Shine a
Light
Por
Maximiliano
Curcio
Sinopsis:
Martin Scorsese ilumina con su propia visión al grupo de rock más
grande de todos los tiempos. Un acercamiento riguroso, deslumbrante,
divertido y profundamente humano a los cuatro miembros de The
Rolling Stones. Filmado en el famoso Beacon Theatre de Nueva York en
el otoño de 2006, Scorsese reunió a un legendario equipo técnico
capaz de capturar la increíble energía de la banda.
*
* * * * / EXCELENTE
El cine documental no es un género, por lo tanto una
película que documenta un hecho de la realidad no se conforma
mediante una estructura que se apoya en un modelo preexistente y
sigue reglas precisas (tal la definición de género). El film
documental cuenta hechos que han sucedido o que están sucediendo
independientemente de que con ellos se haga o no una película, dado
que sus personajes e historias existen también fuera del film, antes
y después del film. El corte de cámara ficcional acaba con la
historia. En cambio, a pesar del corte de cámara documental, la
historia continua. En ficción tendremos una, dos o diez tomas, en
documental se verá la capacidad de su director de captar en el
momento justo, en el instante preciso, de la forma más auténtica la
realidad que quiere mostrar. Más allá de la tecnología con la que se
cuente, su valor como film radica en su poder de registro, quizás la
virtud más destacada de esta perlita de Martin Scorsese, un ejemplo
más que valido para estudiar y adentrarnos en el cine documental.
No es nuevo para Scorsese este terreno, en 1978 a
comienzos de su carrera nos regalo la brillante “The Last Walz”,
sobre el grupo country "The Band," liderado en un tiempo por Bob
Dylan nada menos, figura icónica del música del siglo XX al que el
realizador neoyorquino volvería a incursionar de forma más intimista
en otro documental, “No Direction Home”, en 2005. Esta vez, tres
décadas después el objeto de estudio es un fenómeno de casi medio
siglo de vida, quizás la banda de rock más emblemática de todos los
tiempos: “The Rolling Stones”.
“Shine a Light” es un perfecto ejemplo de cómo
hacer un gran documental y que herramientas tomar para aunar todo
ese andamiaje fílmico y convertirlo en una maquinaria casi perfecta,
trabajando con esos registros reales de lo sucedido hace tiempo
(aquellas primeras entrevistas de un joven Jagger o de uno más
maduro al que se le notan el paso de los años) hasta llegar a la
actualidad (el imponente recital centro del documental realizado en
el Beacon Teathre de New York). Habrá en consecuencia material de
archivo: tomas, fotos o sonidos que pertenecen a esa época pasada y
también encontraremos imágenes filmadas con gran resolución
fotográfica, planos expresivos que no hacen vibrar al ritmo de la
banda y coreografías propias del recital que abarca casi la
totalidad del film. Solo al principio y a manera de prologo Scorsese
y Jagger debaten sus propias ideas sobre el incipiente documental en
una especie de escueto backstage.
El film no es una biografía o una historia de la
banda. Shine a Light es un concierto en vivo y este habla por sí
mismo, celebraron la música hecha himno en que se convirtieron
éxitos como “Satisfaction” o “Jumpin’ Jack Flash”. La intensidad,
energía, pasión, entrega, determinación y mística que exhibe este
grupo de sexagenarios es la prueba más fiel que al paso del tiempo
nada ha frenado el ímpetu de grupo, las ganas de hacer rock y este
magnífico fenómeno de perdura con la misma trascendencia que en el
pico de su juventud, en contraste con lo acotado que perdura hoy en
día a manera de mostrar lo que cuesta conservar a lo largo de los
años el estilo, el ímpetu y la unidad de grupo. Para ejemplo basta
mencionar la banda de rock más impactante de los últimos 20 años y
su tan polémico, magnifico como efímero boom: me refiero a los
fenomenales “Guns n’ Roses”
La dirección de Scorsese hace disfrutable al film,
sacándolo de la monotonía propia de cualquier banda que no sea del
favoritismo de uno. Para los fanáticos y para los no tan
incondicional de la banda, el seguimiento de cerca de Scorsese les
permitirá bailar al ritmo del eterno Jagger o deleitarse con un solo
de guitarra del carismático Richards. No hay entrevistas en directo
de Scorsese a los Stones, el material de archivo mencionado es el
complemento perfecto para en forma segmentada percibir la evolución
de la banda a lo largo de los años. Dos de los tres duetos con
invitados son dignos de disfrutar: Cristina Aguilera y Buddy Guy
roban la escena, no importa si no sos amante del country o del blues.
Rarezas como “Champagne and Reefer” o “As Tears Go By” son de lo más
disfrutable y entretenido del documental (concierto).
Párrafo aparte (y merecido) para el genial Mick
Jagger: actor encubierto, enorme histrión, divo inigualable. Las
cualidades antes mencionadas para la banda, también se aplican a su
líder: el talento, carisma, constancia, profesionalismo,
perdurabilidad y pasión, lo convierte en una de las estrellas de
rock más importantes de la historia, esas que marcan una época, que
son un punto de quiebre para el desarrollo del ámbito que transitan.
En el caso de Jagger, pionero en varios aspectos, el rock no fue el
mismo después de el, o después de Dylan, o de Lennon, o de Elvis.
Si algo le faltaba a Scorsese para seguir abultando
su ilustre filmografía (desde “Taxi Driver” hasta “Los
Infiltrados” pasando por “Buenos Muchachos”) es esta
autentica joya como tributo a un fenómeno que excede lo musical para
arraigarse en lo social y sus efectos de marketing, moda y sobre
todo trascendencia y furor por donde quiera que vayan, quizás el
síntoma más cabal de que no tienen como grupo fecha de vencimiento.
Para Scorsese y los Stones, tanto cinéfilos como roqueros, solo nos
queda una gran dosis de admiración y gratitud para esta celebración
que une dos potencias únicas.
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