La Bicicleta de Frances


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LOS CHICHOS: GUÍA PARA HUSMEAR EN SU DISCOGRAFÍA



NI MÁS NI MENOS (1974)
Los Chichos se presentan con el sonido rumba-soul de su primera y mejor época bajo la dirección musical de José Torregrosa. A pesar de algún detalle chapucerete y que los vientos puedan resultar algo ortopédicos -sobre todo en la primera escucha-, el disco suena sorprendentemente bien dentro de la pobre producción española. Faltan los coros femeninos tan típicos del grupo, que sólo aparecen en "Ni más ni menos".
Desde el primer momento exponen toda su temática marginal y tremendista: delincuencia, drogas, cárcel, amor machista, crímenes pasionales, traición, venganza, niños abandonados, fatalismo, etc. Todo ello entre ritmos marchosos, estribillos contagiosos y montones de "no, na na nai, no, no, na na nai" y "lai lo lailo lailo la".
Es normal que Los Chichos sean mejor comprendidos y admirados dentro del ambiente gitano y la España más profunda. Fuera no será tan fácil entender su concepto de libertad; y puede chocar mucho eso de "te vas, me dejas y me abandonas; que mal fin tenga tu mala persona" o tanta consideración para con el que zumbó a su mujer por infiel o rajó al colega por chivato -siempre que el delincuente sea uno mismo o de la familia, claro-. Yo, aunque personalmente no tengo ningún problema para disfrutar del talento de Jeros sin compartir casi nada de su ideario, se lo comento para que cada cual elija según sus sensibilidades. Eso sí, al que se identifique con lo que cuenta, le recomendaría tranquilidad y reflexión; y, si no, que mire el trágico final del apasionado autor. En cualquier caso, Jeros era un muy buen letrista.
Juan Antonio Jiménez "Jeros" y los hermanos Julio y Emilio González ya llevaban años trabajando juntos y, siendo el primero uno de los mejores compositores de la música pop española en plenitud de facultades, no sorprende lo espectacular de este su primer LP. Quitando alguna canción ligeramente inferior, encontramos un éxito tras otro: "Te vas me dejas", "La historia de Juan Castillo", "Yo soy así", "Ni más ni menos", "No me convencerás", "Si tú pudieras estar conmigo", los aires arabecos de "La cachimba" y el himno carcelario "Quiero ser libre".


ESTO SÍ QUE TIENE GUASA (1975)
El sonido chicho en su máximo esplendor: más pulido y con mayor presencia de voces femeninas y palmas. Jeros sigue a un altísimo nivel y cuesta encontrar algún momento de flojera.
Es difícil escuchar una música que trate de forma tan descarnada estos problemas escabrosos pero cotidianos. Aquí predominan las infidelidades y abandonos conyugales que, aunque muestren cierto humor en la que da título al disco, normalmente afrontan con el desgarro y dramatismo de "Yo vi que lloraba": "Yo vi que lloraba, lloraba y caía maldiciendo al hombre que tanto quería, porque fue engañada cuando era una niña". Esta canción contiene otra de las ideas chichas: "Por eso te digo a ti que no se debe hablar de nadie. Hay momentos en la vida, que aunque no quieras ser malo, hay personas que te obligan sin evitarlo". Estamos de acuerdo en que no se debe criticar a nadie; ahora, lo de que te obliguen a ser malo es mucho más discutible.
No menos impresionante resulta "Niña por qué lloras", en la que presentan otro de sus temas favoritos, el de la mujer que tiene que recurrir a la prostitución para sacar adelante a sus hijos.
"Dime lo que me has dao" es su particular visión sobre el joven al que rompe el corazón una mujer mayor y más experimentada que él. El tipo, como podemos imaginarnos, se dispone a tomarse la venganza; y todo apunta a que se convertirá en un capullo de cuidado.
Otras canciones memorables: "No llores más", "Habibi Nay" y "Dime Carmen".


