Dirección: Mike Nichols.

Guión: George Crile (libro). Aaron Sorkin (guión).
País:
EE.UU.
Año: 2007.
Duración: 97 min.

Genero: Drama.

Titulo Original: Charlie Wilson's War.
Elenco: Tom Hanks (Charlie Wilson), Julia Roberts (Joanne Herring), Philip Seymour Hoffman (Gust Avrakotos), Amy Adams (Bonnie Bach), Ned Beatty (Doc Long), Emily Blunt (Jane Liddle), Om Puri (Presidente Zia Ul-Haq), Ken Stott (Zvi Rafiah), Jud Tylor (Crysta Lee).

Producción: Gary Goetzman y Tom Hanks.

Música: James Newton Howard .

 

Juego de Poder

Por Maximiliano Curcio

 

      Sinopsis: Charlie Wilson era un congresista soltero de Texas cuya personalidad de buen vividor escondía una mente política muy astuta, un profundo sentido del patriotismo y una gran compasión por los más débiles. A principios de los ochenta, con la amenaza de la invasión soviética, el más débil era Afganistán. La gran amiga de Charlie, su mecenas habitual y amante ocasional, era Joanne Herring, una de las mujeres más ricas de Texas y virulenta anticomunista. En su opinión, la respuesta estadounidense a la invasión soviética dejaba mucho que desear, y convenció a Charlie para que ayudara a los muyahidines –los guerreros afganos– consiguiendo fondos y armas para echar al agresor soviético. El compañero de lucha de Charlie en esta dura batalla fue el agente de la CIA Gust Avrakotos. Charlie, Joanne y Gust recorrieron el mundo para formar una alianza casi imposible entre paquistaníes, israelíes, egipcios, abogados y una bailarina de la danza del vientre. Su éxito fue notable. Durante los nueve años que duró la ocupación de Afganistán, los fondos que el gobierno de Estados Unidos destinaba para operaciones clandestinas contra la Unión Soviética pasó de cinco millones de dólares a mil millones anuales, y el Ejército Rojo se retiró de Afganistán.

 

* * * * / MUY BUENA

 

Divertida, desprejuiciada y contundente resultan términos que no van demasiado de la mano con el cine político que acostumbra hacer Hollywood, intentando (en vano) lavar las culpas de los errores de su propio gobierno. Esos tres adjetivos y virtudes suma “Juego de Poder”, que sumado a la fina ironía de “Mentiras que Matan” y la acidez irresistible de “Bullworth” hacen de este último film del inagotable Mike Nichols (brillante desde “El Graduado” hasta su reciente “Closer”) una gran película hecha en Hollywood y sin sus viejos y conocidos clises. Basada en hechos reales, esta historia sobre un diputado demócrata de Texas contrasta el discurso político más estereotipado, las ambiciones de poder, las alianzas, las promesas en vano y las conocidas jugadas sucias del mundo de la política. El centro del relato es un candidato a senador, tal la radiografía de un político actual: promiscuo, cocainómano, afecto a los excesos, las mujeres, corrupto y poco devoto de su labor (para la cual no parece ser el individuo más indicado).

El film tiene todos los elementos de una sátira absurda pero creíble, es una biopic atípica que se acerca a un personaje delirante e impredecible y la vez, entre tanto humor picante, se desliza una veta de realismo que aporta el acertado enfoque que se realiza sobre el contexto geopolítico actual. A su vez, desmitifica esta cuestión de tomarse con agudeza y ceremonia sermón mediante las miserias políticas que desembocan en guerras sin sentido y en más que crueles consecuencias. Desde otra óptica y con un punto de vista bien particular, “Juegos de Poder” se acerca a un grave inconveniente que hoy DIA afronta la política internacional de Estados Unidos sin la solemnidad de films tan validos como “El Sospechoso”, “El Camino a Guantánamo” o “Leones por Corderos” esta historia es un tipo de denuncia que renueva la pantalla con lucidez y originalidad.

Diálogos punzantes dan divertimento al film generando situaciones que aprovechan personajes llenos de matices y contradicciones. Un magnifico Tom Hanks, la siempre encantadora Julia Roberts (en su vuelta a la pantalla tras tres años de ausencia) y el prolífico Philiph Seymour Hoffman. Un trío protagónico de lujo que Nichols logra reunir y hacer funcionar a la perfección. Un tópico que apunta sin rodeos y de frente, con cinismo y certezas a despertar conciencias en la mediocridad y el desinterés que genera la mala información de una porción de la sociedad norteamericana. Provocadora y audaz son dos adjetivos que también le sientan a la perfección y que no son muy común ver por estos tiempos. Y eso también la hace una gran película. 

 

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