La Bicicleta de Frances


FIODOR MIJAILOVICH DOSTOEVSKII



EL IDIOTA
El Príncipe Mishkin vuelve a Rusia tras un largo período de recuperación (epilepsia e ¿idiotez?) en el extranjero y se ve envuelto en tramas grotescamente indecentes y convertido en centro-víctima de amores insanos a varias bandas. Va a ser demasiado para él.
Estamos ante un hombre cuya bondad ya le había causado graves problemas, es un poco el prototipo de bueno que mucha gente confunde con tonto. Es más listo y profundo de lo que parece y capta perfectamente al jeta que quiere aprovecharse de él, pero cree que de todos se puede sacar algo bueno; el problema es que no parece saber cómo y no sabemos muy bien si su proceder ayuda a éstos a mejorar o no. Algunas comparaciones con el Quijote se han hecho, yo lo veo más como un Mr. Pickwick (Dickens) trágico y fracasado; de todas formas el libro es muy inferior a cualquiera de esos dos.
En un determinado momento el Príncipe piensa en volver al extranjero para salir de ese ambiente, pero no lo hace y pierde una oportunidad. ¿Habría sido su matrimonio con la Filipovna otra oportunidad de redención para ella? Todo queda frustrado. Tampoco la encuentran Ippolit, jovenzuelo que recuerda a Raskolnikov, y Rogozhin, tipo que sólo se mueve cegado por su pasión por Filipovna. ¿Se debate esta pobre mujer entre el espíritu (Mishkin) y la materia (Rogozhin) o simplemente está bastante pirada? Ippolit protagoniza momentos bien patéticos, al igual que el General Ivolguin, que es además el más cómico (lo de Napoleón es terrible). También me hace gracia el grupo de caraduras y matones que lo mismo se unen a Rogozhin que a Ippolit para irrumpir en casas y “saraos”.
Es un libro denso, rollo y poco conseguido pero que tiene varios puntos y escenas de interés. Muchas dudas y divagaciones y pocas conclusiones, como muchos del autor. Demasiado largo. Tiene todos sus elementos típicos (miseria moral y material crudamente expuestas, incontinencia narrativa, galería de personajes patéticos, casi todos como una cabra, profundización psicológica en alguno de ellos, dudas religiosas, voy a ver a fulano o espero a que venga porque si voy tal pero si no voy cual por otro lado si...) pero no es el más recomendable para iniciarse en Dostoyevski, creo que es mejor estar ya iniciado y ser algo fan para abordarlo. Puede ser más interesante para reflexionar sobre algunas ideas, que la verdad es que no se concretan, que para disfrutar con su lectura.
De entre los buenos momentos, dos son los que más me impactaron. El primero, el que arranca con la conversación entre Mishkin y Rogozhin en casa del segundo, el cuadro (ese en el que bajan a Jesucristo muerto de la cruz), el aviso, continúa ya en la calle con el inicio de ataque epiléptico y termina con el intento de asesinato. El segundo, la espectacular escena casi al final en las habitaciones de Rogozhin con el cadáver de la Filipovna. Lo dicho: demasiado para el príncipe. Y para nosotros, que después de aguantar el rollo salimos con la idea negativa de que la corrupción generalizada ha podido con el tipo bueno. Otros episodios importantes son la fiesta en la casa de Filipovna y el relato de Ippolit y lo que lo rodea.
Nota a los interesados: En un pasaje el Príncipe hace un fuerte, convencido, torpe y loco ataque al catolicismo.


NOCHES BLANCAS
Una de sus mejores y más conseguidas obras, de lo más bonito que escribió. Además es bastante gracioso. El personaje es un reverso gentil, bueno y amable del de Memorias del Subsuelo. Un paseante solitario y soñador que se enamora, claro, de la primera señorita que le da cancha en uno de sus merodeos nocturnos. A partir de ahí se suceden varias conversaciones, en el parque por la noche, que terminan con el sacrificio que hace este hombre. La idea es que un acto de amor y un momento de felicidad pueden colmar una vida. Está muy bien, pero esperemos que el personaje no se dispusiera a vivir de por vida encerrado en su cuarto con sus pensamientos, creando en su mente un altar para esa mujer, convirtiéndola en un monstruo de perfecciones que nunca existió. Mejor que siga paseando abierto a nuevas situaciones como la vivida. ¿Es frío? Bueno, yo creo que se les sale el corazón por la boca cuando hablan. ¿Patético? Seguramente, pero muy bonito. No duden mucho en leerlo ya que es muy corto y en una tarde pueden terminarlo.


