L a
palabra Mate
La
palabra mate deriva del quechua "mati", que significa
vaso o recipiente para beber, pero se ha generalizado como nombre
vulgar del fruto de la calabacera -Lagenaria vulgaris-, en especial
en las variedades utilizadas para preparar y servir la infusión
de yerba mate (poro y galleta). Así, con la posterior proliferación
de recipientes destinados a preparar esta infusión construidos
con los más variados materiales, también se usa
la palabra mate para referirse a ellos. Luego, por extensión,
el vocablo mate pasó también a designar a la infusión
propiamente dicha.
Según
sea la manera en que se prepare esta bebida, se la distingue como:
Mate amargo, verde o cimarrón: es el cebado sin azúcar;
Mate dulce, preparado con azúcar;
Tereré, mate amargo cebado con agua fría;
Mate cocido o yerbeao, el que se prepara más o menos como
el té.
En
la expresión popular, mate es también sinónimo
de cabeza.
Historia
de la Yerba Mate
A
los fracasos de colonización de Ayolas, Domingo Martínez
de Irala toma el mando y en 1554 inicia una expedición
a las tierras del Guairá (actualmente estado brasilero).
En
estas tierras algo le llama la atención a los españoles;
la buena talla, vigor físico y excelente estado de salud
de los aborígenes. El secreto de estas buenas cualidades,
es la causa de beber en calabazas naturales por medio de canutos
de caña una infusión de hojas proveniente del árbol
caá. Según la historia guaraní su dios tupá
les había concedido ese árbol, como don de salud
y vigor a sus antepasados payés de la tribu.
Esta
expedición de regreso a Asunción expande la novedad
y se entorna vicio desde los superiores hasta la más humilde
población. Este vicio hacía que sus ingresos fueran
gastados en yerba mate. No obstante de lo ocurrido, la iglesia
califica a la yerba cosa del demonio por sus principios hechiceros
de su creador tupá, y es prohibida.
En
la campaña contra el mate un fraile la caracteriza como
afrodisíaca, obteniendo resultados opuestos a sus objetivos,
creando el auge de esta infusión. No tardaron en usar los
yerbatales naturales como medio de exportación para beneficiar
la economía; creándose como consecuencia, la esclavitud
de muchos indios. Esta posición de los nativos mejoró
en el siglo XVII por órdenes del rey Felipe III.
Para
mejorar la condición de vida indígena se crean las
misiones; teniendo como principal recurso económico la
explotación de sus propios campos de yerba mate. Al transcurrir
el tiempo esta bebida se va consolidando en toda la población.
La
planta de la Yerba Mate
La
planta de la yerba mate (Ilex-Paraguariensis) pertenece a la familia
de las aquifoliáceas, especie de las siempre verdes, es
decir que tiene hojas perennes. El árbol es parecido al
laurel, de tronco gris blanquizco, con un diámetro aproximado
de 30 a 40 centímetros y una altura de 2 a 6 metros. Sus
hojas son alternas, de base estrecha y borde dentado, variando
su tamaño de 8 a 10 centímetros de ancho.
La
planta del mate nace en zonas boscosas, subtropicales y templadas,
en tierras rojas y altas, hasta unos 400 metros sobre el nivel
del mar (Sur este de Paraguay, Sur oeste de Brasil, Misiones y
Noreste de Corrientes. En estos lugares, las raíces de
la planta alcanzan un gran desarrollo, en profundidad y volumen,
lo que explica su período de producción, cercano
a los 150 años.
Se
llama rendidora o aguantadora a la yerba capaz de proporcionar
gran número de mates en buenas condiciones de sabor y presentación.
Cansar
la yerba significa, rendirla por cansancio, en un agotamiento
gradual y lentísimo, extrayendo mate a mate sus principios
activos para lograr un sabor uniforme durante todo el tiempo que
dure la cebadura. Esto se logra cebando con agua caliente cruda,
sin hervir. Cuando el cebador estila el agua hirviendo rinde la
cebadura por asalto.
Se
le llama crecedora a la yerba que una vez humedecida tiene tendencia
a hincharse creciendo la cebadura dentro del mate, lo que resta
espacio al agua, dando por resultado un mate demasiado corto.
