LECCIÓN 21: LAS BENDICIONES DE OBSERVAR LA LEY DE DIOS

 

 

El Salmo 119:1 declara: "bienaventurados" a todos "los que andan en la ley de Jehová". El profeta habla con propiedad porque sabe por experiencia que la Ley de Dios comprendida y aplicada correctamente en nuestras vidas es un canal de bendiciones maravillosas. Estas bienaventuranzas son mucho más que promesas, son una realidad para el cristiano, una consecuencia natural de la experiencia diaria con Dios.

Si comprendemos el valor que el Señor asigna a su santa Ley, y si nos dejamos motivar por las enormes bendiciones que ella proporciona, nuestra vida se rodeará de una influencia poderosa capaz de transformar nuestros hogares en centros de luz permanente, que es la luz de Cristo brillando en nosotros.

 

1) SALMOS 111:10. "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos".

Este "buen entendimiento" se refiere no sólo.

 

2) SANTIAGO 1:25. "Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace".

Al hablar de la perfecta ley, alguno podría preguntarse ¿a qué ley se refiere? Sin embargo, él mismo aclara: a la "Ley de la Libertad", que de acuerdo al capítulo 2 y versículos 11 y 12 del mismo libro, corresponde a los Diez Mandamientos.

¿Quieres que te vaya bien en tus proyectos? ¿quieres tomar las mejores decisiones? ¿quieres ser una persona feliz? ¿quieres que te vaya bien en la vida? Entonces sigue este consejo del apóstol Santiago y medita en la Ley de Dios siempre.

 

3) SALMOS 119:165. "Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo".

Mira que maravillosa promesa de Dios. Aquí encontramos una bendición doble: Tendrás paz en tu alma y no tropezarás, es decir, no te equivocarás en las elecciones que hagas.

 

4) ISAIAS 48:18. "¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar".

Ahora por medio del profeta Isaías escuchamos nuevamente la paz como una bendición segura.

 

5) SALMOS 19:7. "La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo".

Sabemos que la única ley que ha sido llamada "perfecta" en la Biblia es el Decálogo (véase bendición N°1). Ahora, ¿cómo debemos entender esto de que "convierte el alma"? Pues bien, si recordamos la función de la Ley, notaremos que ella actúa como un espejo: nos muestra nuestras manchas de pecado pero no puede lavarlas. De esta manera la Ley actúa como un agente en la conversión, es decir, es un instrumento que el Espíritu Santo usa para que comprendamos nuestra necesidad espiritual y llevarnos a la conversión. Gálatas 3:24 nos dice que la Ley es nuestro "ayo" (instructor) para llevarnos a Cristo, el único que puede limpiarnos.

 

6) JUAN 15:10. "Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor".

¡Qué bendición más hermosa! Permaneceremos en el amor de Dios. Y Cristo mismo se pone como nuestro ejemplo.

 

7) 1 JUAN 3:22. "Y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él".

Ahora el mismo Juan nos conforta y anima a observar la Ley. Nota que el texto dice "cualquier cosa" que nosotros le pidamos, El nos la dará. Dios quiere que nosotros tengamos la misma certeza que el apóstol.

 

8) MATEO 19:17. "Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos".

No hay bendición más grande que ésta. Dios nos promete la vida eterna si guardamos sus mandamientos. Como para que no quedasen dudas en el versículo 18 se mencionan algunos de los Diez Mandamientos como ejemplo, a fin de identificar la Ley a la que se refiere el Señor.

 

 

CONCLUSION:

A pesar de que la Sagrada Biblia menciona muchas bendiciones más, las que hemos estudiado bastan para notar el papel que Dios ha asignado a su Ley como base de nuestra vida cristiana. El Señor desea que sus hijos sean felices y prosperados, y para ello nos muestra el camino. Este camino es el camino hacia la semejanza de Dios. No es un camino fácil, pero Dios nos promete estar a nuestro lado a cada paso que demos. Quiere que lo reconozcamos como el Sustentador de nuestras vidas y que humildemente depositemos en El toda nuestra confianza. Cristo nos dijo "porque separados de mí, nada podéis hacer". ¡Qué gran verdad!. Ni siquiera somos capaces de obedecer Su santa Ley por nuestros propios esfuerzos. Dios escribe su Ley en nuestro corazón sólo cuando le aceptamos por medio de la fe.

Al culminar este seminario, hemos aprendido a ver que la Ley no es sólo un puñado de normas de conducta. La Ley de Dios es la Ley de la Vida, de la nueva vida en Cristo, del que ha nacido de nuevo. Dios te muestra el camino. ¡EL ES EL CAMINO!. Te llevará a la segura felicidad.


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