CRIMEN Y CASTIGO
Es el que recomendaría al que no ha leído ningún libro de Dostoyevski, de hecho creo que debería ser lectura obligatoria en los institutos. Cuando lo leí de joven me impactó como pocos libros lo han hecho, años después lo he vuelto a disfrutar igual aunque de forma distinta, mucho más relajada. Como casi todos los libros largos tiene sus peligros e irregularidades, pero hasta las escenas menores mantienen el interés y consigue una mayor unidad que en sus otros tochos. Pasan cosas, como decía Flannery O’Connor (gran defensora del escritor), ¡y qué cosas! Está claro que no es un libro “perfecto” (afortunadamente) pero el que busque eso no lo encontrará en Dostoyevski. Lo que sí creo es que si te gusta este libro te va a gustar el autor con todos sus defectos y si no te gusta pues casi mejor que te olvides de él. Aunque para todo hay excepciones. También opino que se encuentran en sus libros páginas mucho más interesantes que las de otros libros mucho mejor escritos y estructurados.
Raskolnikov es un personaje de los que nunca se olvidan, ni algunas de sus acciones concretas ni su sufrimiento que recorre todo el libro. Paseamos junto a él, enfermo física y mentalmente; sentimos la fiebre y el ambiente opresivo en su cuchitril y en las calles (olores, miseria, borrachos). En su aislamiento de la humanidad (esa imagen de un hombre sobre una piedra solo en el universo) y ruptura con Dios, cría una imposible mezcla entre misantropía y filantropía, cría a Nietzsche: voluntarismo que crea conciencia, superhombres legitimados para cometer crímenes en beneficio de la humanidad. Junto a él estamos en el brutal crimen que supondrá su feliz fracaso como “hombre extraordinario” y el de sus ideas. Está claro que el diablo sabe aprovechar estas situaciones de excitación mental y nos facilitará ayudas que tomaremos como señales. Pero también asistiremos a su progresiva resurrección.
Tampoco olvidaremos nunca a Sonia, la tímida y humilde santa prostituta que será capaz de lograr que Raskolnikov se reconcilie con Dios y su creación. Porque lo grande es que el orgulloso intelectual se fía de la persona sin instrucción y decide tomar la cruz de su sufrimiento y realizar su peculiar calvario camino de la comisaría, porque ella ve y él no. Y no será hasta las últimas páginas que él empiece a entender algo. Hasta los presos se quitan la gorra cuando pasa ella. ¿Y la familia de Sonia? Sin duda los más patéticos, protagonizan los momentos más dramáticos y los más cómicos. Su padre, el borracho Marmeladov, suelta un discurso realmente conmovedor.
Svidrigailov es un personaje muy interesante y misterioso. Es un tipo vicioso y criminal, pero estoy seguro que muchos no podemos dejar de sentir lástima por él; está claro que el autor se la tiene. Su curioso discurso acerca de que los enfermos están más cerca del otro mundo y por eso reciben apariciones recuerda a El Idiota en el momento que el Príncipe empieza a sentir el ataque. La última noche de Svidrigailov podría formar por sí misma un triste y tremendo relato (“Su viaje a América”), en ella intenta redimirse a su manera. Está la idea que tanto le interesaba a Dostoyevski de que el hombre más depravado puede realizar buenas acciones y que éstas se mezclan con las malas en toda persona. Esto queda más claro cada vez que Raskolnikov, que ha matado brutalmente, es capaz de dar las pocas monedas que posee a los necesitados que se topa. Nos podríamos detener en otros muchos momentos y personajes: el gran tipo y amigo que es Razumijin, el método psicológico de Porfiri, el maligno Luzhin (a éste no es posible tenerle ninguna simpatía) o la comida por el difunto Marmeladov.
Un libro con tanta fuerza y vida, que uno se olvida de sus defectos, y que trata todos estos temas sin tremendismos ni grandilocuencia ni moralina tonta ni misticismo barato. Lectura obligatoria.


