INTRODUCCION
LA
situación que afecta actualmente a Yugoslavia tiene su
justificación si es analizada desde un punto de vista geopolítico.
Su ubicación en Europa, en que ocupa parte de la península
de los Balcanes, ha sido fundamental a lo largo de la historia,
ya que constituye una bisagra sobre la cual han pasado distintas
civilizaciones con afanes imperialistas y hegemónicos.
El
Imperio Romano proyectó su cultura en las naciones que
ocupaban la península y a través de ésta
llegó hasta Jerusalén. El Imperio Turco-Otomano
también dominó los Balcanes para proyectar sus afanes
hegemónicos en Europa. Los cruzados realizaron similar
cometido en su tráfico hacia el Medio Oriente.
Además de lo anterior, cabe mencionar la importancia de
esta península al permitir el acceso al mar Mediterráneo
a los distintos Estados mediterráneos ubicados en la Zona
Corazón de Europa, debido a su innegable importancia económica
y estratégica.
Pre-Primera
Guerra Mundial
El
joven Estado yugoslavo, creado en 1918 después de la Primera
Guerra Mundial, carga sobre sus hombros una historia de invasiones
y de influencias extranjeras que dejaron en sus habitantes un
legado que hoy los hace chocar entre sí. Seis repúblicas
y dos regiones autónomas forman un país de 24 millones
de habitantes con ocho nacionalidades, tres religiones, cuatro
idiomas y dos alfabetos, dentro de muchas otras diferencias, que
luchan al no poder fundirse en un solo pueblo.
Para entender la complejidad de los problemas que hoy afectan
a Yugoslavia hay que remontarse a varios siglos, cuando estos
pueblos formaban parte de antiguos imperios.
Eslovenia y Croacia pertenecieron al Imperio Romano, a los ostrogodos
y a los ávaros hasta que Carlomagno las cristianizó,
siendo hasta la fecha ambas etnias católicas. Fueron dominadas
por los bizantinos el año 877, para permanecer independientes
hasta que desapareció la dinastía gobernante en
el año 1097. Desde ese año la
Croacia-Eslovenia quedó unida a Hungría, sufriendo
diversos cambios. Estuvo en poder de Hungría, fue reino
independiente y luego nuevamente húngaro, y se debatió
entre revueltas y desanexiones hasta 1914.
Al sur de Croacia, la República de Bosnia y Herzegovina
perteneció al reino de Bulgaria hasta el siglo XV, cuando
consiguió la independencia como principado; más
tarde formó parte del reino independiente de Servia, hasta
que en 1463 fue incorporada al reino turco-otomano. La mayor parte
de la población se convirtió al
islamismo; los austríacos le quitaron a los musulmanes
la administración de la región en 1876, lo que culminó
en 1908 con la anexión del territorio, lo cual provocó
la ira de Rusia, Servia e Inglaterra, siendo una de las causas
de la Primera Guerra Mundial.
La República de Servia, al oriente de Bosnia-Herzegovina,
se vio sometida al Imperio Bizantino y Búlgaro. Conoció
la independencia sólo en períodos cortos. Antes
que la sometieran, los turcos ocupaban las dos terceras partes
de la península Balcánica y se debatía entre
la religión católica y la ortodoxa griega, siendo
un poderoso imperio que comprometió a Hungría, Bosnia
y Constantinopla. En 1389, el Imperio Turco-Otomano la invadió,
hecho que duró hasta 1815, momento en que asumió
una organización autónoma.
Entre 1815 y 1913, Servia fue protegida por Rusia de los deseos
expansionistas de los austríacos y los turcos. Creó
movimientos nacionalistas y tenía la intención de
formar la Gran Servia, que incluyera Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina.
Durante la Guerra de los Balcanes (1912-1913) Servia logra sus
propósitos al pertenecerle Macedonia. La expansión
comenzó a inquietar a los austríaco-húngaros,
lo que culminó con el ultimátum que Austria le envió
a Servia cuando el Archiduque Francisco Fernando y su mujer fueron
asesinados en Sarajevo, causa aparente
de la Primera Guerra Mundial.
