ROALD DAHL : OSCUROS PENSAMIENTOS A LA LUZ DE SUS OBRAS
LOS CRETINOS
La verdad es que estamos rodeados de cretinos, lo más normal es que nosotros mismos seamos un señor o una señora Cretino, lástima que no vengan un pájaro gordinflón y unos monos como estos para darnos una lección, a veces vienen pero cuando nos pica la barba nos rascamos en lugar de pedir hora al maestro barbero, no sé si este libro nos hará despertar pero seguro que chicos y grandes nos desternillamos con la mala leche de Roald Dahl y las ilustraciones de Quentin Blake, y nunca volveremos a mirar a los barbudos con la inocencia de antes.
CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATE
Cuando era joven me hubiera encantado tener una fábrica como la del señor Wonka. ¡La cantidad de personas a las que habría dado un buen susto! Sí, los tontucos que tocaban cancioncillas de escarabajos, sabinas y milaneses; aquéllas pedantes que subrayaban sus libros de Kundera, también; y la cuadrilla al completo de Almodovaramenabarmendarizmedem, uno para todos y todos para uno en su tontería infinita.
Ahora me alegro de no haber sido el dueño de esa maravillosa fábrica de chocolate; porque me temo que no habría sabido contenerme como el bueno de Wonka, y la desaparición de todos esos neoprogres sería un peso muy grande para mi conciencia. Y a buen seguro que me habría hecho desaparecer a mí mismo por alguno de los conductos.
Es lo bueno de escribir y leer libros, que podemos saciar nuestros instintos asesinos sin necesidad de llevarlos a la práctica. Roald Dahl sabía mucho de eso.
Manolo Barrero