Pando vive
Roberto Laserna
El hombre
soltó la soga de la campana cuando comprobó que el vehículo llevaba
observadores electorales. Estaba dispuesto a convocar a los vecinos de la
escuelita de la comunidad Santa Helena pues así lo habían acordado en la mañana,
luego de que el alcalde se llevara con amenazas a diez ciudadanos en la escuela
Antequera, de la comunidad vecina. “Están impidiendo votar a la gente”, explicó
Hermes Cordero, presidente de la mesa, “por eso estamos atentos”.
Relataron
historias similares en El Carmen y Puerto Rico, donde también se podía observar
a vecinos reunidos y organizándose para prevenir un posible ataque a las
ánforas en el momento del conteo de votos. Estaban nerviosos pero no agresivos.
Cerca de uno de estos grupos pasó una moto que llevaba un cartel: “no votes por
el estatuto mafioso”. Intercambiaron saludos… eran conocidos, tal vez amigos.
En Porvenir
un reportero de El Deber comentó que había estado muy temprano en Filadelfia y
pudo presenciar la captura y quema de ánforas, así como la instalación de un
bloqueo caminero que al final impediría que más de tres mil personas pudieran
votar en el referéndum de Pando. Para las dimensiones demográficas del
departamento esa es una proporción muy elevada. Para todos es evidente que el
gobierno está empeñado en provocar el mayor ausentismo posible. En las semanas
previas había intensificado su campaña contra los estatutos autonómicos con
visitas del Presidente Morales, entregas de equipos e inauguración de proyectos.
A los asesores del gobierno les debió ser fácil reconocer que la población
recibía con las manos pero, como me dijo un taxista, “no con la cabeza”.
A lo largo
de la ruta que une Cobija con Riberalta y
En la
noche, ya de vuelta en Cobija, los canales de televisión daban cuenta de los
resultados y los comparaban con las estimaciones de las encuestas. Más del 80%
de los votantes expresaba su apoyo a la autonomía afirmando su respaldo al
Estatuto. La televisora estatal, por su parte, enfatizaba el ausentismo,
restando legitimidad al referéndum que, para ser válido, requería que por lo
menos la mitad de los votantes habilitados hubiera participado. Esta actitud
era consistente con los esfuerzos realizados durante el día para reducir el
número de votantes.
“Y también
con el aumento en inscripciones”, me explicó luego Fernando Coelho,
uno de los vocales de
Pero ellas
no impidieron que el resultado final se festejara en calles y plazuelas.
En las
calles de Porvenir, apenas se conocieron los primeros resultados, una anciana
batía orgullosa la bandera boliviana y me decía, con trasfondo de cohetes y
música: “esto es para que respeten a Pando”, y me recordaba que muy cerca de
allí, a orillas del río Manuripi, estaba el monumento
a Bruno Racua, el tacana
que es héroe nacional por su papel en la batalla de Bahía en la guerra del
Acre. “Aquí siempre defendemos Bolivia –me dijo-, pero Bolivia siempre nos
olvida”.
En los
pocos días que estuve en Pando comprobé que ese sentimiento es bastante común
entre sus habitantes, a pesar de la cercanía del Brasil y el intenso y amistoso
intercambio que se tiene, especialmente con las ciudades colindantes de Brasilea y Epitaciolandia.
Por eso no
extraña que el artículo primero del Estatuto de Pando afirme “su voluntad
inquebrantable de respetar y preservar la unidad indisoluble de la patria
boliviana”.
Tal vez los
votantes no conocieran el texto en detalle o no pudieran explicar sus
contenidos, “pero no es por falta de oportunidad”, me dijo Erick
von Boeck, un exPresidente del Comité Cívico de Pando. “Hemos distribuido
más de 20 mil ejemplares en todo el departamento, y hemos realizado incontables
reuniones para recibir y discutir propuestas”. Aún así, todos saben que la
aprobación del estatuto no es nada más que un paso en el proceso de
construcción de las autonomías.
Un paso que
será pequeño o grande, según la perspectiva que uno tenga, pero que es sin duda
firme, como lo demostró la voluntad de los pandinos que, este domingo 1° de
junio, celebran con razones su fortalecida presencia en una República que
ayudaron a forjar y que quieren renovar.
El autor es miembro de www.columnistas.net
Publicado en Los Tiempos, 13 de junio de 2008