Es menester del cebador conocer la calidad de la yerba que está
usando para calcular la cantidad con que deberá iniciar
la cebadura.
Al
preparar la cebadura, debe evitarse que las partículas
más finas de la yerba queden en el fondo del mate, ya que
de lo contrario se correrá el riesgo de que la bombilla
se tape. Para esto, una vez hechada la cebadura, se invierte el
mate con la boca tapada y se lo agita, para que el polvo y las
hojas más finas vayan hacia abajo, o sea, arriba al volver
el mate a su posición original.
Información
Nutricional
Vitaminas
y minerales: 100 grs. de yerba mate cebados con 1 litro de agua
contienen, aprox.:
Potasio
681.85 mg
Magnesio 167.60 mg
Calcio 60.25 mg
Hierro 0.33 mg
Sodio 4.57 mg
Fósforo 93.00 mg
Vitamina C 2.55 mg
Niacina 12.98 mg
Dos
porciones de 50 grs. de Yerba Mate cubren buena parte de los requerimientos
mínimos diarios recomendados:
El
55.9% de Magnesio
El 34.1% de Potasio
El 99.9% de Niacina
El 11.6% de Fósforo
Efectos
Fisiológicos
Los
efectos benéficos y terapéuticos de la yerba mate
fueron confirmados en la actualidad por numerosos estudios científicos.
Sus propiedades químicas son similares al té, aunque
más nutritivas.
Poseen
cantidades significativas de potasio, sodio, magnesio y manganeso
en las hojas y en la infusión. También vitaminas
B-1, B-2, C, A, riboflavina, carotena, colina, acido pantoténico,
inositol y 15 tipos de aminoácidos.
La
existencia de once polifenoles hace que la yerba mate sea altamente
saludable. Estudios efectuados recientemente en Estados Unidos
indican que los polifenoles son poderosos antioxidantes que aumentan
las defensas naturales del organismo y los protegen contra la
destrucción celular que causa que el cuerpo se deteriore
y desarrolle síntomas de enfermedad.
La
mateína es una sustancia química de la familia de
las xanteínas propia de la yerba mate, que si bien es como
la cafeína, un estimulante del sistema nervioso y promotor
de la actividad mental, es diferente por no inferir con los patrones
del sueño. También, la mateína es un diurético
suave.
1)
Extirpación de hollejos: se llena la calabaza nueva
con una cebadura usada y húmeda, extraída de un
mate en uso, preferentemente amargo. Luego se hecha un chorro
de agua caliente y se lo deja reposar durante un día. Transcurrido
ese tiempo se quita la yerba y se enjuaga bien la calabaza, procediendo
a raspar las paredes internas con un objeto adecuado a fin de
arrancar los tejidos blandos, semi desprendidos por efecto de
la maceración. Hecho esto se enjuaga nuevamente con abundante
agua y se repite la operación desde el comienzo.
2)
Proceso de adaptación:
a)
Galleta (mate amargo): llenarla con una cebadura nueva,
agregar luego agua hirviente y dejar reposar hasta el día
siguiente. Vaciar el mate y enjuagarlo con agua. La fuerte infusión
provocada por el agua hirviente se impregnarán en las paredes
de la galleta, que ya estará lista para ser puesta en uso.
Hay quienes repiten esta operación durante dos o tres días.
b)
Poro (mate dulce): Echar dos o tres cucharaditas de azúcar
en polvo y agregar enseguida una brasa bien encendida. Tapar la
boca del mate y agitar enérgicamente para que el azúcar
se queme de la mejor manera. El azúcar y el humo de su
combustión endulzan y perfuman la corteza del poro.
La
bombilla
El
diccionario de la Real Academia Española, define bombilla
como: "caña delgada de que se sirven para sorber el
mate en América, tiene unos veinte centímetros de
largo y medio de diámetro, y por la parte que se introduce
en el líquido termina en figura de una almendra llena de
agujeritos, para que pase la infusión y no la hierba del
mate. También las hay de plata y oro. El indígena
del Paraguay la llamó primitivamente, en su lengua (Guaraní),
tacuapí".