NO SÉ POR QUÉ (1976)
Con este se cierra la esencial y brillante trilogía inicial. Dice el tópico que son un conjunto de canciones y no de LPs, pero escuchar cualquiera de estos tres echa por tierra esa idea.
Básicamente sigue la línea del anterior aunque es más reposado musicalmente y hay algunas tímidas y primerizas aproximaciones al disco-soul y el sonido philadelphia.
A las habituales complicaciones sentimentales se suman otros dos duros asuntos: la oveja negra que debe abandonar el hogar ("Mama Mama") y los dos jovenzuelos que encuentran la muerte "en la curva mala de la carretera nueva" y dejan destrozadas a sus familias ("A dos amigos").
"No sé por qué" es una de sus mejores canciones sobre violencia doméstica. Está escrita, además, en peculiar lenguaje gitano: "A esa calin, yo la mare porque no supo serme fiel con ese jambo que vive en frente, que tiene coche y tiene dinero... Y la maro, la tasao y la pegao un pucharno".
Otras a destacar: "Qué pena me dá", "Tienes que aprender de mí" y "De la salud y la libertad".


SON ILUSIONES (1977)
Estos Chichos gitano-discotequeros no consiguen mantener el nivel exhibido hasta el momento; y no precisamente por el sonido, que sigue siendo bueno y acertado, sino de las composiciones. Se termina el monopolio de Jeros, Emilio se responsabiliza de las tres últimas canciones y éstas son las principales culpables del bajón. No tiene ni su talento ni su clase y no está muy inspirado; aunque en discos posteriores se demostraría que tampoco era un nulo.
Por fortuna, las otras siete son del figura y en ellas está la chicha. Las mejores son la balada "No me querías" y el single "Son ilusiones". En ésta el Chicho quiere convencer a una jovencita de que afronte la realidad y se deje de fantasías. "Porque todo lo que piensas tú son ilusiones", le dice en el estribillo; a lo que ella contesta: "qué más me da, si así nací"; y en una ocasión otro Chicho grita: "de ilusión también se vive". No queda del todo claro si el realismo que quiere imponerle es sano o de tono pesimista. Muy interesante además de buena; y no hace falta pensar en todas estas tonterías para disfrutarla.
Por otra parte están "Sea como sea" y "Vamos a callar". Puede que no nos convenza la demagógica defensa del robo para mantener a la familia de una o no nos resulte creíble la denuncia social de la otra, pero son bien buenas las dos. Vamos, que si nos descuidamos un poco nos sorprenderemos entonando en pleno atasco alguno de estos himnos bandoleros.
Y cuidado con las algo menores "Hermano", "Viva el amor" y "La semana". Es que hasta los momentos más bajos de este señor suelen tener destellos de genio.
Una lástima, porque si sustituimos las últimas por las tres buenas del siguiente estaríamos ante otro gran disco.


HOY IGUAL QUE AYER (1978)
Arreglos más pop para un álbum flojete. Emilio gana protagonismo -a partir de este momento tendrá casi tanto como su compañero- y Jeros muestra debilidad por primera vez.
Poca cosa que destacar. Sorprendentemente, la joya del disco viene firmada por Emilio junto a Antonio Humanes, ocasional colaborador del grupo. "Mala ruina tengas" está entre lo mejor que grabaron; una melodía festiva y muy bailable cuya letra es una sucesión de amenazas a una joven, rematada con un estribillo que dice: "Escóndete en un rincón / Mala ruina tenga, tenga tu amor / Que como yo te diquele, te maro sin compasión." Está claro que no se andan con chiquitas.
Las otras perlas son dos dolorosas baladas de Jeros. Una sobre un cornudo que prefiere mirar a otro lado hasta que no le queda más remedio que afrontarlo ("Ya lo sabía") y otra de amores adúlteros ("Amor pecador").
El resto es digno -la buena producción ayuda mucho- pero poco inspirado y prescindible.


