Letras
Salvajes Número 9 2005
homero pumarol
Bienvenida
Wellcome
Adaptation of a
plot of W. Carlos W.
Para conseguir la llave de esta puerta
tuvo que humillarse frente a una ventanilla y pedir visa,
vender un carro, dejar familia, trabajo, mujeres y amigos,
volar sobre el Atlántico, el Pacífico y hacer escala en Panamá,
tuvo que andar perdido mucho tiempo, siempre tarde,
en pesero, en metro, en taxi, con hambre, en chancletas,
hasta conseguir el primer billete bañado en salsa verde,
tuvo que andar más rápido y hablar más lento hasta perder el acento,
tuvo que aguantar el primer invierno de prestado sin vicios ni
televisor,
hasta conseguir trabajo y dinero seguro para habitación,
frazadas, televisor y una chamarra de cuero de segunda mano,
tuvo que mudarse de Amores a Dolores, de Escandón a Condesa,
del Barrio Chino al Centro, frente al Papá Jesú,
donde nunca pagó la luz, fracasó como rentista y fue acusado de
argentino,
tuvo que salir otra vez sigiloso
en un camión rentado de madrugada,
con corotos, biscuises, estufa y nevera,
fundas de ropa sucia y libros viejos,
una novia, tres colchones gastados y un calentador,
-¿qué se me está olvidando?-
con bombillos robados del viejo apartamento,
tuvo que pagar una fianza de 700 pesos,
convencer a la nueva casera de que no era argentino,
rogar, suplicar, llorar hasta bajar la renta a 3,500 pesos
y a un sólo mes por adelantado,
tuvo además que buscar un cerrajero antes de que oscureciera,
quitar la chapa vieja, poner una nueva y esconder las copias.
Y si todavía no estás segura de que aquí es la fiesta
deja las botellas y los cigarros y vete.
Indoor safari
Comienzo a desear ser pelotero,
a hablar como March Simpsom,
a traducir a las moscas.
Cinco días frente al televisor
y ella todavía enferma.
La radio anuncia la encrudecida lucha
por la presidencia de la república,
alguien muere de frío o por ser iraquí
y ella todavía enferma.
Me conmueve la sed de las iguanas,
la forma en que los gatos se suicidan
saltando de las azoteas,
el momento en que las gallinas engatusan al gallo
sin mover un ala o decir una palabra.
Eso me maravilla.
Niuyorricans
De todas las comunidades latinas en Nueva York
los boricuas consiguieron el mejor nombre: Niuyorricans.
No quiere decir ricos de New York,
suena más como latas de Nueva York,
una especie subterránea donde abundan los poetas.
Mecánicos, santeros, taxistas, peluqueros,
músicos, terroristas, lesbianas o drag queens
con sorprendentes odas al Hudson o al West East Side.
Es lo más lindo que hemos logrado en la América de las oportunidades
después de más de cien años de invasión sostenida,
sin contar los millones de greencards
cuyas cenizas siguen votando por Nixon o por Bush.
Piñero era Niuyorrican,
y hasta sacaron una película de su infierno:
Cárcel, ghetto, mono y poesía.
I bet
he liked the sound of Newyorrican,
a
word for guajiro under big city lights,
also
a word for human being, no matter the translation.
Do that funkie music
Parece que vienen los extraterrestres,
el aeropuerto está lleno de retenes y agentes de la CIA.
Nunca antes se habían visto tantos mormones,
tantos perros, tantas mujeres barbudas.
¿Vienen en son de peace and love
o quieren robarnos las superquesadillas?
Parece que llegaron los extraterrestres,
una vidente oaxaqueña los ha visto en Tepito,
son altos y negros y les gusta el funk.
You can´t take pictures here lady
Dice mi mamá que en junio las iglesias de Nueva York
tienen un aire familiar.
Yo no visito iglesias y nunca he ido a Nueva York,
pero me imagino que en junio los borrachos de la calle
tienen mejores lugares donde ir,
que no llueve con frecuencia o que se esfumaron las nubes
y que la luz del sol hace más agradables los bancos de los parques.