La
Primera Bombilla nació en América, en la zona de
la cuenca del Río de la Plata. En su forma primitiva este
utensillo fue sencillamente un tubito de caña. Luego se
le incorporó el filtro adaptado a su extremo inferior,
para impedir que las pequeñas partículas de yerba
penetraran en el tubo al ser absorbido el líquido.
En nuestro país se usó esta bombilla, vegetal y
primitiva, hasta muy avanzado el siglo XIX, como consta en testimonios
debidos a viajeros y científicos, en los que perdura la
voz cañita, alternando con bombilla.
Luego, con el empleo de metal para su fabricación, este
utensillo sufre una nueva transformación en su fisonomía:
la diferenciación de su extremo superior o pico. En la
bombilla de caña, este extremo no ofrecía ninguna
particularidad, era cilíndrico y del mismo diámetro
que el cuello. Tenía esta bombilla el mejor gradual de
la temperatura del líquido que se absorbía: su ascenso
por la cañita le iba restando calor hasta llegar a la boca
del matero. No ocurría lo mismo en las fabricadas con metal,
que por el sólo hecho de estar insertas en la infusión
caliente, adquirían una temperatura considerable, con riesgo
de quemaduras para el tomador de mate.
Por esto, se le imprimió al extremo del cilindro metálico
un aplastamiento gradual, que lo hizo concluir en una especia
de ranura, muy chata que regulaba el paso del líquido,
dando origen al pico o boquilla.
La
bombilla metálica presenta tres partes diferenciales:
Pico
o boquilla: Extremo superior donde se aplican los labios para
sorber la infusión.
Cuello:
Tubo cilíndrico que une y comunica interiormente el pico
y el filtro. El cuello de la bombilla metálica comenzó
siendo un sencillo cilindro hueco, exteriormente liso, sin más
adornos que los impuestos a sus extremos por la adaptación
o unión del pico y el filtro, dando lugar a la posterior
aparición de ornamentos, realizados mediante apliques de
metal. Corrientemente se cree que tales piezas exteriores solo
consultaban un propósito decorativo. No obstante, su aplicación
a la bombilla se inspiró en dos objetivos esenciales, proteger
de quemaduras la mano del cebador y, al mismo tiempo, dar más
solidez al cuello del utensillo. El cuello puede ser recto o curvo,
dependiendo de las preferencias del matero.
Filtro:
Dispositivo de formas variadas y provisto de pequeños agujeros
que va adaptado al extremo inferior del cuello, para que al ser
absorbida la infusión no permita el paso de pequeñas
partículas de yerba.
En la bombilla metálica, cuando ese filtro es de forma
esférica recibe aún el nombre de coco.
La
pava
Los
guaraníes colocaban el agua para calentar en una vasija
de barro cocido. Pero con la llegada de los conquistadores vinieron
también los calderos de cobre que reemplazaron a las vasijas
aborígenes. Tenían forma de jarra y no llevaban
tapa. A mediados del siglo diecinueve la pava, que se empleaba
en las ciudades, "viajó" al campo y nuestros
gauchos se habituaron a ella.
El
arte de cebar
"Si
la función de cebar mate llegó a ser, en una época,
destino alabado de muchos humildes, sus conocimientos empíricos
y su especial habilidad en aplicarlos, que daban fama en este
modesto arte por cuando permitían convocar en la calabacita
todas las virtudes y excelencias de la yerba, fueron perdiéndose
gradualmente al reducirse la órbita de ésta costumbre
al círculo estricto de lo familiar.
En otro tiempo, un mate mal cebado podía constituir principio
de descrédito social para una familia. Pero luego, cuando
la costumbre se encerró en la intimidad de la rueda familiar,
las deficiencias en su ejercicio perdieron toda posible repercusión
y, si no se las disimulaba en absoluto, el problema se reducía
al de encontrar los medios más fáciles de corregirlas.
Por consiguiente, ya no fueron imprescindibles las sirvientas
especiales. Y el arte vino a menos. Los especialistas fueron sustituidos
por muchachas o muchachos para quienes la tarea se parecía
mucho a una imposición de castigo, como a veces lo era.