AMOR Y RULETA (1979)
Empeora considerablemente la producción y se agudiza la crisis creativa. Tocan fondo lírica y musicalmente en la pachanguera "Qué tendrá Marbella". Se salvan la de la ruleta, la del mensajero, el niño que espera al golfo de su padre, la del volcán y la positiva canción que lo cierra. Pero nada importante.


AMOR DE COMPRA Y VENTA (1980)
Retoman las buenas formas en uno de sus mejores discos de los ochenta.
Un Jeros más maduro, y definitivamente afianzado en las baladas y medios tiempos, entrega cuatro canciones fabulosas. Escribe sobre los mismos temas de siempre, pero casi diría que lo hace mejor que nunca. "Amor de compra y venta", una de las más destacadas del grupo en todos los sentidos, es el drama de un hombre enamorado de una prostituta. "Quiéreme con alegría" debe ser de lo más bonito que hizo en cuanto a canciones de amor. En "Mami" un mal hijo que reconoce su culpa, hundido y fracasado, busca la ayuda de su madre. Y en la terrorífica "Libertad" un tipo que sale de prisión se encuentra con el abandono de su mujer. "Hoy libertad no te quiero, sin sus besos yo te odio, tú me dejas tan solo", dice el desesperado.
Los demás se las arreglan para que el disco fluya suficientemente bien. Humanes les ayuda con la marchosa "Perdóname", la única para la pista de baile junto a "Vente conmigo gitana" de Emilio. También co-escribe con Julio González "Odio" y "Qué tonto fui", que siendo lo más flojo tampoco resultan ningún lastre.
Emilio cumple bien con las vistosas "Pobrecitos de mis niños", "No te vayas" y la ya citada.


BAILARÁS CON ALEGRÍA (1981)
Otro de sus buenos trabajos de la década, en el mismo estilo flamenco-pop del anterior.
Jeros presenta cuatro nuevas joyas de madurez: "Otro Camino", "Bailarás con alegría", "Yo vivo navegando" (mucha atención a ésta) y "No puede ser".
Es difícil no recordar la gran diferencia entre sus composiciones y las de sus colegas: la que hay entre quien "lo tiene" y quien, bueno, hace lo que puede. Pero éstos -tres canciones cada hermano- vuelven a solventar con acierto su difícil papeleta, incluso con nota en ocasiones.
Como curiosidad, comentar que "El cuadro" tiene letra de ese nada convencional personaje que responde por El Luis, una auténtica fiera a reivindicar en cualquier ocasión.


NI TÚ NI YO (1982)
Otra vez cuesta abajo con este hermano pequeño y pobre de sus dos predecesores. Sin embargo, no podemos perdernos tres de Jeros que ponen los pelos de punta. En la que da título al álbum nos encontramos con las dolidas y existencialistas impresiones de un preso que se dispone a rehacer su vida una vez cumplida la condena. "Dónde vas" es la que expresa más dolor; es el grito de socorro de un heroinómano que ve como su mujer le deja solo ante la dificultosa tarea de desengancharse. Tampoco es manca "Olvídala", en cuyo estribillo suelta: "Encerrado en mi silencio voy llorando por las calles, con un pañuelo me seco para que no me vea nadie". "Olvídala", le contesta el coro femenino. Esto, que podría resultar ridículo escuchado a la mayoría de cantantes, funciona y nos llega gracias a la garra propia del autor.
El resto está también cargado de pesar y sufrimiento, pero las melodías bajan mucho. No están mal "Para vivir a mi manera", "No quiero amigos" y "Es mejor separarnos".


DÉJAME SOLO (1983)
Sonido comercial y malas canciones.
Dos excepciones: "Para vivir feliz" y "Quiero estar solo". Le damos el aprobado a "Vuelve a mí" y "En la vida cambia todo".
Nuestro hombre se debate entre la libertad de la soledad y las responsabilidades del amor verdadero. Pero las drogas y las "señoritas" atraídas por la fama lo hacen todo más complicado de lo que de por sí ya es.


