HISTORIA DE UN LABERINTO

EL ORIGEN DE LABERINTO OSCURO

Hace unos a�os, all� por 2001 �como la Odisea�, apareci� una lista de distribuci�n en Internet cuyo nombre era Laberinto Oscuro, donde un grupo de personas con gustos afines hablaban de cine, literatura de fantas�a, terror y ciencia-ficci�n, m�sica g�tica, rock, etc. Con el tiempo todos aquellos mensajes fueron acumulando cierta cantidad de informaci�n y a la moderadora se le ocurri� crear una p�gina que estuviera al alcance de todos y donde se pudiera consultar �tambi�n disfrutar� esos datos en cualquier momento.

�POR QU� �LABERINTO OSCURO�?

En un principio iba a llamarse simplemente �Laberinto�, pero tuve que a�adirle �oscuro� pues ya hab�a otra lista con ese nombre. Siempre he tenido un v�nculo con los laberintos, en especial con el de mi ciudad natal, por su singular belleza y un recuerdo nost�lgico de mi ni�ez. Adem�s, tambi�n me gusta mucho la pel�cula �Dentro del laberinto� y de alguna manera, asimismo �sta refleja el esp�ritu de la web: fantas�a, magia, terror (temores), cine, m�sica (David Bowie), recuerdos de la infancia, a�os 80...

PARQUE DEL LABERINTO (BARCELONA)

Es el jard�n m�s antiguo de los que se conservan en Barcelona y un magn�fico exponente de los jardines neocl�sicos del s. XVIII y finales del siglo XX. El parque est� construido en tres niveles o terrazas escalonadas, con un gracioso toque de fisonom�a italiana. En la terraza superior hay un estanque que recoge el agua que riega el jard�n; en la del medio, hay templetes con c�pulas sostenidas por columnas toscanas, y en la inferior, hay un peque�o laberinto, formado por cipreses recortados, que da nombre al parque.

La zona ajardinada, que es muy extensa, est� rodeada de un bosque espont�neo, en su mayor�a una pineda, que acent�a el aislamiento del jard�n y le da un entorno muy natural. Dentro de la finca se conserva, adosada a la casa una torre medieval de defensa, conocida como la Torre Subirana . Los jardines presentan zonas descanso, con elementos decorativos de gran belleza; todo el jard�n est� lleno de grandes y peque�os detalles: esculturas, jarrones de terracota, p�rgolas y juegos de agua.

A partir del a�o 965 la zona donde est�n enclavados los actuales jardines del Laberinto fue ocupada por la familia Orta que dio nombre al actual barrio barcelon�s. En 1095 ya se sabe que existi� all� una parroquia, Sant Joan d'Horta. Tres siglos despu�s, la zona, bastante elevada en relaci�n al llano de Barcelona, atrajo a nobles y mercaderes adinerados que establecieron all� y a lo largo de lo que es actualmente la Ronda de Dalt, desde los jardines del Laberinto hasta Bellesguard, palacios y casas de veraneo. La reina Violante de Bar, a finales del siglo XIV, construy� el monasterio jer�nimo del Vall d�Hebr�n que, como otras muchas construcciones religiosas barcelonesas, fue destruido en las bullangas de 1835 y donde actualmente se encuentra la Torre de la Granja Vella. All� estuvo ubicado el primer zool�gico de la ciudad. A partir de mediados del siglo XV, Horta tuvo un n�cleo urbano estable a partir de la actual plaza de Santes Creus. Las epidemias que sufri� la ciudad en los siglos XVIII y XIX, animaron a los adinerados a construir segundas residencias en la zona que qued� siempre al margen de las fiebres amarillas y el c�lera.

J.A. Desvalls era propietario de una finca en Horta con casa fortificada del siglo XIV o acaso anterior. Consta documentalmente que hab�a sido adquirida en 1377 por Jaume de Valseca, antecesor de la casa de Lupi�. Algunos han querido hacer de este torre�n una posesi�n templaria. Una descripci�n de 1903 nos dice que esta torre ten�a una puerta de 40 palmos a la que se ascend�a mediante una escalera de cuerda o madera. En su primera b�veda hab�a un agujero circular a prop�sito para escondrijo. Pr�ximo a la torre existi� un edificio en forma de templo. Algunos han supuesto, no sin fundamento, que el escondrijo ser�a la c�mara donde los templarios meditaban en soledad y silencio, durante varios d�as, antes de su iniciaci�n en el cap�tulo secreto de la Orden.