En manos de estos condenados agonizó la técnica
de cebar mate."
Amaro
Villanueva , "El Mate, Arte de Cebar"
Muy
a pesar de los anhelos de genuinos materos de antaño, la
masificación de esta costumbre, casi hasta la unanimidad
por estas latitudes, devino paradójicamente en el abandono
de la tradición del cebar como un arte.
Es nuestro anhelo que la información recopilada en estas
páginas sirva para ilustrar a los que gusten del buen mate
o deseen iniciarse en este arte, haciendo perdurar esta tradición
en su mejor forma.
¿Por
qué se dice cebar mate en vez de servir mate?
El cebar mate bien, requiere una suma de conocimientos y cuidados
especiales. En algunas familias antiguas sólo lo hacían
sirvientas especialmente dedicadas a este arte, llamadas cebadoras
de mate. La palabra cebar expresa la idea de mantener, alimentar,
sustentar algo en estado floreciente. Al decir cebar mate se quiere
significar, no el acto de llenar el mate con agua caliente, sino
mantener ese mate en condiciones siempre apetitosas.
El
Cimarron
Es
el mate amargo, la combinación original de yerba y agua
caliente, el que permite al yerbeador comunicarse íntimamente
con su sabor sin aditivos que puedan alterar este contacto.
Se prepara en en el mate galleta (cimarronera o de dos pencas)
que es el más apropiado para este menester ya que permite
realizar el "ajuste de la cebadura", operación
distintiva del mate amargo.
Ajuste
de la cebadura:
Una
vez hechada la yerba dentro de la galleta y procurado desplazar
las partículas más gruesas hacia la parte inferior,
se lleva toda la masa de yerba hacia una de las "pencas"
presionándola con el dedo o con la bombilla.
Se moja luego la yerba. Lo más común es dejar la
bombilla puesta, virtiendo el agua suavente junto a ella y dejando
reposar para que la yerba se hinche y no tape el filtro.
Comienza así a cebarse, hechando el agua caliente en la
parte donde hay menos yerba, extrayendo mate a mate el sabor de
esta porción menor de la cebadura y de la parte superficial
de la porción ajustada. Queda la mayor parte de la cebadura
contenida por la bombilla contra una de las caras de la galleta,
esperando su turno de entrar en acción.
Cuando se agota la porción de yerba con que se comenzó
a cebar se agota, el cebador hará entrar en funciones a
la otra mitad de la cebadura que está en ajuste. Para ello,
quita la bombilla y con la paletilla, ajusta la yerba hacia el
lado opuesto al que ocupaba en la galleta. A esta operación
se le llama "dar vuelta la yerba" o "dar vuelta
el mate" que es lo que en realidad ocurre, ya que la bombilla
quedará hacia el otro lado (Este movimiento de la bombilla
explica la extraña deformación que por el prolongado
uso sufre la boca de este tipo de mates). Así se sigue
cebando en un segundo acto, porque el mate está nuevo otra
vez.
El
Mate Dulce
Como
el mate amargo o cimarrón representa la elección
del matero de campaña o la rueda del fogón, el mate
dulce es característico de la cocina de la estancia o la
casa colonial. Allí había siempre una criada dedicada
especialmente a deleitar a los patrones o agasajar a la visita
con un exquisito mate dulce. Esta forma de cebar requiere de una
mayor infraestructura ya sea para el endulzado, como para la mantención
de la temperatura del agua, que deberá ser unos grados
superior a la del mate amargo.
El
mate más apropiado para cebar dulce es el llamado poro,
pero esto dependerá del gusto y disponibilidad del cebador.
Una manera muy difundida de comenzar el mate dulce, es armar la
cebadura con algo de azucar, mezclándola con la la yerba
aún seca. Así se tendrán dos o tres mates
dulces. Luego se deberá ir agregando el azucar según
el paladar de los integrantes de la rueda. Es muy común
que el cebador indague a cada matero de la rueda acerca de sus
preferencias.
Una forma de administrar la dosis de azúcar que debe acompañar
a cada cebado del mate dulce, consiste en endulzar el agua del
recipiente con que se ceba, simplificando además la tarea
del cebador ya que con este método podrá prescindir
de los utensillos destinados a tal fin (Azucarera, cucharita).
