LOS AMAYA: VOL. 1. TODAS SUS GRABACIONES EN DISCOS REGAL Y ODEON (1969-1976)
En el disco uno del primero de los dos volumenes dobles dedicados por el sello Rama-Lama a recuperar la mayor parte de la producción de Los Amaya aparece su elepé de estreno, “Los Amaya y su Combo Gitano” (1971), una de las obras clave de la rumba catalana. En él, los hermanos José y Delfín, gitanos finos como Peret, reinterpretaban brillantemente un puñado de canciones cubanas y puertorriqueñas, además de “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo” de Morricone. Lo hacían con voz desenfadada y ritmo trepidante a base de palmas, guitarras españolas y percusión.
En la mayoría se ciñen estrictamente a lo rumbero, mientras que en otras, como “Vive la vida hoy”, “Bailadores” o “Qué mala suerte la mía”, fusionan distintos estilos caribeños. Las hay de sano cachondeo y simpática algarabía –la queja por lo monótono de la dieta (“Bacalao salao” a todas horas), los zapatos rotos (“Zapatero remendón”) o los gorrones que van a la fiesta de Pepe para comer filete (“En casa de Pepe”)- y de temática más seria –la crucifixión de Cristo (“En la cruz moría”), los engaños amorosos (“Vive la vida hoy”) o las aflicciones de la vida (“Pena, tristeza y dolor”)-. No obstante, el ambiente general es festivo, ligero y alegre.
Junto a su esencial debut se incluye un curioso EP de villancicos que, en cualquier caso, habría sido mejor colocar al final y no en medio.
El segundo CD contiene los sencillos publicados entre 1972 y 1976. Se trata de un material sensiblemente inferior, escrito por o para ellos. Pop gitano bien producido y arreglado, incluso de alguna manera innovador –se añaden guitarras eléctricas y vientos-, pero carente de la frescura, gracia y consistencia del anterior. Encontramos buenos temas: “El Jala Jala”, “Soy un vagabundo”, “No lloro más”, “Cuando el viento sopla”, “Yo no sé porqué”, “Vuelve”, “Mi son gitano”, “Llévame” y la celebración alcohólica en que se convierte su adaptación de “Tequila”; también muchas melodías pachangueras, construidas con más profesionalidad que talento.
Joselete Pérez