Fue en torno a esta torre donde el Marqu�s de Alfarr�s decidi� construir unos jardines que respondieran a la moda ilustrada de la �poca. Ten�a 50 a�os cuando empezaron las obras. La leyenda que �l mismo hizo circular alud�a a sus generosos sentimientos. Se dec�a que al estallar la guerra contra Francia en 1793, contrat� a 1000 trabajadores en paro que rebajaron una de las colinas de la sierra barcelonesa de Collserola y construyeron minas para encontrar agua. Tres a�os despu�s, Rafael Amat Cortada, Bar�n de Mald�, al visitar la finca, ya habla de cascadas, caminos, ornamentos y cuenta c�mo unos amigos suyos se perdieron en el laberinto...

Estudios posteriores y testimonios de coet�neos desmienten algunos extremos de la leyenda. En las obras apenas trabajaron unas 50 personas, cifra irrelevante para la �poca. El marqu�s ten�a conciencia de estar haciendo una obra que superaba en opulencia la medida habitual y quer�a protegerse de las cr�ticas. Como ilustrado que era sol�a hacer gala de sensibilidad social; pero no hay que enga�arse, el marqu�s de Alfarr�s y el resto de ilustrados de la �poca no ten�an otra relaci�n con el pueblo llano que la que pod�an tener con sus lacayos; el discurso ilustrado era tan sofisticado para la �poca que s�lo pod�a ser comprendido por otros ilustrados y �stos solamente se encontraban entre la clase de los privilegiados.

No se trat� del �nico jard�n inici�tico de la zona. Los jardines de Can Gomis (desaparecido en los a�os cincuenta v�ctima del af�n especulador), Can Gloria (derribado en los a�os setenta por id�nticos motivos) y la Granja Vella o Granja Codolar (hoy propiedad de una comunidad religiosa y que conserva una estatua de H�rcules y un dise�o italianizante similar al del Laberinto) o el Parque de las Heuras, se sit�an entre San Gervasio y Horta, siempre pr�ximos a la Ronda de Dalt.

El marqu�s de Alfarr�s muri� antes de que pudieran concluirse las obras. Sus herederos continuaron las obras a�adiendo caminos y plantando especies ex�ticas, pero no alteraron un �pice el simbolismo del lugar. Lo que se ha dado en llamar �recorrido simb�lico� no fue alterado, sin embargo, el caser�n sufri� distintas reformas a lo largo de todo el siglo XIX. El edificio, contrastaba en pesadez y ausencia de elementos simb�licos con la ligereza del jard�n. En su interior albergaba el torre�n del siglo XIV que aun sobresale por encima de la cornisa del edificio.

Se ha dicho que el marqu�s quiso plasmar su testamento ideol�gico en el jard�n. Para entender su simbolismo es preciso ir m�s all� del mundo vegetal y atender a la ornamentaci�n escult�rica, casi tan abundante como las especies ex�ticas. No es banal que la construcci�n comenzara por el gran estanque de la parte superior que hab�a de irrigar la finca. El marqu�s, amante de las delicias del campo, prepar� esta ayuda a la tierra sedienta, proclama en lat�n la inscripci�n que identifica los trabajos de 1794.

LOS LABERINTOS

El laberinto es una de las figuras m�s ricas y enigm�ticas de nuestra cultura, adem�s de una de las creaciones arquitect�nicas m�s particulares e inquietantes en la historia de la humanidad. El m�s antiguo data del a�o 3000 AC. Sin embargo, el m�s famoso es un laberinto griego, del que no se sabe en realidad si existi� o no. La leyenda cuenta que estaba ubicado en Creta y D�dalo lo construy� para encerrar al Minotauro, una bestia mitad hombre y mitad toro que se alimentaba de carne humana. Teseo entr� al laberinto para matar al Minotauro ayudado por Ariadna, quien lo gui� con un hilo para permitirle encontrar el camino de regreso.