Fue al bautismo de su segunda nieta
nacida en los Estados Unidos.
La segunda dominican york de la familia
es una mejor forma de decirlo.
Dice que ya no le impresionan las luces de esa ciudad
donde hace más de 30 años vio a los Beatles.
Aquello era una locura,
mujeres desmayadas por todas partes,
como en los velorios de su pueblo.
Dice que regresa pronto con las fotos del bautismo
en la misma iglesia donde velaron a Kennedy o a Celia Cruz,
y repite que todo tiene un aire tan familiar
que hasta ha pensado en volver a bautizarse.
Los policías de ojos azules tratan a uno tan bien,
que no hace falta saber inglés para entenderlos.
Guisante
Déjate llevar por el guisante que salta de la sopa
y se pierde debajo de la mesa
entre los pasos de los turistas.
No es tan terrible el invierno
como para impedirte salir a la calle.
Has comido y has comentado las noticias.
Sigue ahora esa forma vegetal
que se cocina en el campo
y en las cenas de frac.
Fin de carnaval
Ha terminado el desfile militar
y sólo los vagabundos se pasean por el malecón,
que ahora es un callejón donde nadie desearía morir.
Este año hubo fuegos artificiales
y en su discurso el presidente
supo sacar lágrimas y aplausos
y un minuto de silencio
por los 3 pilotos muertos en las piruetas aéreas.
Ha terminado el desfile militar,
se acabaron los redobles,
los cañonazos patrióticos
y la marcha de caballos de botas lustradas.
¿De dónde habrán sacado tantos uniformes?
¿Tendrán que lavarlos y devolverlos esta misma noche o mañana por la
mañana?
¿Qué pasará con los hombres rana
y con el nuevo escuadrón S.W.A.T. el resto del año?
15,000 uniformados saludaron la tarima presidencial.
Ahora, cuando sólo se escuchan papeles arrastrarse por las calles,
¿qué camas acogerán tal contingente?
MILES AWAY
Una trompeta negra vuela
a través de las paredes
de un edificio vacío.
Va más rápido y más lejos
que esta pobre noche de concreto
con todas sus ventanas rotas y bombillos.
El polvo en el suelo es renovado,
letras saltan de los libros viejos
y ahora cada objeto habla del dulce
y dorado olor del maravilloso sonido.
¿Qué haremos cuando pare?
Pregunta el clavo a la pared.
Yo no sé, yo no sé, dice el martillo.
¿Qué haremos cuando pare?
Repiten las botellas, yo no sé,
llenando los pasillos y las escaleras.
Smoke black out
Se quedaron dormidos en el trole,
recordando las primeras canciones de la revolución.
Se quedaron dormidos en el metro,
para no soñar jamás con casinos ni tragamonedas.
Cayeron hambrientos bajo los semáforos,
tragando fuego y vidrio en la cara de los extranjeros.
Largas caras de bronce vendido al cielo de Texas,
párpados de pájaros robados al progreso nacional.
Con el humo que sube de la sangre construyeron una nube,
una nube de edificios rotos, de cabellos sucios y de columnas de taxis,
una nube de manos borrachas
que los judíos sacuden para ver caer maná.
Se quedaron dormidos contando las monedas
que lavarían sus huesos sobre la espalda
del cielo.
LUSIONES DE BÉLGICA SUÁREZ
Osteoporosis,
dolores en la artritis,
un programa conducido
por la hermana más fea de la casa.
¿Le cuesta mucho trabajo respirar?
Condones en ayuna,
una receta de vegetales porcinos
para mantener las cortinas sanas.
Homero
Pumarol. Nacido en Santo Domingo en
1971. Actualmente reside en México. Ha publicado los poemarios Cuartel Babilonia (2000) y Second Round
(2003). Su trabajo poético puede ser
encontrado en www.cielonaranja.com.