También
son comunes algunos refinamientos como el de quemar el azucar
y endulzar el mate con una pequeña porción del caramelo
logrado o como el mate misqui que es el cebado con agua endulzada
con miel.
Mates Largos y cortos
Esta
diferenciación se hace en relación a la cantidad
de agua con que es llenado el mate. La duración recomendada
de un mate (aquella en que el placer de tomarlo y su sabor encuentran
un equilibrio natural) es de dos a tres sorbos más o menos
normales. Podemos concluir entonces que no influirá en
esta clasificación el tamaño físico del recipiente,
sino la proporción que corresponde a la cebadura dentro
de éste.
El
tamaño del recipiente nos dará una idea del uso
a que está destinado, debido a que la cantidad de yerba
que éste pueda alojar está directamente relacionada
con el rendimiento de la cebadura (cantidad de mates que puedan
cebarse sin necesidad de arreglo o renovación), correspondiendo
el mate de mayor tamaño generalmente a un uso grupal y
el más pequeño al matero individual.
Influye
sí la calidad de crecedora o no que pueda tener la yerba
utilizada. Si la yerba es crecedora, se hinchará paulatinamente
restando capacidad a la calabaza y, en consecuencia, acortando
los mates. Para remediarlo, el cebador deberá hacerlo "bostear",
es decir, valiéndose de la paletilla de la bombilla, desalojar
una porción de yerba a fin de recuperar la capacidad originalmente
destinada al agua.
Es
el cebador quien deberá poner a prueba su conocimiento
del mate (la capacidad de la calabaza) y la yerba utilizados,
para armar la cebadura con la proporción correcta, a fin
de lograr mates de una duración adecuada.
Por
último, cabe señalar que un factor que indirectamente
influye en la duración de los mates es la temperatura del
agua que, aún cuando no varíe en su cantidad, actúa
sobre la percepción del tomador, haciéndole acortar
o alargar los sorbos. Así, para una misma cebadura, el
agua más caliente nos dará la sensación de
un mate más largo, y el agua de menor temperatura, de un
mate más corto.
El
Agua
El
mate cebado al estilo tradicional es una infusión y debe
cebarse con agua caliente cruda, es decir, retirada del fuego
antes de hervir.
Al
agua que ha hervido se le llama agua quemada. Cuando se ceba un
mate con agua quemada, se dice que se está quemando la
yerba.
"El
mate es una infusión de curso ininterrumpido, que va efectuándose
lentamente, con cada cebado, hasta agotarse las sustancias químicas
que contiene la yerba-mate". (Prof. César A. Samaniego)
Con el empleo del agua hirviente no es posible obtener esa infusión
de curso ininterrumpido, porque el agua en ebullición extrae
de golpe las sustancias químicas que contiene la yerba
y que deben extraerse lentamente, con cada cebado, hasta agotarlas,
lo que sólo se consigue con el agua sin hervir.
La
yerba mate reacciona rápidamente al ser tratada con agua
hirviendo, abandonando casi la totalidad de sus principios activos.
Al emplear el agua hirviendo, en el primer mate cebado quedará
agotada, y el segundo o tercer mate estará completamente
lavado.
El
agua caliente cruda, es decir, retirada del fuego a punto de soltar
el hervor, permite cansar la yerba, que irá entregando
a la infusión sus principios activos mate a mate.
Cuando
se cebe el mate con agua bien caliente, pero sin hervir, el sabor
de la infusión dependerá de la temperatura del agua
con que se moja inicialmente la cebadura. Si la primer agua con
que se moja es fría o tibia, la yerba producirá
una infusión de gusto suave; pero si esa agua es caliente,
los mates serán de gusto fuerte.
Una
vez que el agua hirvió ya no servirá para cebar
mates. De nada servirá templarla (bajar su temperatura
agregándole agua fría) o esperar a que la temperatura
baje, ni siquiera dejándola enfriar completamente y volviendo
a calentarla. Esto se debe a que al expulsar durante el hervor
el aire contenido en ella, el agua adquiere una mayor capacidad
de disolución (mayor espacio intermolecular) lo que hará
que la yerba se agote de inmediato.
