JEAN VIGO: SU CORTA PERO JUGOSA FILMOGRAFÍA
L'ATALANTE (1934): LARGOMETRAJE
Podría haber sido simplemente la historia de dos pueblerinos, que hacen el viaje de novios a bordo del barco que da nombre a la película, se separan tontamente en París y, tras un corto pero angustioso devenir de ambos, vuelven a juntarse al final. Y ya sería bastante, pero "L'Atalante" es mucho más que eso.
Está el excéntrico Tío Jules (Michel Simon) con sus gatos, bromas, borracheras, bailes, juegos y cachivaches procedentes de diversos viajes por el mundo. Fantástico cuando se decide a buscarla y al dar con ella se la carga al hombro y la lleva al barco. Y ella tan contenta, claro.
Encontramos imágenes fascinantes y hallazgos visuales a lo largo de toda la cinta. El interior del barco es fenómeno, pero también la salida de la boda y el París deslumbrante y sórdido.
Y, sobre todo, el entusiasmo por la vida que transmite un hombre que se estaba muriendo y dejó hasta su último aliento en terminar esta película.
Nunca sabremos si Vigo hubiera sido un figurón del cine o si esto fue sólo un momento de inspiración; de lo que no tenemos duda es de que "L'Atalante" es la mejor película que se ha hecho en Francia.
CERO EN CONDUCTA (1933): MEDIOMETRAJE
No es "L'Atalante" pero, a pesar de ser algo destartalada y no muy lograda, es una pequeña joya que no conviene dejar de ver si se tiene la oportunidad. Vigo ya muestra que no es un cineasta convencional en esta historia en la que los chavales de un internado se rebelan contra su siniestro profesorado.
Destacan el humorismo surrealista de la mayoría de situaciones, los juegos visuales y el entusiasmo de los chavales. Lo de la figura del director es de traca, y hay algunas escenas memorables aunque chapuceras. Vigo no debió tener una infancia muy dichosa, sin embargo, no dejó que la amargura hiciera presa en él. Por lo menos en su cine.
¿La vio Edgar Neville? Porque suyo es el guión de "Novio a la vista", la mejor de Berlanga, y en cierto modo "Cero en conducta" es su antecedente.
CORTOS
La importancia de sus dos cortos es más marginal aunque no por ello dejan de tener su gracia y algunos puntos de interés. En ellos ya aparece su gusto por los trucos y las imágenes poco habituales.
"Taris" es un reportaje sobre el supercampeón francés de natación Jean Taris. Las imágenes subacuáticas son lo más llamativo. En "A propósito de Niza" (1930) pasea la cámara por toda la ciudad mostrándonos las dos caras de la jugada: el glamour de los ricos y la pobreza de los marginados. ¿Son las imágenes finales el infierno que pudiera esperar a tan despreocupados juerguistas?
Manolo Barrero