El Fin de la Ley es Cristo

 

Rom.10:4 nos dice que "el fin de la ley es Cristo". ¿Quiere decir esto que con la llegada de Cristo la ley perdió su valor para los cristianos?

La palabra "fin" se traduce del griego "tellos", que en ambos idiomas tiene dos significados: el de finalización de algo, y el de propósito u objetivo. Entonces ¿con cuál significado está hablando Pablo?

Usando el principio bíblico de interpretación de comparar escritura con escritura (Isa.28:10), vayamos a otros pasajes del mismo Pablo referentes a la Ley.

Gál.3:24 nos dice que la ley es "nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe".

En otras palabras, la ley es nuestro instructor con el fin u objetivo de llevarnos a Jesús. De modo que cuando Pablo nos hablaba del fin de la Ley lo hacía con el sentido de propósito u objetivo.

Para completar un poco más el cuadro, debemos señalar que así como dice el texto, la ley nos lleva a Cristo para que El nos justifique por la fe. Ahora viene la pregunta que el mismo Pablo contesta: "¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley" (Rom.3:31).

Es decir, la fe confirma la ley de Dios en el corazón del creyente. La ley ya ha cumplido su función de señalar el pecado (Rom.7:7) y llevar al pecador a Cristo. El pecador arrepentido comienza una nueva vida según la ley escrita desde entonces en su corazón (Rom.7:22).

Todo lo anterior se corrobora si leemos el pasaje comentado completo: "Porque el fin (propósito) de la Ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree".

(DVM)

 


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