Psicología
MI HIJO ADOLECENTE
claudia Zambrano
La adolescencia es una etapa de mutación entre el niño y el adulto, por lo tanto no es ni lo uno ni lo otro... ¡Qué confusión! Y los padres se lo podemos hacer más difícil aún.
El joven tiene la fragilidad de un bebé, sensible a las miradas que percibe y a las palabras que oye, el papel de la familia y de las personas ajenas a ella, que tienen contacto con el adolescente es importantísimo en la imagen y la confianza que desarrolla de sí mismo, desgraciadamente casi nunca estamos conscientes de ello.
Todos, padres, maestros, hermanos y amigos mayores en algún momento tenemos la oportunidad de encontrarnos en situación de alentar o desvalorizar al joven. Cuando éste empieza a tener y expresar ideas propias, algún criterio u opinión, el adolescente puede encontrarse con frases como: “Tu no estás en edad de pensar” “No te metas en conversaciones de adultos, que vas a opinar tu?? !!!” cuando sería el momento de alentarlo a desarrollar en él la idea de que su opinión es valiosa dentro de casa, y fuera de ella.
Cuantos de nuestros jóvenes con valiosísimas ideas se callan ante al temor de si lo que van a decir está bien, “¿seré ridiculizado?” piensan y ante ésta posibilidad prefieren mantenerse en el lado seguro del silencio y la aprobación de ideas ajenas

Algunos maestros incluso entrenadores pueden salvar al joven que en casa es reprimido animándole a que exprese su juicio; alguien a quien el adolescente admira tiene una opinión muy valiosa en cualquier aspecto, como por ejemplo en cuanto a desarrollar sus cualidades en algún deporte y no detenerse a no intentarlo porque otros le hayan dicho que no sirve para ello.
La adolescencia es una edad frágil pero así mismo los jóvenes tienen un ímpetu inigualable que nunca debe ser detenido, solamente encaminado.

 
 
volver
 
 
 Firme el libro de visitas
Lea el libro de visitas
 

 

Hosted by www.Geocities.ws

1