿sí?.
	En un tono muy serio, aparentemente, Ranma le contesta al
instante:
	- Muy bien, señorita, pero le costará cinco mil yens.
	Nabiki levantó el rostro con una leve sonrisa. Él suelta
una pequeña risa descencadenando una parecida en ella.
	- Gracias, Ranma. No me reía desde hace mucho tiempo.
	- Yo también, Nabiki... yo también.

	La larga mañana se desvanece y da el paso a una fría tarde
de vientos fuertes y amenazantes al igual que las oscuras nubes que
se acercaban en el cielo.
	Ranma llevaba a Akane de la mano a casa. Con una expresión
de nostalgia notoria en su rostro, se comenta silenciosamente:
	- Lo único que falta es que se ponga a llover.
	- Si estás cansado, por qué no te vas a la casa - le dice
Akane indiferente, que al parecer escuchó lo que había dicho su,
ahora, novio.
	- Sabes que no puedo hacerlo, tu padre y tus hermanas me
matarían si saben que te dejé sola - pero parece que la palabra
“muerte” no debió haberla dicho y se arrepiente del comentario -.
Lo siento, no quise decir eso.
	- No, está bien. ¿Te parece bien si pasamos al parque para
que descanses?.
	- Sólo si tú quieres, a mí me da lo mismo.
	- ¡Sí quiero!. Vamos.
	Y de un tirón, jala a Ranma en dirección al parque.
	Ya ambos sentados en una banca, Akane le daba algo de comer
a las palomas y Ranma miraba al cielo.
	- Sabes, hace tiempo que no veo a Ryouga por aquí - comenta
Ranma tímidamente, pero parece que Akane no estaba prestando mucha
atención porque ni se inmutó.
	Ella siguió dándole de comer a las palomas. Ante esto, se
quedó de brazos cruzados y algo avergonzado.
	Inesperadamente, Akane levanta su rostro hacia Ranma, quien
la mira extrañado.
	- Ahora que lo dices, Ranma, a Pchan tampoco lo he visto
últimamente, ¿qué raro, no te parece?.
	- Mmmm... en realidad - murmura Ranma con una gota de sudor
cayendo lentamente por su cabeza, pero de pronto recuerda algo y se
dirige a ella muy entusiasmado -. Ey, cambiando de tema, le escuché
a Ukyou que hoy en la noche hay una feria en el santuario, en el
templo. Podríamos ir, dice que es...
	- No, gracias. Yo también estoy un poco cansada.
	- Está bien... ¿Y qué tal si salimos mañana?. Vi un anuncio
de una película muy buena en...
	- ¡Ya te dije que estoy cansada! - interrumpe fríamente
aguantando su ira, y se pone de pie espantando a las palomas.
	- Y si estás cansada... ¿para qué te paras?.
	- ¡¡¡No es eso, idiota!!!. ¡¿Por qué de repente te dio por
salir conmigo a todos lados y todos los días?!.
	- Bueno, tú nunca te rehusaste - se defiende atemorizado.
	- Estoy cansada de todos ustedes, de la escuela, de ti...
Ya estoy cansada que todos actúen así.
	- ¿A qué te refieres con eso?. ¿Así cómo?.
	- ¡Son todos unos insensibles!.
	- ¡No digas eso ni en broma! - le contesta bruscamente -.
Todos estamos muy preocupados de...
	- ¡Todos se comportan como marionetas manejadas por un sólo
hilo! - dice agitada, respirando con dificultad.
	- Si lo dices por mí, sabes perfectamente que acepté ser tu
novio oficialmente para estar cerca de ti y que no te pasara nada
malo - dice sonrojado -. ¡Nadie me obligó a hacerlo!.
	- ¡¡¡Eso es mentira!!! - le reclama bañada en lágrimas -.
Escuché claramente cuando mi padre te lo pidió hace dos semanas. No
es tu obligación ni la de nadie preocuparse por mí.
	Ranma respira profundo. No quiere entrar en conflicto con
ella a estas alturas.
	- No me gustaría decir esto, pero estás siendo demasiado
desconsiderada con todos, por no decir malagradecida. 
	- ¡No me interesa!.
	Akane se sienta enojada dándole la espalda a su novio. Él,
muy sorprendido, no entiende su actitud, que había permanecido
serena todo este tiempo hasta el día de hoy.