La República de Montenegro fue un principado que cayó
bajo el poder de los servios en el siglo XIII. Más tarde
obtuvo su independencia, hasta que los turcos la conquistaron
en 1490. De allí en adelante siguió un destino común
con Servia hasta la Primera Guerra Mundial. Más al sur,
en el límite con Albania y Grecia, se encuentra Macedonia,
la cual en el pasado fue parte de los Imperios Romano y Bizantino
y del reino de Bulgaria. Víctima también de la ambición
de los servios, en el siglo XIII cayó en sus manos; la
dominación duró hasta 1371, año en que el
Imperio Turco tomó su control.
Pos-Primera
Guerra Mundial
Con la derrota de los Imperios Austro-Húngaro y Otomano,
después de la Primera Guerra Mundial, eslovenos, croatas
y servios se unieron y formaron el Reino de los Servios, Croatas
y Eslovenos.
Las dos últimas etnias recibieron de sus antepasados la
religión católica, la buena organización
y las costumbres occidentales, características que contrastaron
con una cultura más oriental, un sistema de vida diferente
y la religión ortodoxa y musulmana de los servios.
Una minoría croata (Ustacha) extraordinariamente activa,
formada por intelectuales, que propendía al antiguo modo
de vida como nación croata bajo la tutela de Austria-Hungría,
obligó al Rey Alejandro a modificar la constitución
y cambiar nombre al territorio, que en adelante fue denominado
Yugoslavia (Eslavos del
Sur); junto con ello el Rey impulsó el desarrollo del movimiento
croata, el que culminó en octubre de 1939 con la autonomía
de Croacia.
Invadida por Alemania e Italia durante la Segunda Guerra Mundial,
Yugoslavia fue desmembrada, ocasión que permitió
a algunas repúblicas declararse independientes.
Al mando del Mariscal Josip Broz -alias Tito- fue organizado un
movimiento de resistencia que comprometió a toda la población
(partisanos), apoyado por el Partido Comunista Yugoslavo, el cual
tenía una gran influencia en Moscú.Al término
de la guerra, las repúblicas que se habían liberado
tuvieron que volver a su antiguo estado. Tito formó un
Gobierno comunista que desde un comienzo fue reconocido por las
potencias occidentales. Durante 35 años el Mariscal gobernó
el Estado con mano de hierro, que en sus comienzos fue próspero
gracias a los créditos occidentales y al sistema de equilibrio
impuesto por el líder.
La relación entre la Unión Soviética y Yugoslavia
duró sólo hasta 1947. Tito se resistió a
que el Kremlin le dijera cómo gobernar. Para que Yugoslavia
mantuviera la postura alejada de Moscú, los países
occidentales le concedieron créditos y ayuda de todo tipo.
En política exterior, Tito encabezó el movimiento
de los No Alineados, que fue formado en la década de los
años 50 y se mantuvo hasta su muerte sin mejorar sus relaciones
con Moscú. Como buen croata, buscó equilibrar el
trato entre las repúblicas. Los servios, el 40 por ciento
de la población, fueron tratados como una minoría
más. Tito aplicó la consigna de "Una Yugoslavia
fuerte requiere una Servia débil". Para ello dejó
Kosovo y Vojvodina como provincias autónomas.
Después de la muerte de Tito, en 1980, renacen los movimientos
nacionalistas, saliendo a relucir con intensidad las diferencias
históricas, lo cual inevitablemente ha llevado al país
a una crisis de identidad.
EL CONFLICTO Y SU CARACTER
Ambito sociopolítico
Existen profundas diferencias entre Servia, Eslovenia y Croacia.
Las dos últimas poseen una muy buena prosperidad económica,
Gobiernos de centro derecha y una cultura netamente occidental.
Si esto es comparado con la contrapartida representada por Servia
y Montenegro, pueden ser deducidos, en forma relativamente clara,
los objetivos que ambos contendientes tienen.
Eslovenia y Croacia propician una descentralización del
poder, un pluralismo político y una economía de
mercado, lo cual se resume en crear una Unión de Estados
Independientes.
Servia y Montenegro luchan por un poder centralizado, una economía
dirigida y la preponderancia del Partido Comunista; en el fondo,
formar un gran pueblo eslavo.
La
contraposición de intereses tuvo su punto culminante cuando
Servia se negó a que el croata Stipe Mesic, Presidente
de la República de Croacia, asumiera el mando del país
por el período de un año, tal como lo estipula la
constitución, rotativamente entre las seis repúblicas
y las dos provincias.
