Lecciones de Pedagogía

(Primer Desarrollo : 23 de octubre de 2003)

Internet representa, sin lugar a dudas, un cambio cualitativo en la actividad y las relaciones humanas. La web no es sólo una versión mejorada de algo pre-existente. Es algo diferente a todo lo anterior.

Estoy de acuerdo en que la escritura ya existía, el correo servía para comunicar personas alejadas y las bibliotecas reunían más información de la que cualquier ser humano es capaz de asimilar en el momento en que Internet apareció en escena. Sin embargo, la posibilidad de hablar con el autor de un artículo, el intercambio de ideas a tiempo real entre personas que sólo se conocen mediante la palabra escrita o, en otras palabras, la posibilidad de que una persona común pueda identificar espíritus afines a lo largo de todo el ancho mundo, es algo sin precedentes en la cultura humana.

Alguna vez se me ocurrió que podía volcar algunas ideas que considero originales, mediante la página que ustedes están leyendo. También hice otras páginas. Algunas por razones de trabajo, otras para algunos amigos y otras, como ésta, por el placer de hacerlas.

Pero nunca imaginé que estas páginas, escritas por propia satisfacción, me llevarían a relacionarme con tanta y tan variada gente de tantos lugares. 

Esta página en particular está dedicada a quien constituye uno de mis más preciados vínculos virtuales. Susana Varela Guillot (madame Guillot), es una apasionada madre y docente cubana, radicada hace muchos años en Canadá que se introdujo en mi vida con la admirable intención de mejorar algunas de mis características personales. Pese a que no la conozco personalmente (y posiblemente nunca llegue a hacerlo) logró (Internet mediante) entre otras cosas: 

Y, de todo lo anterior, quiero compartir con ustedes las lecciones pedagógicas que obraron el cambio que menciono en el último punto. 

Yo llevo muchos años ejerciendo la docencia en universidades y cursos de especialización  post-universitaria y siempre creí ser un buen docente. Sin embargo, gracias a esta maravillosa pedagoga, aprendí algunas cosas que me resultan sorprendentes. Ya nunca más podré dar un curso sin emplear alguno de las ideas que recibí a través de sus correos. 

Lo que sigue son algunos extractos de estos correos.

Nota: Esta página reemplaza a otra que yo había redactado sobre algunas conclusiones de Pavlov y sus estudios sobre reflejos condicionados. Susana me convenció mediante argumentos bastantes convincentes que las ideas y métodos de Pavlov no representan un ideal aplicable al ser humano. Algunas de sus palabras fueron:

"...no creas en Pavlov todos los burros no caminan cuando ven o sienten una dulce zanahoria, hay quien prefiere las ortigas. No creas más en Pavlov.

El cerebro humano no es el cerebro de un burro ¿sabes lo que pasó cuando se humanizo? cambió todo, filosóficamente, dialécticamente, .... todo

sólo los humanos lloramos
sólo nosotros reímos
sólo pensamos y somos los únicos que hablamos (aunque no nos oigamos...)

suficiente para rechazar toda teoría que se basa en estudios con animales,..."


"Nosotros los pedagogos hemos llegado a la conclusión que nadie aprende, al menos a la velocidad requerida, o a la velocidad máxima posible de nuestra especie, sin hablar. Hablar es un proceso de comunicación humano. Hablar se le dio al Hombre. O fue una tendencia adaptativa.

Hablamos como consecuencia de algo. Es un efecto. Pero a la vez es una causa. Luego de los primeros balbuceos del hombre primitivo motivados por la BÚSQUEDA de aquel cerebro primitivo (léase la adaptación de ese órgano a las circunstancias ambientales) la palabra primitiva paso inmediatamente de efecto a causa. El hecho de hablar hizo desarrollar mas el órgano que la produjo.

Conclusiones: mientras mas hablamos mas nos desarrollamos. Proceso dialéctico evolutivo. Por eso el alumno tiene que hablarle al profesor y no el profesor al alumno. Nos tenemos que convertir en motor impulsor del habla. Tengo que hacer al alumno explicarme lo que el sabe.

Resulta cómico transformarse de profesor en alumno. Resulta contradictorio. Porque que diablos me va a explicar a mi un estudiante sobre Relatividad, si yo soy la que se sobre Relatividad. O tú.