	- ¿Sabes una cosa?. Nunca entenderé ese carácter tuyo tan
agresivo - pero Akane hacía oídos sordos -... De verdad, eres una
malagradecida.
	- Di lo que quieras. Ya nada ni nadie me puede importa.
	- No puedo creer lo que estoy oyendo. Todos hemos hecho lo
imposible para que te sientas bien. Deberías estar muy feliz de
tener a tantas personas que te quieren.
	- ¡¡¡Pero no lo estoy!!!.
	Después de gritar esto, unas gotas de sangre comienzan a
brotar de su boca acompañada de una tos fuerte e incesante. Se
arrodilla violentamente en el suelo.
	- ¡¿Akane?!... ¡¿Qué pasa, qué tienes?! - exclama Ranma
desesperado acercándose a ella.
	- No te acerques... - hace una pausa para toser -. Yo puedo
pararme sin tu ayuda.
	- No digas locuras, déjame ayudarte - ordena mientras la
ayuda.
	Ya de pie, se suelta violentamente de él y se apoya en un
árbol.
	- Te dije que me soltaras.
	Akane respira con dificultad. Ranma la mira confundido. En
eso, Ukyou iba pasando por fuera del parque. Ranma le avisa que
llame al doctor Tofou urgentemente. La chica de la espátula corre
desesperadamente en busca del médico.
	Akane trata de impedirlo, pero no da ni dos pasos y cae al
suelo desmayada. Ranma acude al instante al igual que la gente que
estaba alrededor.
	- ¡Akane, Akane!... Mierda, qué hago ahora - se preguntaba
desesperado ante la no respuesta de la chica. Se inca a su lado,
sosteniéndole el cuello manteniendo su espalda recta.
	En eso, Shampoo iba en su bicicleta a repartir un pedido
cuando ve a la gente amontonada en el parque. Al acercarse, ve la
triste escena.
	- Dios mío... Akane - dice atónita.
	- ¡No te quedes ahí parada como idiota y anda a buscar a
los Tendo! - Shampoo no articuló una palabra y se mantuvo inmóvil
por la impresión -. ¡¿QUÉ ESPERAS?!.
	- C-claro - y como un rayo la china sube a su bicicleta de
nuevo y parte de inmediato.
	En eso, Akane abre sus ojos lentamente. La gente curiosa se
acerca más para escuchar el diálogo entre ella y su prometido.
	- No te esfuerces ahora, por favor. Nuestras familias y el
doctor Tofou vienen para acá. Ya verás que todo saldrá bien.
	Akane le sonríe.
	- No tienes por qué hacer esto, Ranma.
	- Claro que sí, ahora soy tu novio. Ya no me avergüenza
decirlo... Y si no lo fuera, si fuera un perfecto desconocido para
ti, también lo haría.
	Akane seguía tosiendo, pero se esforzaba para permanecer
fuerte enfrente de él y no causarle más problemas y preocupaciones
innecesarias.
	Happousai y Cologne habían llegado por casualidad y al ver
lo que pasaba deciden observar de lejos para no molestar, sufriendo
mucho, como todos.
	- Creo que ya no es necesario guardarlo más. Quiero darte
esto - dice mientras busca algo en un bolsillo -. Toma, guárdalo.
Se verá bien en tu pelo cuando estés como chica. Ojalá que Ukyou y
Shampoo te cuiden de ahora en adelante, pero tendrás que escoger a
una de ellas.
	Le pasa un hermoso pinche en forma de flor. Él lo sostiene
con fuerza.
	- ¿De dónde lo sacaste?. ¿Acaso lo compraste?.
	- No. Lo usé por un tiempo cuando tenía como 10 años... -
pero la tos no le dejaba seguir hablando.
	- Akane, no te vayas todavía. Hay tantas cosas que faltan
por hacer, por decir...
	- Estos últimos días han sido tan diferentes a como hemos
vivido nuestro supuesto compromiso - hace una pausa para toser -.
Te aseguro que en otras circunstancias hubieran sido los días más
felices de mi vida.
	La gente comienza a llorar desconsolada, contagiando sin
querer a Ranma que deja caer algunas rebeldes lágrimas.
	- Para mí lo fueron, créeme.
	Pero Akane ya no aguantó más y de su boca salió un chorro
de sangre y comenzó a toser de manera descontrolada, justo cuando
llega la familia Tendo con el doctor y el panda.