Este
motivo o causa aparente desató el conflicto y fueron iniciadas
las acciones militares; en ellas, los independientes (Croacia,
Eslovenia, Macedonia y Bosnia) están dispuestos a dar su
máximo esfuerzo, habiéndose llevado a cabo combates,
especialmente en Croacia, con gran violencia, siendo resistidos
con entereza y firme voluntad. El Presidente de la República
Croata se proclamó Presidente Federal de Yugoslavia, apoyado
por una consulta popular en la nación croata, que le dio
un 95 por ciento de respaldo. El enfrentamiento de fuerzas nacionalistas
croatas con el Ejército Federal Yugoslavo ha sido prácticamente
una guerra declarada, en que la mayor parte del esfuerzo lo ha
soportado la nación croata, la cual luchará hasta
obtener su libertad.Servia, Montenegro y las provincias han tomado
la decisión de iniciar las acciones atacando a los separatistas,
en una guerra frontal sin el apoyo internacional y sin la tutela
de la ex Unión Soviética, lo que la ha dejado imprevistamente
sola, con una causa calificada de injusta y sin simpatías.
Su esfuerzo no es total, aunque su Ejército está
compuesto en un 65 por ciento de Oficiales servios y las tropas
firmemente arraigadas en el pensamiento marxista. La superioridad
militar no ha contado con la adecuada actuación en el frente
diplomático.
Ambito
político-estratégico
Si
en este conflicto se pudiera hablar de la existencia de un modelo
de conducción político-estratégica, se tendría
que concluir que los países separatistas, como única
opción ante la falta de fuerzas militares regulares, han
empleado una estrategia de la acción en su modo indirecto,
mediante una fuerte maniobra exterior con su frente diplomático
y con la gran cantidad de croatas emigrados a todo el mundo, lo
que les ha permitido dar a
conocer una causa justa en la cual se lucha por ser un país
occidental y enfrentarse a una república imperialista y
comunista.
Con sus fuerzas, las cuales están compuestas por policías
regulares, guardias republicanos y voluntarios armados, se han
empeñado en una guerra de guerrillas en su propio territorio,
defendiéndose desde un comienzo de la guerrilla servia
(chetniks), compuesta por los residentes en cada una de las repúblicas
independentistas. El Ejército Federal no se mantuvo al
margen de esta maniobra interior, cuando el 25 de junio de 1991,
Croacia y
Eslovenia declararon su independencia de la República Federal.
Ante esta situación, el Ejército Regular, sintiéndose
garante constitucional, actuó sobre Croacia y Eslovenia
de un modo directo.
La escalada de enfrentamiento obligó al Ejército
a movilizar a los reservistas servios, agudizando el sentimiento
de que los soldados croatas, albaneses y eslovenos eran una quinta
columna, lo que propició su deserción en masa, incorporándose
a las milicias republicanas. En Eslovenia, el Ejército
se enfrentó con la milicia, la cual puso en práctica
una maniobra interior defensiva y de hostigamiento, para crear
laxitud en las operaciones. La respuesta
fue una doctrina convencional de control de zonas pobladas, puntos
estratégicos y castigo aéreo.
Transcurridos más de nueve meses del inicio del conflicto,
todas las minorías servias habitantes de las repúblicas
separatistas continúan comprometidas en combates de guerrillas
con los nacionales residentes, aplicando una maniobra interior
tipo alcachofa, la cual pretende integrar enclaves a la nueva
Servia.
Dos de estos enclaves han postulado su independencia (krajinas),
siendo rechazados de plano por la ONU. En general la estrategia
aplicada por Servia alterna en el tiempo una estrategia directa
con la indirecta.
Croacia
y Eslovenia, con su frente interno absolutamenteunificado y sus
Gobiernos con un mayoritario respaldo ciudadano, con la excepción
de los servios residentes, han sobrellevado la crisis con una
directa ayuda económica de Estados Unidos, Alemania e Inglaterra,
mediante una "selectiva" cooperación a Yugoslavia,
de la cual obviamente quedaron fuera Servia y Montenegro.
Ambito
externo
La
primera reacción de la Comunidad Europea ante el desmembramiento
yugoslavo fue rechazar la declaración de independencia
de Croacia y Eslovenia y pidió salvaguardar la integridad
del país.
Dicha Comunidad, ante el recrudecimiento del conflicto, amenazó
con medidas económicas, haciendo un llamado a que fuera
evitada la violencia, se buscara una solución constitucional
y que no reconocería cambios territoriales que se pudieran
producir.
