Letras Salvajes                     Número 9                                        2005

 

 

taty hernández

 

 

Cuando no existan las ruinas

 

Cuando no existan las ruinas

no seremos cenizas,

tampoco archipiélagos.

No habrá caballitos de mar

aleteando en la arena.

Quedarán los deseos perennes

de sentarnos frente al Mar de Galilea.
Nuestro espíritu buscará ansioso los laberintos

por donde Safo delineaba sus versos.

Cuando no existan las ruinas

 volveremos a ser piedras.

Trasladaremos las palabras

más allá del minutero. Volveremos a ser

ninfas, dioses o sirenas,

 y se nos atragantarán las emociones

que nunca expandimos en el rugir del viento.
Buscaremos exóticos objetos

que nos traigan los recuerdos de haber sido
entes de constelaciones ya idas.

Cuando no existan las ruinas

desaparecerán los corredores.

Ya nunca más veremos

el solsticio de invierno. La primavera será difusa y,
posiblemente, en otros espacios otros

colores poseerán el arco iris.
No habrá más gráficos para dibujar

los besos que enlazaron perfiles isotópicos

 en nuestras pieles.

Cuando no existan las ruinas

 habremos abandonado los siglos.

Nuestros pasos transitarán

por la Atlántida o más allá de la guarida

que forjaron aquellos sueños.
Habremos sido duendes o danzarines,

quizás hadas que no forjaron cuentos.

Cuando no existan las ruinas

sobornaremos la aurora.

En un manantial resurgirá el río escondido

y antes de desaparecer en la arena

un nido de rocas habrá refugiado su ruido.


Mas que nada seremos nosotros mismos,

los que nunca dejaremos de ser huellas.

 

 

Luces en Bagdad

 

Hay luces en Bagdad,

desde el blanco más pálido

hasta el rojo más intenso.

Semejan una medianoche de nochevieja.

 

Hay luces en Bagdad disparadas

desde el corazón más negro.

Gritan las milenarias piedras.

 

Hay luces en Bagdad desbocadas

desde un corazón de hielo.

Y corren ríos rojos bañando callejuelas.

Y cuerpos se amontonan creando una nueva historia.

 

Hay luces en Bagdad que no celebran fiestas.

Son las luces de las fieras.

 

Hay luces en Bagdad envenenando la atmósfera.

Y las bombas mutilan corazones.

Y las bombas se roban las vidas.

 

Hay luces en Bagdad que no alumbran.

Son luces asesinas que sacian el odio

y no alimentan la espera.

 

 

 

De sabores y olores

 

A veces te preguntas

    si hay sabor en los olores

o  si se disgregan el olor y el  sabor. 

 

Porque siempre habrán sabores y olores 

    que te cuenten en las noches de lluvia, 

o quizás en las madrugadas,

    al sorbo lento de una taza de café,

aquellas historias de amor

    que se te quedaron agazapadas

en las calles de Milano o de París.

 

Quizás tu mente se traslade a Galicia,

    buscando la magia de ser poseída.

Y pensarás que tus ardores se perdieron

    en una ría

de esas se que roban la vida.

 

Imaginarás la copa,

    y el líquido ámbar,

de donde emergía el deseo

    para desvariar en tu piel.

 

Pero en tu nariz

    del albariño se diluirá el aroma

que de tu vientre a sus dientes se escurrió.

 

 

 

Ahora que duermes

 

Ahora que duermes

           puedo sentir el libre albedrío

de recordar la mágica noche

en que volaba el salitre.

 

Ahora que duermes

          siento su olor recorrer mis sentidos.

 

Y la humedad hace presencia.

 

Ahora que duermes

          recuerdo aquel farallón...

 

Ese montón de rocas

         en el que se detenían mis ojos.

 

¿Buscarían un barco de tiempo ya ido?

 

Ahora que duermes

         persigo otros instantes

de risas y ocultos deseos.

 

¡Silencio!

    Que no haya ruidos.

 

Susurran las olas

    una sonata en plenilunio

y los cocuyos forman nubes

    para que tus sueños no se enturbien.

 

 

 

Dueños del Abismo

 

Nunca se esconderá mi energía

si puedo desatar tus deseos.

Es mi voz que te clama.

Es mi voz que late

en el vacío.

 

Me encontrarás

donde tus dedos

han de tocar el sol.

Donde la luna se agiganta

y su luz juega

con las vetas doradas

de mi pelo,

porque allí me oculto.

 

Un martes cualquiera

encontrarás mi ombligo

sembrado a ras del cielo.

 

En donde crecen zarzamoras

y el rocío destila lágrimas

perfumadas de resina

que me aroman los senos.

 

Y renacerá la vida

para cultivar alientos,

para que tu lengua

y mi lengua

de muchos abriles

los equinoccios dancen.

 

Entonces,

seremos ambos

los dueños del abismo.

 

 

 

Metáforas de la silla

 

No es bastante

el convivir

con la madera,

el metal,

el plástico

o la fibra.

 

Ni es suficiente

    que el sudor

traspase

    uno o una

o se enfríe

    con otra u otro.

 

Estas dos piezas de carne

persisten en estar allí.

 

Día a día.

Minuto a minuto.

 

A veces odian, a veces aman.

A veces simulan carcajadas.

Cuando lo que realmente expresan

es la abulia del cuerpo que las carga.

 

 

 

 

Está sola la calle

 

Está sola la calle...

Busco la multitud

y no siento

los ágiles/débiles pasos

en los adoquines.

 

Camino y veo.

 

Allí se arrastra el hombre

    con los pies en las manos.

Acá gime el que me pide un peso.

 

Allá la mujer borracha

sonríe como idiota

entre vapores de sueño.

 

Más lejana, la catedral

insensible a las voces

que me atormentan.

 

Está sola la calle...

las palomas

aguardan las nueve

para alzarse en vuelo

y el aroma de otro poema

sale de la Cafetera.

 

 

Taty Hernández Durán.  Nacida en Jarabacoa en 1960.  Poeta, abogada y gestora cultural.  Ha ejercido el periodismo literario a través de importantes medios de su país: Listín Diario, El Siglo, y las revistas Mythos, Ahora y Xinesquema. En 1990 obtuvo el Primer Lugar en Poesía en el Concurso Municipal de su ciudad natal y en 1992 lo obtuvo en el género de Cuento del mismo concurso.  Ha publicado el poemario Temblor de la espera (2003) y poemas, entrevistas a escritores y comentarios críticos en periódicos y revistas de su país, Puerto Rico, Nicaragua y Panamá. Tiene en proceso su segundo poemario Poemas para dormir en tres cuartos.  Es una reconocida gestora cultural en su país y el extranjero. Anualmente organiza y coordina el Festival de Poesía en la Montaña, Jarabacoa, República Dominicana.  En la Internet administra el portal El Patio de las Cayenas (http://groups.msn.com/ElPatiodelasCayenas), una comunidad literaria dedicada a la literatura hispanoamericana en general y a la dominicana en particular y es moderadora de Abecedario (http://espanol.groups.yahoo.com/group/abecedario) la lista de comunicación electrónica de los escritores dominicanos.

 

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