	Mientras el doctor, Ranma, Kasumi y Nabiki rodeaban a una
moribunda Akane, Sound y el panda lloraban desconsolados. Ukyou y
Shampoo, al igual que la demás gente, observaban con tristeza e
impotencia la irremediable situación.
	Akane dejó de toser. El silencio reinó en ese lugar.
	Aún con Akane en sus brazos, Ranma se quedó inmóvil, sentía
que aún ella respiraba, pero ve que el doctor ya no hacía algo por
tratar de mejorar la situación. Todo indicaba que lo peor estaba
cerca.
	En eso, algo llamó la atención de un herido Ranma. Una
presencia que lo hacía sentirse incómodo. Mira para todos lados y
de pronto lo ve, era la figura de Ryouga nuevamente. Él no se veía
triste, al contrario, se mantenía muy sereno.
	Poco a poco, Ranma sentía que la presencia de Ryouga lo
envolvía, ya no veía a la gente que estaba a su alrededor, ni
siquiera a Akane. Lo hacía sentir que sólo ellos dos estaban
presentes en ese momento. Se miran fijamente.
	De pronto, da media vuelta y comienza a alejarse al mismo
tiempo que Ranma podía ver nuevamente a la gente que estaba reunida
en ese lugar.
	Ranma no entendía lo que pasaba. Ryouga se perdió entre la
gente y no lo vio más.
	En ese instante, siente algo más que lo hace volver a la
cruda realidad. Sintió que Akane ya no respiraba.

	Mucha gente se había reunido en el cementerio. Más de cien
personas rodeaban la nueva tumba, que estaba al lado de la lápida
de la señora Tendo, madre de Akane. Compañeros de salón, amigos y
amigas, familiares, todos reunidos en un sólo lugar. Akane fue muy
querida por muchas personas, las mismas que estaban presentes allí.
	Daba la ligera impresión que el oscuro cielo quería llorar,
pero contenía sus lágrimas para no derramarlas cruelmente a las
personas tristemente allí reunidas.
	- Ni en el mejor de mis sueños hubiera deseado que esto
pasara. Sin duda, Shampoo está en una pesadilla - dijo Shampoo muy
arrepentida -. Y pensar que nunca le pedí disculpas por hacerle la
vida imposible.
	- Yo también - prosigue Kodachi.
	- Creo que ya es muy tarde que se arrepientan, chicas - les
dice Nabiki que estaba entre ellas con voz quebradiza. “Aunque yo
también siento algo de arrepentimiento, pero no sé por qué...”,
pensaba ella extrañada.
	Kasumi consolaba a su destrozado padre junto con el doctor
Tofou, así como entre los compañeros de clase de Akane entre ellos.
Tatewaki Kuno dejaba suavemente en la tumba un gran ramo de rosas
rojas.
	- Esto es para ti, dulce Akane. Recuerda que Kuno Tatewaki
siempre te amará como nadie en el mundo - decía como siempre el
casanova azul de la Furinkan.
	- Creo que ya es hora de irnos a casa. Nabiki, invita a
todos a que vayan al dojo a compartir algo - ordena Kasumi.
	Nabiki hizo lo que le ordenó su hermana, pero se quedaron
esperando a Ukyou y Ranma... ¿Pero dónde estaba Ryouga?.
	No muy lejos de allí, sentados en la entrada de una cabaña
(infaltable en un cementerio) estaba Ukyou acompañando a Ranma
quien no paraba de llorar, tapándose la cara con ambas manos.
	- Ranma, deja de llorar, por favor... No ves que me pongo
muy triste - dice casi a punto llorar.
	- Es que... no sé por qué estoy llorando.
	- No tienes que disimular conmigo. Sé que la quis... que la
quieres mucho - Ukyou se acerca a él poniendo sus manos encima de
sus hombros. Estaba frente a él -. Vamos, muéstrame una sonrisa.
Te aseguro que Akane estaría más triste que yo si te viera llorar
así... y a ti no te gustaría que Akane se pusiera triste, ¿verdad?.
	Ranma se seca sus ojos y trata de esbozar una sonrisa pero
su esfuerzo es en vano y se queda mirando al suelo.
	- No puedo, Ukyou.