Allí está por que en Internet los científicos hablan lo que saben. Están aprendiendo escuchándose. Y yo, de ignorante, te he preguntado, por que escribes tanto, por que regalas tus conocimientos. Por eso a veces me has dicho algo así como: cuando se enseña recibo una retroalimentación positiva de mis estudiantes que me hace sentir bien...

Te sientes bien porque ante todo tu mismo aprendes, tu mismo te consagras (que diablos significa consagrarse?, que cosa es consagrarse?, verse?, jubilarse de uno mismo?) Hasta aquí todo me parece correcto. Sigo luego...

Me organizo: Llego a mi clase, abro mis libros, cojo mis resúmenes, hago una pregunta clave y empiezo a mover ideas en mis estudiantes. Ellos empiezan a hablarme lo que saben del tema, o lo que se imaginan del tema. Van de respuesta en respuesta ascendiendo a su propio conocimiento. Pero tienen que partir de algo. De lo que saben, de lo que se imaginan. Es claro! Nadie esta en cero absoluto, en blanco.

Entonces, el proceso no se debería llamar enseñanza sino aprendizaje. Yo no puedo enseñar si el alumno no tiene un conocimiento anterior o una imaginación poderosa. (Y necesita algo más o piensa que necesita algo más y percibe que puede encontrarlo, que está en el camino correcto) La búsqueda de ese conocimiento anterior es importante para el maestro.

Recuerdo que muchas veces en tus exposiciones mandas a leer paginas anteriores u otras discusiones u otros temas. Necesitas comenzar de algo. Esto deprime un poco tu página, un poquito. Para comenzar hay que partir de algo. Por eso todo debería estar integrado en un único tema.

Volviendo a lo que quiero. Partes de esos temas anteriores y comienzas directo a explicar las ideas sin hacer preguntas. O sea no estas enseñando, no eres el maestro. Estas hablando solo. Eres el alumno. Te quieres escuchar. Necesitas escucharte. Te estas aprehendiendo, que es muy diferente. ...

Las retroalimentaciones que recibes, las discusiones y las negaciones de otros estudiantes, te hacen falta, son parte de tu aprendizaje, socializar también es parte del juego. No te puedo juzgar todavía. Y no me digas que escribes por libre albedrío. Por regalar conocimientos. No! Justificaciones. Estás creciendo. Te estás consagrando (dichosa palabrita) Así fueron todos, Sócrates, Arquímedes, Galileo, Einstein. Estudiantes. Ingenuos estudiantes.

Vuelvo a lo que quiero. Por eso les importaba un bledo perpetuar lo que escribían. Publicar sus libros. Estaban dentro de un proceso desarrollador. Es todo. La magia del cerebro humano. Y por eso eres tan feliz, con solo aprender y hablar.

 ... Y eso de que Hablar es una causa para el desarrollo del cerebro es verdad, lo he leído mucho, me he convencido: mira sino los niños que se hablan solos, el famoso soliloquio infantil, las madres trastornadas viendo a los chicos hablándose solos cuando jugaban, iban a ver sicólogos y siquiatras, que imponían a los pobres un tratamiento medico, ignorantes que estaban destruyéndolos.

Uno se habla uno mismo mientras estamos perdidos en algo, mientras estamos en la búsqueda, mientras no dominamos la situación, cuando nos vamos encontrando, el soliloquio pasa adentro, nos hablamos sin mover los labios. Nos autorregulamos. Que órgano! Utiliza el habla para corregirse.

Fíjate sino cuando llegas a la casa y sabes que tenias algo pendiente, y dices, "que era lo que tenía que hacer?", así en alta voz, para que el habla te ayude a encontrar el laberinto de salida. Ese soliloquio es magistral. ...

Los maestros incitamos hoy en día el soliloquio como arma para el aprendizaje. Yo digo en medio de los ejercicios de matemática: "a hablarse cada uno consigo mismo ahora!", "en voz alta, arriba!", "todos!, que yo oiga todos los soliloquios!" Y empiezan aquellos muchachos a reírse y a hablarse, y a encontrarse.

Otros sicólogos recomiendan escribir los problemas existenciales. Si los escribes, los dominas. La gente dice, me saqué las cosas de adentro, me siento mejor. Mentira, se las introdujo bien profundo, y descubrió que no eran tan tan.

....

Continuar con las frases de La Gallina

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