Letras
Salvajes Número 9 2005
basilio belliard
Selección de Sueño escrito
(Santo Domingo: Editora Nacional, 2002)
CUERPO EN VILO
Vuelve la voz al cuerpo:
mira sus ojos
y se apaga.
La mañana azul
pesa y vuelve al cuerpo.
Todo está vivo,
engavetado como raíz
en un eterno minuto.
Instantes en vilo
que pasan mudos,
liberando al presente.
Eterno el futuro,
ya danza entre marea
a ras de mar:
Sangre sepultada,
a ciegas, en avidez,
¡el aire del día!
MANANTIAL
Amarillo manantial.
Ahora, más, más…,
¡al fin el agua desnuda!
Desnuda el agua
levanto el cuello,
en la hora presente.
Fresa curva,
carnal emerge del río,
en escozor, en tornasol.
Manantial vivo,
su curso, curva
el equilibrio de la noche.
PROMONTORIOS
Azul desierto de gallaretas
donde columpian vuelo
las palabras de la tribu.
Aldeas y promontorios,
helados por la noche de la carne.
En torpor de aves,
los trigales aúllan la intemperie
y arborrecen desnuda la mirada.
CREACIÓN: DÍA
El mundo entra al alma,
ajeno, aroma lo verde.
Errante va total a lo perfecto.
Camina más allá de las cosas,
sin nadie… y sin ser.
El día edifica con fuerza
las moradas de la muerte.
Fatal y dichoso.
—Entre la tierra y el mar;
se alza a lo infinito.
—Toda creación es solitaria
y aparta al hombre de su mundo.
MAGRITTE
Esto es un poema
no una pipa.
La palabra se lee:
se disipa en forma.
Hoja de lluvia,
arrancada como pluma,
en apariencia de pájaros,
—o de flor:
Aguacero de palomas,
en caligrama,
echadas a volar;
—hacia la dicha.
SUICIDIO DEL POEMA
De qué color la voz
dibuja, tangencial,
la línea.
De quién la mano
mira, en sueño,
la orilla de la muerte.
En cálido sonido,
la palabra, enhiesta
su signo en la voz.
Muda y ciega,
se suicida en el poema.
TRÁNSITO
Muere la muerte.
Corre la mañana,
coloreando su
máscara de sombra.
Horizonte de la nada.
Claridad del corazón
que afila su fin.
Triunfa la navaja:
hiela el tránsito de la ida.
El círculo del día
cierra el horizonte:
abre la ventana del sueño.
MÁSCARA
El cuerpo:
ser que enmascara
su nada,
dibuja el aire de la noche.
¡Ah, paraíso! Dormido,
borrado en el sueño,
hundido en su ser.
CONTRAESPEJO
Salta la luz en las hojas;
en la cárcel,
silencia su piel.
Luz que piensa,
y al vivir;
desecha su rastro.
Luz, palabra al trasluz;
árida en la isla,
libre en otros ojos,
—en contraespejo.
ÓLEO
La memoria
mancha en la sien.
Tras el ojo, el óleo
sonríe lo pasado.
Un cielo de hojas de nubes
que iluminan el círculo.
Un maniquí de ángel,
parpadea sangre,
en la esquina del cuerpo.
Basilio
Belliard. Nacido en Moca en 1966. Es poeta y ensayista. Fue miembro del Taller Literario César
Vallejo. Desde 1990 colabora con artículos y ensayos de crítica de artes y
literatura para diversos suplementos culturales de circulación nacional. ha publicado Diario del autófago (1997), Vuelos de la memoria
(1999) y Sueño escrito (2002), libro
con el que obtuvo el Premio Anual de Poesía Salomé Ureña de Henríquez. Su obra también figura en antologías
nacionales e internacionales.
Actualmente ejerce la docencia en
la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la Universidad Católica de Santo
Domingo.