Por lo mismo, cuanto más aireada sea el agua, mejores serán
los mates cebados con ella, ya que permitirá cansar la
yerba gradualmente. Es reconocido el rendimiento y sabor de los
mates cebados con agua de lluvia (muy aireada), como también
la imposibilidad de hacerlo con agua destilada (sin aire).
Para
probar si el agua había alcanzado la temperatura correcta,
el gaucho dejaba caer un chorrito sobre la tierra y por el ruido
que hacía se daba cuenta si ya estaba lista o si le faltaba.
Esto se debe a que a mayor temperatura, mayor será el peso
del líquido y por consiguiente el choque contra una superficie
dura hará un ruido más fuerte y seco.
La
presencia de azucar relativiza sutilmente la temperatura del agua.
Si cebamos con la misma pava o termo dos mates, uno dulce y otro
amargo, cuando la temperatura del mate amargo resulte normal,
la del dulce parecerá fría y viceversa.
La
temperatura del agua impresionará en la subjetividad del
tomador, alargando o acortando la duración del mate, según
sea ésta mayor o menor respectivamente. Si cebamos el mismo
mate con agua más o menos caliente el matero dará
sorbos más cortos en la medida en que se incremente la
temperatura, y le parecerá que el mate es más largo,
aún cuando se necesite para llenarlo siempre la misma cantidad
de agua.
Para
obtener los mejores resultados, una vez alcanzada la temperatura
ideal del agua, deberá procurarse mantenerla constante,
ya sea por dosificación del fuego o mediante la utilización
de un termo.
El
Lenguaje del Mate
Según
cómo o con qué se lo cebe, el mate es según
la tradición popular, transmisor de estados de ánimo
o deseos del cebador hacia quien habrá de tomarlo.
Mate
amargo: Indiferencia.
Mate dulce: Amistad.
Mate muy dulce: Hablá con mis padres.
Mate frío: Desprecio, indiferencia.
Mate con toronjil: Disgusto.
Mate con canela: Ocupas mis pensamientos.
Mate con azúcar quemada: Simpatizo contigo.
Mate con cáscara de naranja: Ven a buscarme.
Mate con té: indiferencia.
Mate con café: Ofensa perdonada.
Mate con melaza: me aflige tu tristeza.
Mate con leche: Estima.
Mate muy caliente: así estoy de amor por tí.
Mate hirviendo: Odio.
Mate lavado: Calabazas o Rechazo.
Mate con cedrón: Consiento.
Mate con miel: Casamiento.
Mate tapado: Rechazo.
Mate espumoso: Cariño verdadero.
Mate encimado: Mala voluntad.
Mate con Ombú: Equivale a echarle fuera.
Mate cebado por la bombilla: Antipatía.
Lenguaje
del matero
Trataremos
de explicar a continuación el sentido y alcance de algunas
de las expresiones con que el lenguaje familiar ordena la relación
establecida por el mate, entre quien lo ceba y quien lo toma.
Encimar
el mate
El
mate tiene y requiere un caracter distributivo. Si el cebador
sostiene su ofrecimiento en determinada persona de la rueda de
materos, o si, cebando para una sola persona, se apresura demasiado
en volver a llenarlo, para ofrecerle otro ni bien ha tomado el
anterior, se dirá que le esta encimando los mates.
Como esta rápida sucesión de mates se interpreta
siempre desfavorablemente, atribuyéndose al cebador el
propósito de molestar o cansar a la persona que es objeto
de tan reiterados brindis, es muy posible que ésta reaccione
dando las gracias.
Cebar
Pelando
Cebar
el mate pelando quiere decir que el agua con que se lo ceba esta
demasiado caliente, como si se la destinara a pelar (El agua hirviente
se emplea para facilitar la tarea de quitar el pelo a la piel
de algunos animales sacrificados para el consumo). Cebar el mate
pelando, es decir, demasiado caliente, casi importa como tratar
de chancho a quien le es ofrecido.