EL JUGADOR
Otro que me impresionó mucho de joven. Con el tiempo no es para tanto pero es fácil que muchos jóvenes se identifiquen con el obcecamiento amoroso del protagonista y el carácter romántico y fatalista del libro. De todas formas es una de sus obras más entretenidas y no extraña que sea de las más leídas. Tiene varios pasajes pintorescos y extrañamente cómicos: la aparición de la abuela y su juego de ruleta, el capricho de Polina y sus consecuencias, o la estancia en París con la francesa.
Alexei Ivanovich, protagonista y narrador, aparece en principio obsesionado con conseguir el amor de Polina, cosa que no cree muy posible. Si no puede ser su amante entonces su amigo, y si no, su siervo. El patetismo de siempre. Intenta llamar su atención metiéndose con otras personas y hasta piensa en agredirla. A veces al no ser correspondidos podemos llegar a pensar en barbaridades: quemar la casa donde vive, amenazar a su madre o cosas peores. Sin embargo, poco a poco se irá degradando y terminará en la apatía total y atrapado por el juego en ese "mañana lo dejaré". El personaje de Polina no está muy conseguido, hay mujeres similares en otros de sus libros, parece que no estuviera en sus cabales y se debate entre diversos pretendientes sin decidirse. Inolvidable lo de su capricho.
El ambiente a su alrededor, en el balneario y el casino, es totalmente corrupto. El General, junto a una cuadrilla de víboras, espera la muerte de una vieja para heredar y casarse con un pendón francés. La vieja, que tiene mucha gracia, se presenta como un torbellino poniendo a cada uno en su sitio, pero lamentablemente acaba arruinada por el juego. Entre los personajes patéticos del autor, el General debe ocupar uno de los primeros puestos, es tan ridículo que resulta inhumano, ni siquiera es General.
El libro está muy relacionado con los viajes que Dostoyevski realizó por la Europa occidental. Deja claro que no le gustaban nada los alemanes y franceses , y muestra una mayor simpatía por los ingleses. El personaje más positivo, aunque no descrito profundamente, es Mr. Astley. El inglés le predice al protagonista todos sus pasos negativos, el ruso al principio lo toma a broma pero acaba pensando que por qué no y realizándolos como si no tuviera otra alternativa (el fatalismo apuntado). También Dostoyevski viajaba detrás de una señorita y estaba convencido de que la ruleta resolvería sus muchos problemas económicos.
Apunta el señor Lesaca que la escena final es ridícula e increíble (eso de que en realidad Polina le quería y ta ta ta). Puede ser, pero teniendo en cuenta lo locos y excéntricos que son estos rusos, a mí no me parece tan inverosímil. En cualquier caso me resultó muy impactante en su día el que ni la idea de hablar con ella le hiciera ya reaccionar.


EL SEÑOR PROJARCHIN (1846)
Relato corto con muy poco interés. Mutilado por la censura, algún optimista piensa que nos privaron de una obra importante, pero es muy posible que nos libraran de un gran tostón.
Una casa de huéspedes con patrona (tan habituales en su época y en sus libros), un viejo de esos que viven miserablemente y al morir le encuentran muchos dineros en el colchón. El vejete es objeto de chanza por sus compañeros pero el acoso que sufre por su dinero ¿es real o son imaginaciones suyas? Esto es lo más interesante de esta historieta tan febril, confusa y asfixiante. En El Doble se desarrolla esa problemática (realidad-alucinación) de forma mucho más brillante.


EL LADRÓN HONRADO (1848)
¿Hay ladrones honrados? ¿Es ladrón todo el que roba? No lo sé, pero el caso es que Dostoyevski no responde a cuestiones tan complicadas, simplemente nos muestra en unas pocas páginas a un pobre borracho que se pega como un perrillo a todo aquel que le trata bien y le da de comer. Uno de ellos, el narrador, intenta redimirlo tímidamente. Por la vergüenza de haber robado a su protector (para beber, claro), desaparecerá y sólo volverá para morir totalmente alcoholizado y confesar su crimen. No es gran cosa.


UN ÁRBOL DE NOEL Y UNA BODA (1848)
Dostoyevski acude a una fiesta navideña que bajo una apariencia bondadosa esconde hechos vergonzosos. Para empezar, el anfitrión, lleno de gozo por su generosidad, reparte regalos mejores a los niños más ricos y de mejor familia. Pero no envidiemos a la rica heredera ya que es, a sus once años, comprometida con un trepa que hace cuentas entre los intereses del banco y lo que le queda a ella hasta los 17. Escena terrible esa en la que el infame besa a la niña y la separa de su compañero de juegos (humilde chaval con cuyo futuro juegan tranquilamente estos indecentes). Al final todos tan contentos y encantados: el tiparraco, los padres de la víctima y los anfitriones. Mientras nosotros, a través de los ojos del autor, asistimos horrorizados a este sacrificio de la belleza y la pureza al capital.
En muchas ocasiones mostró su compasión por los niños pobres que deambulaban y morían en las calles de San Petersburgo, aquí la muestra por esta no menos pobre millonaria. Un pequeño apunte muy conseguido, me imagino una película bien tétrica con este material, menuda escena sería la de la boda al final.


UNA NOVELA EN NUEVE CARTAS (1845-1847)
Totalmente intrascendente. Dos pedantes que se cartean poniéndose verdes. Copiada de Gogol (La historia de cómo se enemistaron Iván Ivanovich e Iván Nikiforovich) pero sin la gracia de la del ucraniano.


POLZUNKOV (1848)
Otro intento tragicómico sin ningún interés. La historia de un bufón sin vocación: sufre porque se ríen de él pero es la forma en la que se gana la vida. Una buena idea muy mal realizada y desperdiciada.


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