PSYCHOCANDY
Los Beach Boys mezclados con la Velvet (su principal influencia) más ruidosa y siniestra; el muro de Phil Spector a base de feedback; los Stooges y Suicide conviviendo con Ramones, Byrds y Shangri-Las. Surf bajo capas de guitarras distorsionadas. Ruido blanco. Noise pop. Si tuviera que elegir diez discos seguro que este sería uno de ellos. Cada vez que escucho "Just Like Candy" un escalofrío me recorre el cuerpo (el coro femenino hace honor a su título). Ya en la segunda parte aparece "Sowing Seeds" y me vuelvo a estremecer.
Los hermanos Reid con sus guitarras ruidosas y sus voces apagadas (Cohen, Reed, Hazelwood). El apoyo de Douglas Hart al bajo y Bobby Gillespie a la batería. No eran buenos músicos ni los más listos del barrio, pero tenían alma...y cojones. Otro disco mágico e irrepetible.
Quizá no fue tanto su éxito como su gran impacto. Los enésimos salvadores del rock and roll... y del pop y el punk. Eran provocadores y originales. Muchos se apuntaron a la novedad excitante del momento pero muchos menos supieron ver detrás de todo la calidad de las composiciones. Sin ellas habría quedado como un trabajo interesante e influyente, ellas lo convierten en una obra maestra llena de emoción.
Caramelos pop recubiertos de ruido: "The Hardest Walk", "Taste of Cindy", "Never Understand", "My Little Underground", "You Trip Me Up" y "Something's Wrong" (acelerada por Los Planetas para crear "Mi hermana pequeña"). Rock sucio, siniestro y ruidoso: "The Living End", "Taste the Floor", "In a Hole", "Inside Me" y "It's So Hard". Y tres preciosidades que garantizan que uno ya no deje de escuchar el disco de por vida: "Just Like Candy", "Sowing Seeds" y "Cut Dead".
Las letras no son buenas aunque sí peculiares (ya sé que copian mucho) y efectivas para reflejar la vida entre penumbras y días lluviosos. Drogas, alcohol y relaciones insanas con las mujeres que conducen, claro, al teenage angst y al rincón oscuro. "Grass grows greener on the other side, corn grows sweeter on the other side, and I watch and I see too much and I broke my face and my head grows too much; God spits on my soul, there's something dead inside my hole, in my hole, in my hole". El caso es que siempre he encontrado cierta esperanza en su música; al menos conciben el mundo con Creador y eso puede dar algo de luz en la mayor de las oscuridades.
Considero "The Living End" un momento humorístico (muy negro). Tomada en serio sería un himno para moteros extremadamente descerebrados.
En el CD se añade "Some Candy Talking", un single posterior al LP, que anticipa la línea de pop limpio de Darklands y es una de sus mejores canciones. Una melodía brillante con más referencias a las drogas.