Muchos siglos despu�s, durante la Edad Media en Europa se construyeron muchos laberintos que serv�an para llevar a cabo distintos tipos de rituales y de procesiones; por ejemplo, en la pen�nsula escandinava existen alrededor de 600 laberintos de piedra construidos a orillas del mar B�ltico. Se dice que los crearon los pescadores con el fin de pasear por ellos antes de salir al mar a pescar para despistar a los malos esp�ritus. En el siglo XIII, en Francia, era com�n hacer dibujos de laberintos en el suelo de las catedrales y un siglo m�s tarde en toda Europa se construyeron cientos de laberintos con arbustos en los jardines de los castillos y palacios para que los nobles, reyes y pr�ncipes se entretuvieran paseando por ellos. En el renacimiento se construyeron numerosos jardines en forma de laberintos. A�n hoy se conserva el de Hamptom Court en Inglaterra realizado en 1690, siendo probablemente el m�s famoso del mundo. Esta costumbre de adornar los parques y jardines con laberintos se mantuvo hasta el siglo XX. Fue entonces cuando, como consecuencia de las dos guerras mundiales, pr�cticamente todos los de Europa desaparecieron, aunque a partir de la d�cada de los setenta en todo el mundo se han vuelto a construir laberintos.

EN LA LITERATURA

Hay algunos libros que incluyen la figura del laberinto como met�fora de confusi�n, de p�rdida... Aqu� dejo algunas referencias:

  • El centro del laberinto, de Agust�n Fern�ndez Paz

    A�o 2054. Europa se ha convertido en una sociedad uniforme, donde la variedad de lenguas y culturas es ya un recuerdo del pasado. Sara Mettmann, miembro de la organizaci�n que lo controla todo desde la sombra, viaja a Galicia en compa��a de David, su hijo adolescente, para examinar unos enigm�ticos petroglifos. Cuando David desaparece misteriosamente, Sara se ve arrastrada a una aventura fascinante en la que lo que est� en juego es el destino de la humanidad.

  • La clave del laberinto, de Howard V. Hendrix

    Del doctor Jaron Kwok s�lo han quedado unas extra�as cenizas en una habitaci�n de hotel cerca de Hong Kong, una desaparici�n que movilizar� las mayores potencias nacionales, agencias de seguridad, integristas isl�micos, clanes del crimen y sociedades secretas. Porque el doctor Kwok puede haberse llevado con �l un descubrimiento capaz de alterar el orden mundial: el dise�o de un ordenador que podr�a romper todas las claves de encriptaci�n de las naciones rivales. La polic�a china Marilyn Lu y el sucesor de Kwok, el doctor Ben Cho, se hacen cargo de la investigaci�n pero, al mismo tiempo, deber�n averiguar hasta qu� punto son marionetas dentro de este complicado juego, y hasta qu� punto controlan su propio destino.

    Una novela apasionante acerca de c�digos cr�pticos, alquimia, misterios religiosos, conspiraciones ocultas y tramas llenas de intriga.

  • El hombre en el laberinto, de Robert Silverberg

    La novela que abri� un nuevo rumbo en la ciencia ficci�n. Aquel hombre era la �ltima esperanza de la humanidad. Pero antes hab�a que encontrarlo. Una raza extragal�ctica de ara�as pensantes lo hab�a convertido en un nuevo Minotauro, encerrado en un laberinto infinito y terrible. �O acaso era �l mismo quien se hab�a dejado atrapar, convencido de que los hombres no merecen ser salvados?

  • El laberinto de la Luna, de Algis Budrys

    El cient�fico Ed Hawks ha creado el transmisor de materia, una m�quina incre�blemente poderosa que puede enviar a un hombre a la Luna al tiempo que crea un duplicado suyo aqu� en la Tierra. Pero todos los voluntarios que son enviados a la Luna mueren unos pocos minutos m�s tarde en el laberinto alien�gena que ha sido descubierto all�, mientras que sus duplicados terrestres, unidos telep�ticamente a ellos, se ven sumidos en la locura. Hasta que aparece Al Barker, un aventurero que ha pasado toda su vida desafiando a la muerte, y que ahora est� dispuesto a desentra�ar definitivamente ese desaf�o alien�gena...

    El laberinto de la Luna es una obra soberbia, que combina los elementos de intriga y emoci�n m�s tradicionales de la ciencia ficci�n con los niveles m�s profundos y simb�licos de lectura. Una obra de la que James Blish ha dicho: Es una aut�ntica obra maestra, mucho m�s que impresionante... es un aut�ntico monumento.