Envió dos misiones de paz, embargó ayudas económicas
por mil millones de dólares al Estado yugoslavo y amenazó
con reconocer la independencia de Croacia y Eslovenia. Esto permitió
que asumiera el nuevo Jefe de Estado, se concretara un cese al
fuego y fuera postergada la declaración de independencia.
El 7 de agosto fue
acordado retrotraer la situación a como si no hubiera pasado
nada y se buscó un acuerdo negociado.
Este acuerdo fue roto el 27 de agosto, volviéndose a lo
anterior con mayor violencia. A finales de agosto una quinta parte
de Croacia estaba en poder de los chetniks servios. Así,
entre altos al fuego no respetados, gestiones de la Comunidad
Europea y la pérdida del control de las fuerzas en lucha,
por parte de los Presidentes de las Repúblicas, se llegó
al 25 de septiembre, día en que Macedonia declaró
su independencia y se abrió otro frente al
Ejército Federal, que -ya desgastado- con fuertes deserciones
y falta de equipos, adoptó una actitud ofensiva definida
y se dirigió sobre Vokovar, en Croacia, sin ningún
control político al no existir un Presidente Federal reconocido
por dicho ejército.
Un último intento de la Comunidad Europea más otros
países europeos -en La Haya- reunió a los líderes
en conflicto, llegando a un acuerdo de cese del fuego el 17 de
septiembre, el cual duró sólo treinta minutos. Era
un diálogo de sordos.
Avanzado el conflicto y comenzando el año 1992, el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó el envío
de una Fuerza de Paz a determinados lugares donde hay abundante
población servia junto a eslovenos, croatas y bosnios.
Habiéndose cumplido el décimo sexto cese del fuego
acordado, vigente desde el 3 de enero, 14 mil "cascos azules"
se preparan para ingresar a la ex Yugoslavia.
Estados Unidos ha hecho valer su peso como superpotencia en la
ONU y la Comunidad Europea ha actuado en estos dos organismos
con énfasis y eficacia. El 3 de marzo, Bosnia-Herzegovina
declara su independencia y recrudece la tensión al ser
abierto formalmente otro frente.
ORGANISMOS
INTERNACIONALES
La
participación que han tenido la Comunidad Europea y las
Naciones Unidas en el conflicto, ha denotado una confrontación
de intereses por lograr mayor influencia en su solución.
La Comunidad Europea realizó la primera acción concreta
de su historia en la política de seguridad exterior, cuando
tomó la iniciativa al obligar a las partes a negociar,
recurriendo a la presión económica. lo cual está
confirmando la aspiración de los miembros de la Comunidad
a constituir, a largo plazo, una estructura propia de seguridad
y defensa en el ámbito regional, en que quizás aparezca
un nuevo país líder mundial dentro de ella, que
dispute a Estados Unidos su supremacía.
Las Naciones Unidas, por su parte, bajo el liderazgo de Estados
Unidos, no ha querido quedar atrás, por lo que una vez
más ha demostrado su intención de influir en todos
los rincones del mundo, mediante la conocida fórmula de
desplegar Fuerzas de Paz en el lugar del conflicto.
ESTRATEGIA
MARITIMA EN EL CONFLICTO
La
Armada yugoslava, tal como su Ejército, está compuesta,
en lo que se refiere a Oficiales, por servios, y en cuanto a Gente
de Mar por personal de varias etnias.
El litoral yugoslavo está sobre el mar Adriático
y las Repúblicas de Montenegro, Croacia y Eslovenia tienen
acceso a él.
La mayor cantidad de costa y territorios insulares está
en manos croatas. Servia, pese a ser una República mediterránea,
tiene el control de la Armada y sus bases navales; la debilidad
de contar con la mayor cantidad de bases en Croacia la suple con
la existencia de puertos en Montenegro. Croacia, a su vez, al
no contar con el control de las fuerzas navales no puede ejercer
plenamente su condición marítima-insular.