ADELANTE (1984)
Horribles sintetizadores ochenteros y canciones flojas.
Salvamos cuatro. "Estrella blanca" está bien y "Ella perdió su pañuelo" mejor (el arreglo me recuerda a los Orange Juice de "Rip it up"); y la techno-pop "Ella se vendrá detrás de mí" tiene gracia y es a la que mejor le sienta el tratamiento "moderno". La más destacada puede ser "Por buscar una salida". "De alguna manera, señores, hay que ganarse la vida / unos roban por sus vicios y otros por necesidad / esperemos que esto cambie por nuestra tranquilidad", cantan con toda desfachatez y naturalidad en esta nueva justificación del delito.
No, no me gusta la salvajada épica de "Yo le digo al viento", aunque imagino que hará las delicias de más de uno.


YO, EL VAQUILLA (1985)
Buenas canciones en esta famosa Banda Sonora, fastidiadas en parte por el espanto sonoro. Esas cajas de ritmo, esos violines... uff.
Las principales son del de siempre. La inocente exaltación del delincuente ("El Vaquilla") que, según ellos, reparte el dinero que "gana" (fíjense en esa expresión y permítannos dudar de esos repartos); el recuerdo del barrio marginal ("Campo de la Bota"), del que tan difícil es escapar física y mentalmente; nuevas vueltas alrededor de la libertad ("Señor, ayúdame") y la no por más convencional menos efectiva canción de amor "Yo quiero a Mai".
Entre las de los hermanos, no son nada despreciables temas como "Ella se llamaba Ana" o la fanfarronada chulo-machista de "Antes que tuya fue mía". Pero la cara B, dominada por ellos, es inferior. Mejor Emilio que Julio.


PORQUE NOS QUEREMOS (1987)
La producción continúa siendo un lastre difícil de superar; y, además, no convence la forma de cantar de Jeros en momentos puntuales. Es una pena porque, sin ser ninguna maravilla ni tener las canciones estelares del anterior, el disco es bastante consistente en lo tocante a composiciones. Destacan "Lo siento", "Quiero ser libre" (una sevillana) y "Mi morena".
¿Para qué contratar al guitarrista Paco Cepero si luego lo sepultas entre tanta vulgaridad instrumental?


OJOS NEGROS (1988)
El trío original se despide a lo grande en su último trabajo de estudio. Lo mejor desde "Bailarás con alegría" (1981) y quizá la más compensada colección de canciones que grabaron en los ochenta. Al habitual buen hacer de Jeros hay que sumar a unos González realmente inspirados. Casi todas son buenas y se suceden con mucha fluidez. Cómo luce Julio en "Soy un hombre mayor".
El sonido no es óptimo, pero mejora notablemente respecto a los anteriores.
Conviene señalar que, lejanos ya sus años marchosos, el disco es terriblemente oscuro musicalmente. Y la temática se mantiene hasta el final tan dura como de costumbre. No en vano echan el cierre con la apocalíptica "Muere la tarde".
De verdad que impresiona el alegato contra la heroína -con conocimiento de causa- de "En vano piden ayuda". "Su nombre es heroína, otros le llaman caballo, pero yo le llamaría la maldición del diablo", sentencia con ese tremendismo tan suyo. Y lástima que no se cumpliera lo que dice Jeros en la canción titular: "Hablé con Dios y me dijo que el tiempo tiene mi felicidad, la que yo tanto deseo". O igual sí se ha cumplido y es ahora cuando está disfrutando de la libertad y felicidad verdaderas. Así lo esperamos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. (Mt 5, 5)
Manolo Barrero
Gracias a José, de Getafe, por facilitar el material necesario para completar estos comentarios.


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