Tatusear
el mate
El
verbo tatusear -vulgarmente se dice tatusiar -deriva del sustantivo
tatú, nombre guaraní popularizado del armadillo,
conocido por su extraordinaria capacidad de remover la tierra
con pasmosa rapidez, al cavar su cueva. Familiarmente se hace
una analogía de esta característica del tatú,
con la tarea del cebador de mate, por los movimientos de remoción
o de ajuste que realiza en la cebadura.
El
verbo tatusear suele emplearse para indicar al cebador que el
mate está perdiendo gusto y es necesario hacer algo para
que éste recobre su buen sabor ("Tatusea ese mate").
Tatusear el mate puede significar, por lo mismo, dar vuelta la
cebadura o ensillarla, según el caso.
Hacer
bostear el mate
A
veces, la cebadura va aumentando de volumen, dentro del mate y
a medida que se ceba, por el henchimiento gradual de las partículas
de yerba, cuando la que se usa es crecedora. El crecimiento de
la cebadura determina un acortamiento gradual del mate, entonces
es necesario sacarle un poco de yerba. Y esa acción que
el cebador ejecuta utilizando la paletilla o cara plana del filtro
de la bombilla, es lo que se expresa en la frase hacer bostear
el mate.
Mate
de Hospital
Traduce
una calificación opuesta a la de cebar pelando, pues se
moteja de mate de hospital a aquel que se ceba con el agua un
tanto fría.
Es eufemismo del mate frío, en virtud del probado efecto
que este tiene sobre el organismo, en comparación con las
enemas o lavativas.
Cebar
Guarapos
Del
nombre dado al jugo que se extrae de la caña de azúcar
y que, tratado industrialmente, produce distintos derivados, uno
de los cuales es el azúcar, los materos han hecho un epíteto
que aplican despectivamente al mate cebado muy dulce y tirando
a frío. Quiere decir que quien ceba guarapos no ceba mate
dulce, sino mate de azúcar, olvidando que la base de la
infusión es la yerba.
Arreglarle
la cara
Cuando
el mate comienza a lavarse y a soltar palitos que suben a la superficie,
se le debe arreglar la cara para que no esté tan mal presentado.
No significa renovar la cebadura, ni siquiera hacer un arreglo
un tanto a fondo. Arreglarle la cara equivale a arreglarlo por
encima, es decir, significa lo mismo que ensillarlo. Hacer Mate
En la provincia de Córdoba y otras del interior es corriente
el uso de esta locución. En lugar de decir: vamos a tomar
o a cebar mate, se dice: Vamos a hacer mate...
El
secreto del mate
"Después
de cebar, queda un secreto en el mate..." Cuando la frase
se dice al sorber el primer mate, significa que el secreto ha
sido revelado. Cuando se la dice después de dar las gracias,
traduce una advertencia. Este secreto no es otra cosa que la haraganería
del cebador o la cebadora. Si el mate no se usa habitualmente
más de una vez en el día, es indispensable lavarlo
en seguida que se deja de cebar, sobre todo si se ha cebado dulce.
La cebadura de mate dulce entra rápidamente en descomposición
y se torna ácida, de modo que, si se la deja muchas horas
en la calabaza, comunica su acritud a las paredes de ésta.
Y si el mate no es sometido luego a una enérgica higiene
interna, esa acritud de sus paredes se comunica a la infusión,
al cebar nuevamente. La cebadura amarga resiste más tiempo
sin descomponerse. Pero, en todos los casos, es mejor quitar la
cebadura usada y lavar bien el mate antes de guardarlo. No observando
esta práctica, el cebador corre el riesgo de que el mate
lo denuncie, como haragán y desaseado, ante las personas
a quienes brinde la infusión. Es decir, revela el secreto
que queda en él después de cebar
El
Mate, Arte de Cebar de Amaro Villanueva
Mate
Chuya
Así,
o chulla, llaman los santiagueños al mate chorreado y al
lavativa. También llaman ojos chuyas a los ojos llorosos.
Mate
Trancado
En
las provincias mediterráneas no dicen mate tapado, como
en el litoral, cuando se ha obturado la bombilla con el polvillo
de la cebadura: le llaman mate trancado y, en la verdadera prosodia
popular, mate trancao.