  • El laberinto de Majipur, de Robert Silverberg

  • El visitante del laberinto, de Rafael �balos

    Un joven pr�ncipe, hijo del honorable rey Winder Wilmut Winfred, se pierde en el bosque que rodea el lago de Fergonol tras haber salido a pasear por sus orillas. El joven llega a una caba�a donde descubre con sorpresa que un extra�o personaje le est� esperando; se trata de Gorgonan, duende del lago de Fergonol, qui�n le comunica que ha atravesado, sin percatarse de ello, las invisibles puertas del Laberinto, al igual que a�os atr�s lo hab�a hecho su padre el rey. La perplejidad del pr�ncipe aumenta con la visita de otros tres duendes, Borbaron, Candelan, y Sandelon, los tres id�nticos a Gorgonan. �ste le indica al h�roe que debe prepararse para realizar, al d�a siguiente, un viaje que le conducir� al descubrimiento de s� mismo.

    El progresivo conocimiento del protagonista, un joven pr�ncipe algo atolondrado, larguirucho y de ojos apagados, que se adentra sin saberlo en el laberinto de la Vida, sirve al autor para desvelar el significado de conceptos tan esenciales como la amistad, la duda, la raz�n, la verdad, el Universo, el arte, la sabidur�a, la crueldad, la guerra y la muerte.

  • Laberinto de muerte, de Philip K. Dick
  • Laberinto mortal, de Ian Livingstone

    En la profunda oscuridad del escabroso Laberinto de Fang te aguardan horrores nunca vistos. Ideado por la retorcida mente del Bar�n Sukumvit, el Laberinto est� lleno de trampas demon�acas y seres sedientos de sangre que te har�n llegar al l�mite de tus fuerzas y tu resistencia. Muchos aventureros han aceptado antes que t� el desaf�o de la Prueba de los Campeones, y se han adentrado por la boca del Laberinto para no regresar jam�s. �Te atreves t� a intentarlo?

  • Los goblins del Laberinto, de Terry Jones y Brian Froud (peli Laberinto)

    Los goblins tienen todo tipo de formas y tama�os. La mayor�a son unos seres peque�os y grotescos a los que les gusta atormentar a los confiados humanos. Otros sencillamente son unos mocosos tontos, holgazanes y brutos con costumbres personales incalificables. Pero sea cual sea su tipo, los goblins son mal�volos y ariscos con los humanos, incluso cuando se comportan lo mejor que saben. Hasta ahora nuestro escaso conocimiento de los goblins se hab�a basado en la especulaci�n, pero ahora conocemos mucho m�s, gracias a un importante hallazgo arqueol�gico realizado por el eminente goblin�logo (a media jornada) Brian Froud, que encontr� cuarenta y tres cuadernos creados por Dash, el Reynolds de los retratistas goblins. Estos valiosos cuadernos est�n l�gicamente incompletos, pero los a�os de cuidadosa reconstrucci�n de Brian Froud, apoyados por a�os de dif�cil investigaci�n de su colega, el conocido acad�mico Terry Jones, han producido lo que viene a ser un Qui�n es Qui�n ilustrado del mundo goblin. Esta galer�a de asquerosos retratos incluye malolientes habitantes del Laberinto como los goblins Hallow, que son capaces de escupir hasta media milla y convertir a sus abuelitas en sof�s; el Klutton, que pone un huevo tres veces mayor que �l; Zitzie, la "hermosa" goblin, el contenido de cuyo bolso desata el pavor de todos los goblins; Stench, ayudante de la gran cocinera, que pone su coraz�n entero en lo que cocina�, y los Antegoblins, que tienen el poder de ver el futuro y ya han podido divertirse por anticipado con la publicaci�n de este libro, que es a la vez un suntuoso y entretenido compa�ero de la pel�cula Laberinto y una important�sima contribuci�n a la investigaci�n goblinol�gica.

  • Muertes en el laberinto, de Robert Holdstock

    Robert Holdstock rompe los esquemas del g�nero de horror con un insuperable derroche de fantas�a macabra. Los laberintos del Castillo Limbo se convierten en escenario de las espantosas alucinaciones de un ni�o. Pero �son realmente alucinaciones?

    Michael capta en los laberintos reliquias m�gicas y cham�nicas de tiempos antiguos: un pu�al vikingo utilizado para sacrificios humanos, cuya forma parodia la de un Cristo crucificado; el casco de un soldado romano, que contiene un fragmento de cabeza todav�a fresco; trozos de animales descuartizados. Y all� se conserva tambi�n el Santo Grial, convertido en aberrante recept�culo de una monstruosidad blasfema. El horror en estado puro.

    Robert Holdstock obtuvo el premio World Fantasy por su novela Bosque Mitago, y el premio de la British Science Fiction Associatios por su novela Lavondyss.

    Hosted by www.Geocities.ws

    1