Revista CARAS
Edicion 5 de junio de 2007
 
                                   La luna de miel de Soledad y Jerem�as
Fascinados, en el Coliseo de Roma. En exclusvia, en la capital italiana, la pareja le confi� a CARAS el sue�o de tener un hijo y le cont� las an�cdotas m�s destacadas de sus 30 d�as recorriendo los lugares m�s emblem�ticos de Europa.
 
x507.jpg (12450 bytes)Como en las mejores historias rom�nticas, protagonizadas por Cary Grant y Grace Kelly, ellos tambi�n tuvieron su final feliz. O mejor dicho, su principio. So�aron, escribieron e interpretaron su propio cuento de pr�ncipes y princesas aggiornado al siglo XXI. No se trat� de un famoso boulevar de Hollywood. Apenas de unas familiares callecitas de Arequito, donde nacieron, se criaron y, compartiendo libros de estudio, comenzaron a conocerse. Cupido no tard� en apuntar con su certera flecha. Del resto, se encargaron “la Sole” y “el Jere”, como los habitantes del tranquilo pueblo los apoda. Hubo fiestas, asados e interminables guitarreadas que soldaron aun m�s los lazos entre las familias Pastorutti y Audoglio. Siete a�os los ayudaron a crecer, terminar de conocerse como hombre y mujer, y planear un futuro juntos, incluso en lo profesional, para que nada pudiera interponerse entre ambos. El 28 de abril cumplieron su anhelado sue�o. Reunieron al pueblo en la capilla frente a la plaza, y las calles de Arequito se vistieron de fiesta para celebrar juntos su boda. Sus ra�ces estaban intactas. Dos d�as despu�s, partieron del aeropuerto de Rosario con la meta de pasar su luna de miel en Europa.
Como regalo de los casi ochocientos invitados al casamiento, el viernes 4 de mayo Soledad Pastorutti (25) y Jerem�as Audoglio (29) desembarcaron en Madrid, formando parte del grupo de turistas que emprend�a su relajado periplo por el Viejo Continente. Felices y con el entusiasmo l�gico de los reci�n casados, tomados de la mano, recorrieron las principales v�as de la capital espa�ola, por las noches se fueron de copas y se arriesgaron con los picantes platos t�picos de la pen�nsula. Apenas cuatro d�as despu�s, volvieron a partir rumbo a Sevilla, una ciudad que no dej� de cautivarlos con sus encantos. Despu�s llegar�a el turno de visitar la rom�ntica Par�s, el irresistible encanto de los canales de Venecia y los rom�nticos puentecitos de Florencia. S�lo un peque�o paso por Amalfi para, finalmente, llegar a Roma, la ciudad de las siete colinas. All�, alojados en el “Euroestars Internationale Palace”, ubicado sobre la v�a Naziolale 23, volvieron a encontrarse en exclusiva con CARAS para que, una vez m�s, fuera testigo de la incomparable felicidad que est� viviendo la pareja.
“Roma es una ciudad que se lleva todos los aplausos. Es como un museo sin techo. En cada calle, al aire libre, encontr�s un monumento hist�rico. La estamos pasando tan bien que, en cada lugar que visitamos nos ocurre algo maravilloso, y te parece que nada lo podr� superar. Pero luego visitamos otra ciudad, y volvemos a experimentar lo mismo. Atenas tambi�n nos sorprendi� con su majestuosidad. La verdad, es que estamos tan felices, que no lo podemos terminar de creer”, expres� Jerem�as.
Recorrer las v�as principales de “la ciudad de las siete colinas” les result� una embriagadora experiencia. Obras maestras art�sticas y arquitect�ncas, ruinas cl�sicas, plazas e iglesias barrocas, exacerbaron sus sentidos.
—Soledad, Ud. ya conoc�a esta ciudad, �pero el hecho de visitarla como parte de su luna de miel cambi� en algo sus sensaciones?
—En todo. Me pareci� que la recorr�a por primera vez. En realidad, es muy diferente venir por compromisos de trabajo que visitarla junto al hombre que am�s. Y adem�s, como dos enamorados. Si bien la conoc�a siempre dije que quer�a volver a esta ciudad. No s�lo me fascinan sus construcciones, toda la historia que reside en ella, sus monumentos y lo que una estudi� en el colegio vi�ndolo en los libros, sino me encanta su gente. Descubr� much�simas cosas que ellos tienen en com�n con nosotros...
—�Roma es la ciudad que m�s les gust� de Italia?
—Primero pensamos que s�. Pero despu�s nos pusimos a recordar nuestros d�as en Venecia y en Florencia, y no nos pusimos de acuerdo. Venecia es incre�ble con sus canales y sus monumentos y Florencia con el romanticismo que te transmite.
—�Cu�l fue el sitio que m�s los sorprendi� o el m�s raro que visitaron?
—Sin dudas, el lugar que m�s nos impact� fue Sevilla. Yo no conoc�a la ciudad y me hab�a hecho otra imagen, por eso me pareci� tan rara. Aunque tambi�n debo admitir que las islas griegas con sus casitas blancas tan t�picas, nos fascinaron. Y no me puedo olvidar de Kusadazi —que significa “isla del p�jaro”—, pertenece a Turqu�a, y es el sitio en el que se encuentra la casa donde pas� sus �tlimos d�as la Virgen Mar�a. Durante todo el viaje nos encontramos con argentinos que se nos acercaban con demostraciones de afecto, con muy buena onda. Nos divertimos mucho en el crucero que realizamos, porque se organiz� una fiesta en la que se presentaban nuevos talentos e hicimos de jurado.
—�Se hicieron muchos regalos?
—Nos regalamos noches s�per rom�nticas. Como las de dos enamorados. Nos morimos de amor en la plaza San Marcos, en Venecia, en un caf� donde hab�a una orquesta que ejecut� el tema de la pel�cula “Cinema Paradiso”, que es maravilloso. Pero aclaro que s�lo tomamos capuccino. Aunque s� hemos comido desenfrenadamente. Al punto que engord� tres kilos. S�lo eso por todo lo que camin�.
—�Compraron regalos para toda la familia?
—S�. Yo apenas me compr� una campera para reponer una que perd� durante una excursi�n. Y, por supuesto, algunos perfumes que me encantan. El resto de las compras fueron regalos para la familia. Compramos juguetes para todos los sobrinos; robots, mu�ecas, bichitos raros, esos de los dibujitos animados. Y en el Vaticano, arrasamos con todas las medallitas y estampitas para madres, t�as y abuelas. Somos muy familieros, y no podemos dejar de cumplir con nuestros seres amados.
—Hay un tema ineludible, �cu�ndo llegar� el primer hijo?
—Como somos muy creyentes, decimos que el beb� llegar� cuando Dios lo quiera. En principio, nosotros ya dimos el primer paso y ahora, la decisi�n la tiene �l. A los dos nos encantan los chicos; tenemos sobrinitos y nos volvemos locos por ellos. As� es que ahora, s�lo nos resta esperar.
—�C�mo contin�a esta luna de miel?
—Como ya recorrimos Europa, nos vamos a hacer un poco de playa. Nos tomaremos diez d�as para hacer s�lo mar, sol y playa. Totalmente relajados. Tirados en la arena, sin pensar en el trabajo. A nuestros regreso, poco a poco, deberemos retomar nuestras actividades.
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