El 7 de septiembre el Gobierno croata ordenó cortar el
suministro de petróleo a Servia desde el puerto de Rijeka,
el más importante del Adriático; el Gobierno central
ordenó reponerlo, orden que fue desconocida. Este corte
causó la falta de poder eléctrico en grandes sectores
de la República; en reacción, Servia bombardeó
las rutas terrestres de acceso a los puertos de Split y Zadar
y los bloqueó por mar, lo cual los aisló de Zagreb
y de toda
ayuda externa. Estas medidas de presión por ambas partes
refleja la dependencia que tiene Servia en su abastecimiento marítimo
de elementos vitales, al no contar con litoral propio, y la debilidad
croata al no poder oponerse al bloqueo.
Croacia reaccionó y suspendió totalmente el suministro
de petróleo a quince bases militares servias. Ante este
hecho Servia bloqueó marítimamente todo el litoral
croata y esloveno; así, en un ataque conjunto de buques
y aeronaves servias al puerto de Pola, en donde se encontraban
concentradas grandes cantidades de armamento
croata, y a las rutas de acceso al puerto, aisló por mar
y tierra este lugar, sin oposición. Posteriormente el bloqueo
se extendió a siete puertos, incluidos Split y Dubrovnik.
Este bloqueo servio creó una fuerte escasez de electricidad
y agua en Dubrovnik, ya que su inicio conllevó un
fuerte bombardeo para vencer la resistencia en tierra que efectuaba
Croacia para impedir el avance de fuerzas militares enemigas;
su consecuencia fue que el 28 de octubre cayó Dubrovnik
en manos del Ejército Federal, el cual tenía sitiada
la ciudad por tierra.
Veinte días después fue permitida la recalada de
navíos franceses e italianos con ayuda para la población
y el abandono del puerto de 3 mil refugiados. Esto demostró
una pérdida de la libertad de acción política
por parte de Servia.
Luego del último cese del fuego la situación marítima,
de acuerdo a la información recibida, se ha mantenido en
statu quo con el control virtual del mar por parte de Servia,
el que se manifiesta con un bloqueo controlado mediante una zona
de exclusión no declarada.
CONCLUSIONES
-
La desaparición de la Unión Soviética restó
el apoyo externo que Servia necesitaba al iniciar la conquista
de las otras Repúblicas, o parte de ellas, para formar
la Gran Servia. La falta de una diplomacia que se ajustara a
la nueva realidad de un mundo no marxista y la rigidez de reorientar
sus objetivos para que no parecieran contrapuestos a los ideales
mundiales, hicieron fracasar su pretensión hegemónica.
-
Crear países o Estados multinacionales con un sistema
de dependencia central, trabas en su administración y
en general sin capacidad de autodeterminación, es sembrar
un germen que al paso del tiempo los destruirá o comprometerá
en luchas liberacionistas de complejo control y resolución.
-
La solución de este conflicto pasa inevitablemente por
la libre aceptación de cada una de las naciones que integraban
Yugoslavia, de conformar una confederación de Estados
o Repúblicas independientes y comenzar un desarrollo
independiente.
-
Lo más trascendente de esta situación es que este
conflicto representa la continuación de una serie de
reivindicaciones nacionalistas que pudieran continuar en diversas
partes del globo terráqueo, creándose una proliferación
de luchas nacionalistas.
-
El mar nuevamente fue determinante para los contendientes; Croacia,
al perder sus comunicaciones terrestres, pudo haber tenido un
buen enlace por mar; pudo haber protegido su flanco marítimo
para que no cayeran las ciudades costeras en manos del enemigo;
pudo haber tenido un fluido aprovisionamiento desde la
Comunidad Europea y otros Estados proclives y pudo haber efectuado
una eficaz suspensión del suministro de petróleo
a Servia, pero su falta de poder naval le impidió desarrollar
operaciones navales.
-
Servia, de una condición geográfica esencial marítima,
tenía el control virtual del mar y lo explotó
mediante operaciones de proyección y bloqueo. Al contar
con la fuerza naval pudo realizar operaciones de bombardeo naval
sobre el flanco marítimo del dispositivo adversario en
varios puertos, debilitando su
sistema de acopio, como asimismo reponer su suministro de petróleo
y continuar operando con su Ejército en tierra.
-
Las operaciones conjuntas servias han sido efectuadas exitosamente,
demostrando una clara concepción de la unidad de la guerra.
En general, las operaciones han sido bien conducidas y se ha
logrado los objetivos planteados.
-
En este conflicto aparecen claramente las dos áreas de
misión de una Armada en tiempos de guerra: Control del
mar y proyección del poder militar de la nación
a través del poder naval.