Mate
de Velorio
El
mate de velorio no es un mate común, sino un porongo, un
calabazo grande. Este mate se sirve a una rueda de materos: uno
de ellos pega dos o tres chupadas y lo pasa al vecino. Así,
sucesivamente, hasta que se agota la infusión. Por eso,
cuando se quiere significar que una cosa tiene mucha extensión,
se dice: "Es más larga que mate de velorio".
Mate
de las morales
Es
aquel mate que se promete y nunca se ceba.
Mate
del zonzo
El
primer mate que se ceba, al comenzar la cebadura.
Mate
del estribo
Es
el último mate que se ofrece a una persona que se ausenta
de la rueda.
Agüita
perra
En
Chile, llaman así al último mate de la cebadura.
Don
Mateo
Es
el mate prestigiado por su buena yerba, su buena presentación
y el buen arte de quien lo ceba.
La
Rueda
Se
llama así al grupo de yerbeadores que comparten una reunión
amenizada por el mate. Originada en la rueda del fogón
y con todos sus atributos sociales, en términos específicamente
materos, se refiere al ordenamiento asignado por el cebador a
cada uno de los participantes, a fin de mantener una distribución
equitativa del mate. El objetivo es que el que acaba de tomar
el mate, no vuelva a hacerlo hasta que haya recibido el suyo cada
uno de los demás integrantes de la rueda. A este ciclo
se le llama vuelta.
A
veces, cuando la reunión es muy numerosa, y para no hacer
tan larga la espera entre un mate y otro, suele haber en la rueda
más de un mate e incluso más de un cebador. Es también
frecuente en estos casos, que en la rueda haya un mate dulce y
otro amargo.
Generalmente
la rueda tiene dicha forma geométrica, pero esta característica
no es obligatoria, y en algunos casos, circunstancias tales como
el cambio de lugar de alguno de los integrantes, la llegada de
uno nuevo o el alejamiento de otro, alteran dicha morfología,
poniendo a prueba la memoria del cebador que siempre aspirará
a que todos tomen la misma cantidad de mates.
Gracias
Gracias
es la palabra ritual con que se expresa haber satisfecho el deseo
de tomar mate, pero al mismo tiempo traduce el reconocimiento
del matero hacia el cebador.
Fuente:
Soygaucho.com
La
Leyenda
El
origen de la yerba es atribuido legendariamente a divinidades.
Un poema paraguayo atribuye a Santo Tomás esta dádiva
a los indios:
En
recuerdo de mi estada
una merced os he de dar,
que es la yerba paraguaya
que por mí bendita está.
La
primera leyenda encontrada dice que Tupú, genio del bien,
estaba en peregrinaje por la tierra, cuando llegó a la
casa de un viejo muy pobre que, a pesar de su miseria, le dio
de comer y de beber y lo albergó en su casa. En agradecimiento,
Tupú le dejó la yerba.
Otra
leyenda cuenta que Yasi y Araí (la luna y la nube) estaban
en el bosque, cuando fueron atacadas por un jaguar. Vino un cazador
en su auxilio y ellas, como premio, le dieron la caá (yerba),
planta benéfica y protectora.
La
tercera leyenda es semejante a la de Tupú. En ésta,
San Juan y San Pedro fueron albergados por un viejito muy pobre,
y Dios, en recompensa, transformó a la hija del anciano
en árbol de yerba, para que fuera inmortal.
Una
cuarta leyenda dice que el guerrero Maté estaba descansando
una noche, cuando vino la diosa Sumá y le dio un ramo verde
de yerba, diciéndole que lo plantara y que después
de secas y trituradas las hojas le darían una deliciosa
bebida.
Lo
que los guaraníes contaron a los jesuitas es que estuvo
en sus tierras, hace muchos años, el Pai Zumé, llamado
por los Tupís de Sumé, hombre de gran sabiduría
que realizaba muchos milagros. Los padres acabaron interpretando
que Sumé sería Santo Tomás, uno de los apóstoles,
que se les habría aparecido, lo que fue incorporado a las
leyendas autóctonas a partir das historias contadas por
los religiosos.
Fuente:
Diccionario de Mitos y Leyendas - Equipo NAyA