	- Pero lo intentaste, querido Ranma - dice sonriendo para
hacerlo sentir bien, pero él se pone de pie y se aleja un poco
dándole la espalda.
	- Te rogaría que por favor nunca más me llames así.
	Ukyou se da cuenta que Ranma estaba más afectado de lo que
ella pensaba y lamentablemente, ella ya no podía hacer nada más
para remediarlo.
	- Creo que volveré donde están los demás. Si necesitas algo
me avisas. Ya sabes que puedes contar conmigo - diciendo esto se
pone de pie y se dispone a irse, pero en el último momento Ranma
dice su nombre:
	- Ukyou... - y sin voltear prosigue -. Gracias, amiga, y no
te preocupes... Estaré bien, iré en seguida.
	Ella se sonríe satisfecha y, algo más tranquila, se aleja
poco a poco. Ranma, apenas se da cuenta que Ukyou ya no está,
comienza de nuevo con su llanto desconsolado.
	La chica de la gran espátula (que por supuesto no la traía
por respeto a la ocasión) llega adonde todos estaban. Dijo que se
adelantaran, ya que “Ranma dijo que irá solo a casa pues quería
quedarse un rato más acá”.
	Los demás entendieron y juntos se fueron de allí, echando
un último vistazo al lugar donde estaba sepultada aquella persona
que tantos dolores de cabeza y tantas alegrías había causado.
	Sin embargo, cuando salían del cementerio, una voz suave y
sutil llama a Genma Saotome, que al voltearse para ver quien era se
sorprende dejando escapar una palabra confusa.
	- N-nodoka...
	Ranma seguía llorando sin encontrar un motivo y sin poder
detenerse; llegaba a atorarse, se sentía ahogado, una pena que
estaba atascada en la garganta, pero no había forma de sacarla de
ahí. Pero no aguantó más y lanzó un grito descontrolado.
	- ¡¡¡MIERDA, POR QUÉ A TI AKANE!!! - se deja caer al suelo
de rodillas y manos abiertas -... Dios, por qué a ella, ek*...
por qué... (*ek: onomatopeya de hipo)
	De su bolsillo del pantalón sacó el pinche en forma de flor
que le había regalado Akane en esos últimos momentos. Lo apretó con
fuerza.
	- Oye, ¿qué pasa contigo?. El Ranma que yo conozco no le
teme ni siquiera a la muerte - se escuchó una voz atrás de él y
guarda el pinche nuevamente en su bolsillo.
	Ranma siente algo raro, algo diferente, pero esas palabras
ya las había escuchado decir a alguien...
	- Ryouga, ek... ¿Eres tú, amigo?... ¿Estás ahí?.
	Pero nadie respondió. Se levanta y voltea, no hay nadie,
no había nada más que tumbas y más tumbas; sin embargo...
	- Un momento, aquí pasa algo raro - murmura confundido.
	Mira hacia a todos lados intranquilo. De pronto, su mirada
se detiene en una lápida:
HIBIKI RYOUGA ... fecha de defunción: 31 de octubre de 19.. Q.D.E.P.
Un tenebroso y ruidoso trueno se dejó escuchar, seguido de un luminoso y aterrador relámpago. - ¿Q.D.E.P.?. ¿Qué descanse en paz?... ¿P-pero qué diablos significa esto...?. Alcanzó a murmurar. Muchas cosas pasaron por su mente en ese momento, siendo las más importantes: “¿cómo fue qué pasó?... pero si yo vi a Ryouga en noviembre, el 2 de noviembre, estoy seguro de eso, fue el 2 de...”. Y cayó desmayado. En eso, empezó a llover.
Continuará...
Un fanfic de LG
(c) 2000-01 Felipe Torres.


Aunque reconozco haberme inspirado en el fanfic "Espera", uno muy bueno que leí por ahí en internet, este fanfic "November Rain" es el mejor trabajo que he hecho hasta ahora.
Esta primera parte la escribí paralelamente con el capítulo anterior. Con respecto al fanfic en sí: primera parte llena de sentimientos encontrados, de nostalgia, de misterio, de sorpresas no tan agradables. Queda la segunda parte y el último capítulo... ¿Cómo terminará todo esto?... Aunque no lo crean, muchas cosas aún están pendientes. ¡Sigan adelante!.

Ya saben, mátenme escribiéndome un mail por cualquier reclamo o sugerencia.

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